Al despertar solo esperaba que nada de lo que había ocurrido ayer fuese un sueño. Asumir que por fin estas con el chico de tus sueños, nunca mejor dicho, después de tanto tiempo, cuesta asimilar. Así que si estoy pesadita con el tema, lo siento.
Era un día magnifico, fantástico, de película... todos los adjetivos buenos que se te puedan pasar por la cabeza y mas. Mire por la ventana y hacia un sol radiante. Si algo podía salir mal no sabia lo que podía ser, ni me importaba. Yo de lo único que era consciente era de lo que había pasado con Dani, y por esa misma razón, no podía dejar de sonreír. Parecía que me habían pegado la sonrisa a la cara. Era imperturbable.
No me podía quedar encerrada en casa en un día así, por lo que llamé a Mireya y ya de paso la ponía al día de lo ocurrido. Dimos vueltas y mas vueltas hasta que llegamos a un parque, nos fuimos directas a los columpios. No se por que pero me relajaba el balanceo.
- Oye me vas a explicar ¿por que esa sonrisa esta pegada en tu cara?
- Mmmm, puede. - dije sonriendo aun mas, claro, si esto era posible.
- ¿Tiene que ver con tu desaparición de ayer?
- Aja
- ¡Ahhh! - grito Mireya saltando del columpió para colocarse delante de mi - ¡Cuentamelo pero ya!
- Fui a buscar a Dani...pero no estaba así que hable con Alex - dije muy lentamente. Mas que nada lo hacia porque se que le molestaba a Mireya.
- ¿Y?
- Y me dijo que Dani se había ido a casa... a si que yo me fui para ver si lo encontraba.
- ¿Y? - repitió otra vez para que siguiera hablando.
- Y lo encontré - la verdad que lo mas gracioso de esta situación era ver la cara de Mireya. Cada vez se acercaba mas a mi como si así fuese a ver en mi cara la respuesta. - Al principio me evitó así que le pregunte el por que.
- ¿Cual fue su respuesta?
- Que me evitaba porque verme le recordaba la pelea.
- Pues vaya - dijo Mireya suspirando. Estaba segura de que no era la respuesta que esperaba. Su cara para que me entendáis es como cuando quieres algo mucho y justo cuando lo puedes tener ya no esta, pues mas o menos era así. A mi simplemente me dieron ganas de reír. Me controlé las ganas, pero solo un poco - ¿qué te hace tanta gracia?
- Tu cara, si me dejas terminar lo entenderás. Yo también puse esa cara al principio. Le recordaba que yo había sido golpeada y que eso no le gustaba. Y luego... me dijo que le gustaba.
- ¿Qué? Espera, ¿he oído bien? - la reacción de Mireya me hizo reír y ella rió conmigo.
- Si, has oído bien. Le gusto Mireya - dije mientras me levantaba e iba a abrazarla. - estoy tan feliz que no me lo creo. Incluso le dije que me pellizcara para ver si era un sueño. Que vergüenza.
En el momento en que todo había ocurrido no me había parado a pensar lo que le había dicho a Dani. Le había confesado que había soñado mil veces con él pidiendome salir. "Por favor que no me haya escuchado" pensé.
- Me alegro muchisimo por ti. Por fin consigues a tu príncipe.
Pensé en lo que Mireya me acababa de decir. Es verdad que a Dani se le podría etiquetar de mi príncipe azul. Él siempre era el chico con el que ansiaba estar, por el que suspiraba cada vez que le veía, era el chico que con solo una mirada suya en mi cara brillaba una sonrisa y si él me sonreía mis piernas empezaban a doblarse. Él era mi primer amor. Mi amor platónico. Tendría que dejar de llamarlo así. Ahora ese amor podría ser real.
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Diario de una indecisa
RomanceVeronica es una adolescente de 15 años que lleva enamorada 3 años de Dani, un chico que esta en su grupo pero con el que apenas habla. Dani empieza a acercarse mas a ella pero justo llegan las vacaciones y Dani se va a Londres. ¿Que sera lo que quer...