Cap.13

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Nueve años antes:

Estaba en mi cuarto blanco cuando Caren me dije que tenía una llamada... arrgs odio a esa mujer algún día me divertiré con ella, mi sonrisa inconcientd apareció de nuevo, algún día lo controlaré, cogí el teléfono, pero al otro lado solo pude escuchar una voz conocida y entrecortada... era Sam.

-To-tomi...- era mi mejor y único amigo estaba... ¿llorando?

-que ocurre Samy, estas... ¿llorando?-

-LO ODIO... LO ODIO OJALÁ SE MUERA, Y Y Y NO VUELVA... -

-pero ¿qué ha pasado? ¿por qué estás tan alterado?-

-mi padre... lo a vuelto a hacer... me a dado una paliza... si no llegan a venir las vecinas, no llego a estar vivo...- y rompe en un llanto repentino, odio a ese hombre siempre le está pegando y la malloría de las veces sin motivo, tengo que areglarlo...

-no te preocupes, yo lo areglo- pude sentir su desconcierto.

No podía aguantar más que a la única persona que me entiende sea maltratada de esa manera, voy a resolver esto a mi manera...

12:00:

Cuando dieron las doce y todos eataban dormidos y los guardias estaban hablando, puse unas almohadas con mi forma en la cama y las tapé cojí unas ventosas de dos caras, una mochila negra, una sudadera negra, y salí de allí, cerando la ventana con la ventosa doble para que no sospecharan de que me escapé, como la otra vez... uno aprende de sus errores.

Fui con cautera hacia un agujero guardado en la reja de la salida del centro y fui a casa de Sam que para mi suerte estaba a unos 5 manzanas. Llegué a su casa y sus padres estaban dormidos en el sofá con la tele encendida y su hemana se en su cuarto, a las 12:57 la madre se levantó y se fue a su habitación, por suerte le saqué sin que supiera el horario de sus padres, y que el está en casa de su abuela... entré despacio pero los objetos de mi mochilan no paran de hacer ruido, jmm la próxima vez debo sujetarlos con cinta, por suerte cogí los guantes de látez de Caren como en la televición para no dejar rastro. Entré despacio por la ventana de la cocina, co,o dijo Sam que su madre la dejaba abierta para que salga el humo de la cena... dejé la mochila en el jardín trasero, llevaba los guantes puestos, entré me hacerqué a la encimera con cuidado y cogí un cuchillo... pero vi uno más grandes y con grandes dientes y me decidí coger este... me acerqué despacio a su espalda, sin querer solté una siniestra carcajada y se percató de mi precencia, al darse la vuelta me escondí rapidamente bajo la mesa tras el sofá, por mi suerte pensó que era la televición... se fué a la cocina y puse en su cervesa una pastilla que te paraliza el cuerpo, me la daban cuando me daban los ataques de ira, esperé a que no se pudiera mover ni un musculo, para estar seguro. Pasó una hora y ya solo podía mover los ojos y murmurar maldiciones... me acerqué lentamente aparté el vaso vacío de la mesa y me senté él solo pudo poner los ojos como platos, sonreí a carcajadas mientras paseaba el cuchillo por sus ojos... como estaba disfrutando con ello.

-hola... señor Peters... que tal estás...- el solo murmuraba y me miraba con sorpresa.

-homm... es verdad... tss que tonto no puedes hablar-

-¿sorprendido?-

-¿sabes?... su hijo es un buen muchacho, no le entiendo... solo quiere su aprobación... pero ¿sabes qué? es tarde- solté una carcajada alta y larga, no podía contener el brillo de mis onos al ver el sudor bajando por su frente... la sonrisa psicópata inconsiente y el sentimiento que siento al ver el miedo, terror... en sus ojos el temblor inconciente de su cuerpo cuando el filo frio del cuchillo pasa porsu piel...

-bueno es hora de decir adiós... -

Me coloqué tras suya apartando con cuidado la mesa tras el sillón, tiré de su pelo atrás mientras apollaba el cuchillo en su cuello, y un hilo de sangre recorió se cuello...

-dulces sueños papi-

Después de esto último rasgué su cuello lentamente de derecha a izquierda, mientras tiraba de su pelo para que sienta su piel desararse... la sangre comenzó a birbotear en su garganta, asta que de un golpe mortal arranqué de golpe su cabeza y la coloqué en la mesa, la sangre llenó la mesa y manchó la moqueta haciendo que mi risa aumentara... pero un grito desgarrador me quitó de mis pensamientos, era la madre de Sam no se su nombre, solo sé que es una cruel bastarda de ¿dios?... bueno no creo en esas cosas... se acercó a la cabeza de su marido sin aberme visto aún, ya que estaba todo de negro y la sala estaba oscura... pero se podía apreciar la sangre choreando asta la entrada de las escaleras, me escondí tras el sillón cuando estaba cerca me abalancé hacia ella y le clavé el cuchillo en la espalda pero al moverse tanto el cuchillo se resbaló por su espalda causando así una gran abertura era... era... maravilloso, cayó al suelo sin poder moverse seguramente le alcancé unas vértebras... bah, no pasa nada, aun que ese no era el plan aun así está bien... comenzé a reir fueremente pero no me había dado cuenta que una criaturita rubia en la entrada de las escaleras, mi adrenalina movía mi cuerpo por mí no me podía controlar era inevitable mi sonrisa de oreja a oreja aumentó y mi mano fué directo hacia la cabeza de aquella criatura de nueve años paralizada, en shock, cayó muerta en el suelo, fui hacia la ventana de la cocina y me fui por la ventana cogiendo mis cosas pero sin antes dejar el cuchillo en manos de la pequella Molly... pero lo que no sabía, era que Sam precenció todo por el hueco de la escalera.

"Sin compasión"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora