Terminando de trabajar fuimos a hacer las compras al curioso mercado de la pequeña ciudad. Y digo curioso porque constaba de unas cuantas carpas puestas para acomodar la verdura, fruta o otras cosas ahí.
—Mm ¡Ya se! ¿Porque no compramos algunas frutas y hacemos unas bebidas para mañana? He visto que batallamos mucho con la sed.
—Es buena idea Lara, porque no vas por ellas y nosotros vamos por lo demás.
Asentí y me fui corriendo, esquivaba a la gente y el viento se sentía increíble golpeando mi cara, hasta que un cuerpo increíblemente grande sale de la nada haciendo que choqué con el.
Caigo al suelo sobandome las nalgas ya que había sido un golpe muy fuerte.
—¿Estas bien? ¿Puedes pararte? Lo siento, no veía por donde iba.
Una mano se puso frente a mi y yo la tomé haciendo que el chico que había chocado conmigo me levantara tan fuerte que quede a centímetros de su rostro, haciendo que me diera cuenta de que era Kaito.
—Kaito... — susurré y él dejó su mirada de preocupación por una con más ternura y me soltó.
—¿Que haces aquí? Creí que después del trabajo te devolverías a casa.
—Me ganaste, te iba a preguntar lo mismo. Sólo venimos por algunas cosas para la cena, yo iba por fruta para las bebidas de mañana.
—Te acompañó — dijo sonriendo me, mi corazón dio un pequeño vuelco y sonreí asintiendo.
Parecíamos pareja así caminando, estábamos completamente callados, así que decidí romper el hielo.
—¿De que frutas te gustan a ti?
—Bueno, hay unas muy extrañas aquí así que probablemente no las conozcas, es mejor que las veas cuando las tengas en frente, entonces te diré como se llaman.
—Esta bien, pero creó que como alguien que siempre ha vivido aquí debes enseñarme de este lugar.
—Tienes razón mira, aquí están, se llaman Myrddin, significa fortaleza del mar.
Son tan bonitas, eran parecidas a los arándanos sólo que su color era más claro como el cielo y un poco más grandes como las naranjas.
—Señora, me da unas de esas. — señaló Kaito y la señora le embolsó unas cinco. Después de eso compre frutas típicas ya que no quería que algunas supieran mal y que les desagradasen a los demás.
—Bien, creó que te estarán buscando y yo me tengo que ir a casa ya.
Se acercó a mi y me tomó de la nuca.
—¿Seguro que volverás a casa?.
—Claro, ¿Porque no habría de hacerlo? Te veré en la noche, eso no te preocupes.
Me abrazó y yo cerré los ojos fuerte, no se porque sentía un dolor en mi pecho al escuchar decir que me vería en la noche.
—¿Interrumpo algo?.
Nos separamos de inmediato al escuchar la voz de Ren detrás nuestro, volteamos y Kaito se puso nervioso. Toque su hombro y lo mire indicándole que yo me encargaba.
—No interrumpías nada Ren, sólo nos despedíamos.
—Pues que larga despedida.
Mire a Kaito y él me miró con cara de lastima.
—Kaito ve a casa, luego nos vemos. — dije y sonreí él correspondió mi sonrisa y se fue no sin antes guiñarme un ojo.
—¿Que significa esto Imai?
—No significa nada Ren, deja de ponerte en ese plan, si vas a celar a todos los hombres que se me acerquen será mejor que no sigamos con esto.
—¿Él te hizo dudar? Desde que apareció él estas muy rara ¿Que sucede? ¿Que escondes con tanto esfuerzo que no me quieres contar?
—No sucede nada, él no me hizo dudar y no lo estoy haciendo, sigo normal como siempre, no escondo nada.
—Si que estas rara, me acercó a ti y te apartas como si de un mosquito se tratará estoy harto, si el es el problema iré a hablar con ese sujetó. — avanzó en la dirección en la que se había ido Kaito y yo lo detuve.
—¡Ren por favor! ¡Basta! Él no tiene nada que ver — él se deshizo de mi brazo y yo me moleste —¿Sabes que? No pienso estar aguantando este tipo de situaciones, si va a ser así quiero que sepas que no quiero seguir con esto —.
Me fui de ahí molesta llegando a la casa que estaba vacía, deje las cosas en la mesa y salí al patio de atrás.
—¡Kaito! ¡Kaito!
Un pequeño gato negro salió de algún lugar estrecho y maulló.
—¿Que pasa Imai?
—Nos vamos, no pienso seguir con esto.
Regresé a mi cuarto y Kaito se trasformó en hombre y me ayudó a empacar sin decir nada.
—¿Podrás con estas maletas tu sola? Si me ven contigo...
—No te preocupes solo me llevare la más pequeña, lo demás es de Luna. Tu vienes conmigo.
Una sonrisa apareció en su rostro y puso su poca ropa en una bolsa de papel. Deje una nota en las maletas y arregle el cuarto tal y como me lo dieron. Deje otra nota que agradecía todo y la coloqué en la mesa.
Nos fuimos de ahí antes de que todos llegarán. Fui al mismo lugar donde estaba la puerta y ahí estaba, tome la perilla y mi mano se sintió caliente sin embargo, no me quemaba y por fin crucé, ya era de noche aquí. Así que decidí apresurarme si quería llegar a mi casa a salvo.
Toque la puerta y mi Madre me abrió la puerta dando dos pasos atrás en cuanto me vio. ¿Cuanto había pasado aquí? Todo lucia diferente.
Ren's POV.
Un temblor estremeció todo el lugar y inmediatamente mire alarmado a mis papás.
—¿Tuviste una discusión con ella?
Miré hacia abajo y me agarré la cabeza, como pude ser tan estúpido. Llegamos a casa y fui directamente a su cuarto, todo estaba como al principió, había una nota pero iba dirigida a Luna.
Espero que estés contenta, acabó de salir de tu vida, ¿A cuantas más habrás saboteado sólo por haber enamorado a Zero? Creí que éramos amigas.
—Ren, dejó una nota — volteé a verla molesto y salí poniéndole la nota en el pecho.
—Aquí también.
Fui a la cocina y encontré las frutas típicas sin embargo se había llevado las Myrddin, ya que en el recibo decía que las había comprado. Leí la nota.
Gracias por todo, espero que el auto mejore señor Leo, señora Yuri gracias por tratarme como su hija nunca vi a una persona como usted.
Ren, nuestro compromiso se acabó, le diré a mi padre que lo anule. A partir de mañana ya no soy nada de ti.
Adiós.
Mierda. Claramente la había cagado.
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The Cross City. [Terminada]
FantasíaImai es una chica normal con una vida normal, atrapada en una vida falsa creada por sus progenitores. Su verdad es mucho mas cruel y despiadada, tiene prohibido enamorarse de las clases bajas, es una regla. Pero ella jamas fue muy fan de las reglas...