Capítulo 4 Cabaña.

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Por fin encontré la maldita salida de este bosque, tuve que pedir prestado un celular para poder llamar a mis amigas para que me vengan a buscar, lo cual me costo porque estaba completamente embarrada, despeinada y con la ropa rota, cada vez que me acercaba a alguien y le pedía su celular esa persona salía corriendo gritándome ladrona. Otro momento que me irritó fue cuando me preguntaron mis amigas como demonios llegue a un bosque a cien kilómetros de casa y claramente tuve que mentir, era lógico que si les decía la verdad no me iban a creer. "Oh, nada me quedé dormida en mi habitación y al despertar me encontraba en la casa de un lunático que decía que yo le pertenecía, ah y es mi compañero de clase, y si se preguntan como hizo para raptarme de mi habitación sin que se enteraran es porque, NO TENGO NI LA MAS PUTA IDEA." Por esa simple razón tuve que decirles que quise hacer una caminata y cuando quise regresar me di cuenta que estaba extraviada. A lo que me respondieron que era una idiota, lo cual hizo que me enfadara aún más, no sé si conmigo, si con ellas o con el loco de Evans.
Al llegar a mi casa simplemente me pegue una ducha, cerré muy bien mi ventana y la puerta, y me recosté quedándome completamente dormida.

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-¡Despierta Katherine Becher!- Me sacuden con todas sus fuerzas y me despierto sobresaltada.

- ¿Qué demonios te sucede? Es sábado, y casi me das un infarto despertándome así.
-Lo siento, pero no dejabas de gritar y ya me estaba preocupando.
-Maldita sea Eli sabes con qué mal humor me levanto cuando me sobresaltan así.
-Lo siento.- Dice apenada.
Pongo cara de pocos amigos y bostezo mientras trato de levantarme. Prendo el grifo de la ducha y me adentro en ella.
-Maldita sea está helada.- Digo al sentir el agua chocar contra mi piel.
A los pocos segundos comienza a calentarse y puedo sentir como mis músculos dejan de estar tensionados.
Tenía mi cuerpo lleno de sudor por el maldito de Evans metiéndose en mis sueños haciendo que me despierte cada diez minutos totalmente asustada por miedo a despertarme en aquella habitación.
-Baja a desayunar Kath, que se nos hace tarde.
Secándome mi pelo castaño claro con la toalla me dirijo a la cocina.
-¿Tarde para qué?- Le digo mientras agarro el tazón de cereales.
-Oh bueno, hemos notado que estuviste muy alterada esta semana, ya sabes, caminar cien kilómetros hasta llegar a un bosque que ni tú sabías como se llamaba, así que decidimos ir a la cabaña de tu tío ya lo llamamos y dijo que no hay ningún problema. Que quizá si tenía tiempo nos visitaría.- Dice Lucy.
-Bueno, supongo que algo de descanso y tranquilidad no me haría mal, además es un fin de semana largo.
-¡Me pone tan contenta de que te alegre de ir!- Me abraza Eli con fuerza.- Estaba preocupada de que te enojes con nosotras.
-A veces pueden ser insoportables, pero debo admitir que las quiero.- Nos damos un abrazo entre las tres.
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-Ya preparé mi bolso.- Lo bajo al piso.
-Maravilloso, ya estamos todas ¿No? ¡Eli dónde estás!- Se escuchan los pasos de Eli que viene corriendo.
-Aquí estoy lo siento, estaba buscando mi buclera.
-No era necesario, vas a estar en el medio de un bosque no creo que alguien te vea, hay solo tres restaurantes y cuatro vecinos a la redonda.- Le espeto irónicamente a mi amiga.
-Pienso ir a cenar arreglada, no sé ustedes.
Dicho eso ponemos las cosas en el baúl del auto y nos adentramos en él.
-Juguemos a un juego.-Dice Eli emocionada.
-No gracias, yo paso ustedes diviértanse.- Digo mirando la ventana.
Me quedo pensando en todo lo que sucedió esta semana, desde que vi a ese lunático me han pasado cosas tan extrañas, en fin necesitaba un descanso de todo y sobretodo alejarme de Evans y de su posible secuestro.
Sin darme cuenta, me quedé dormida durante todo el transcurso del viaje.
Me despierto cuando estamos cerca y se escucha el ruido de las piedras sonar cuando pasa el auto.
-¡Ya llegamos!- Grita Eli, por dios esta chica es muy feliz.
Salgo del auto y contemplo la gran cabaña de mi tío, tiene dos pisos en los cuales se ven muy lujosos, tanto por fuera como por dentro. Nos adentramos y comenzamos a acomodar todo.
-Esto es fantástico.- Dice Lucy.
-Oh miren chicas, hay un hermoso gato.
Me giro para observarlo y era un gato blanco de un gran pelaje y tenía un ojo naranja y el otro azul grisáceo. Sin duda era precioso, pero tenía algo en su mirada que me hacía tener un escalofrío.
-Fuera gato, fuera.- Agito mis manos para espantarlo.
Este dudo unos segundos en irse pero al instante salió corriendo y maullando.


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La tarde constó de tomar unos tragos con mis amigas y divertirnos en la gran pileta que tenía mi tío Alaric, tuvimos suerte de que el día fue bastante caluroso.
Una vez acostada y a punto de dormirme siento una mirada pesada sobre mí, abro los ojos y prendo la luz buscando algo fuera de lugar.
Era el gato blanco otra vez. Lo veo maullar y salta arriba de mi cama mientras se refriega contra mí.
-Maldito gato, creí que el lunático me había encontrado.- Lo acaricio y siento como ronronea.- ¿Tú también estas solo?Ven te daré un poco de comida.
Que gato más extraño, siempre me han gustado y he tenido bastantes durante el transcurso de mi vida.
-¿A caso tú no tenías un ojo azul?- Lo miro recordando que tenía dos ojos de distinto color y ahora eran los dos naranja.


Eternamente MÍADonde viven las historias. Descúbrelo ahora