Cap. 32

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-Anteriormente:

Bajé del todo las escaleras, pero me detuve en seco, al escuchar susurros, me asomé por un hueco y logré ver que dos personas, un hombre, pelirojo, trajeado con aspecto de no ser muy amigable y una mujer de morena cabellera y verdes ojos, con un ostentoso vestido azul.

¿Quiénes son y que hacen aquí?

-Tómas... ¿donde estás? Este señor y yo queremos verte...-

Me están ¿llamando? ¿de qué me conocen?

Quiero respuestas y ya.

***************
Despacio bajo las escaleras, los observo, no tienen nada en especial...
Sigo descendiendo hasta que la chillona voz de la chica me saca de mis pensamientos.

-El famoso asesino en serie está delante de nuestras narices, increible. Me esperaba algo más... como decirlo... intimidante- una pausa hace que se me erice el vello de la nuca advirtiendome que mantenga el autocontrol- Pero resulta que es nada más y nada menos que un... crío- esto último hizo que estuviera apunto de estallar... pero unos meros insultos no van a permitir que pierda el control tan facilmente.

Sigo bajando, cuando llego al final  hecho un vistazo a ellos y a la sala, diviso una cámara, que está bastante mal oculta...

-Bueno Tómas, necesitamos que nos acompañes- dijo aquel hombre de repente, dejandome con una ceja alzada en señal de mi confución... antes de la "zorra rubia" comenzara a escupir mierdas otra vez, le contesté tranquilamente.

-¿Porqué se supone que debo fiarme de vosotros?- dije sin más, dispuesto a marcharme...

-Por que nos envía el señor Gobbi, somo agentes suyos desde hace más de 10 años... - antes de que siguiera lo imterumpí y con una sonrisa le fui a estrechar la mano.

Al salir de la casa los llevé directamente al lugar donde escondía la moto, en otras palabras un callejón oscuro, apartado y sin posibles testigos.

-Bueno... y ¿porqué el señor Gobbi os ha mandado?-

Pero antes de oir cualquier escusa barata, con un ágil movimiento me situé a espaldas de la rubia y a cuchillo en mano, la inmovilice bajo la atenta mirada del pelirojo.

-¿Y vosotros os consideráis agentes del señor Gobbi?-

-¿Cómo lo...?- la mirada de incredulidad del hombre le causó una fuerte risa que resonó por aquel oscuro callejón.

-Primero: el señor Gobbi nunca dejaría que alguno de sus agentes fueran a algún encargo con esas vestimentas.
Segundo: nunca os he visto por la mansión a ninguno de los dos.
Y tercero: para llevar trabajando más de 10 años... ninguno lleva la marca de las armas en sus manos... asi que ya podeis empezar a hablar ya que mi paciencia es bastante baja-

Aquellas dos personas estaban en estado de completo shock asi que de un movimiento degolle a la mujer dejando caer su cuerpo repleto de espasmos al frío suelo.

Su cabeza se balanceaba en mis manos, su sangre goteaba de manera contínua, avancé con una pequeña sonrisa en el rostro.

El hombre no paraba de mirarme con la boca abierta, perplejo por la escena que acaba de precenciar.

Le tiré la cabeza a los pies, del susto se tambaleó y cayó hacia atrás, me acerqué,  agaché y susuré a su lado...

-Me quedaría a jugar más tiempo... pero me están esperando y yo nunca llego tarde...-

Al terminar mi pequeño discurso le atravesé el cuello, el hombre boqueaba intentando desesperadamente obtener algo de este más que necesario oxígeno.

Con unos últimos espasmos y movimientos bruscos que van descendiendo poco a poco, dejó de respirar y moverse, dejándome la perfecta imagen del momento exacto cuando su alma se escapa del cuerpo.

Sigo caminando dejando dos cadáveres tras de mi, pero ocurre lo no esperado...

-Tómas Witch, queda detenido por todos los asesinados cometidos a lo largo de su vida, dese la vuelta despacio con las manos en alto...-

Me di la vuelta como dijo aquella misteriosa voz que se me hizo un tanto familiar... cuando estaba cara a cara con esa persona, no podría creerlo, solo una palabra salió de mis labios impactado.

-Olivia Parker...-

Me di la vuelta, lentamente la miré a los ojos y una sonrisa que podía traducirse claramente como un... "te lo dije" 

Tuve que haberla matado personalmente.

***************************

Ya en comisaría, pasaron varios días hasta que la sentencia fue dada.

*pensamientos*

Inyección letal... así será mi final, al día siguiente de este relato para ser precisos; mientras estoy encerado en una habitación de blancas paredes sin poder hacer nada salvo pensar, pensar en todo lp que hice, a las personas que engañé, hice daño, mate, etc
La mayoría eran personas inocentes que no... que no... que no merecían... ¿Morir?

Pff vamos a dejarlo aquí vosotros me conocéis ya de sobra, no me arrepiento de nada, nadie me hará cambiar de idea, disfruté observándolos, sus entrañas, la manera que esa roja e espesa sangre teñía el suelo; mmm... sus gritos, lamentos, confesiones de último momento, súplicas desesperada, hasta llegar a un último suspiro que acababa con el brillo y la vida del sujeto.

Porque me voy a arrepentir de algo que me enloquece, me satisface... pues no.

Mientras seguía en mis recuerdos, bellos recuerdos apareció ella, un fantasma cual ave feniz resurgiendo de las cenizas... nunca mejor dicho.

Me observó y yo simplemente le sonreía, si intentaba analizarme la llevaba clara.

Después de unos minutos de un extraño e incómodo silencio habló, me contó como después de meses consiguió recuperarse del incendio, de la muerte de su marido el cual no sobrevivió...
Y de como estuvo planeando mi encierro todo este tiempo, debo reconocer que es buena, muy buena.

Mientras Olivia hablaba yo le observaba detenidamente cada movimiento mientras asentía y sonreía.

-¿Estás contenta? Por din has conseguido tu objetivo, pillarme- Olivia mostraba una cierta confusión pero se mantenía firme.

-Durante varios años he hecho lo que me daba la gana y nadie consiguió frenarme, ahora me has contado tu historia sonre como me has encontrado después de tanto tiempo... quieres que sienta lástima, remordimientos, o compasión por ti y por tus desgracias, bueno, pues estás muy equivocada, nunca me arrepentiré, nunca pediré perdón, no esperes eso de mi.-

Olivia dejó atrás toda compostura para dirigirme una mirada llena de ira, odio y desprecio, pero antes de que pudiera decir cualquier cosa hablé.

-Mañana moriré, pero moriré llevando a mi lado todas aquellas almas podridas por una sociedad asquerosa... Si hay algo tras esto, seguiré sin arrepentirme.-

***************************

El momento ha llegado, ahí estaba yo, observando el techo de aquella sala listo para mi final, preparado para dejarlo todo.

Dos personas entran en esa sala uno portaba un maletín que llevó al otro extremo del lugar supongo que ahí traía la inyeccion. La otra persona la reconocí al instante era Olivia que querrá ver de primera mano el fin.

Pasado un corto minuto que pareció una eternidad aquel hombre volvió preparado para llevarme al sueño eterno.

-Últimas palabras?-

La miré, sonreí t antes de ese pinchazo suspiré un ultimo murmullo.

-Hasta pronto,señorita Olivia-

FIN

Leticia

"Sin compasión"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora