Capítulo 14 Lo siento.

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Katherine

-Kath...- Me alejo ante su tacto y no puedo evitar mirarlo con dolor y odio.
Sé que él no fue el que lo causó, pero si vio cómo se murieron, quienes fueron, y lo peor, es que él estaba en ese grupo de personas que asesinaron a sangre fría a mis padres. No puedo evitar sentir como mi corazón se rompe en mil pedazos, y mi cuerpo se encoge haciéndome sentir insignificante, débil y sin vida.
Tenía tan solo quince años cuando deje de tener a mis padres y mi hermano Matt trece. El dolor que sentimos fue inmenso, cada partícula de mi cuerpo estaba detenida en el tiempo en donde yo fui feliz, en donde de mis labios salían risas y se dibujaban sonrisas llenas de felicidad. No podía seguir, el tiempo no curaba, el tiempo solo lo hacía sentir eterno.
Enterarme de esto me agarro con la guardia baja, yo tenía entendido que hubo una falla en la llave de gas haciendo que provocara el incendio, pero la única falla que hubo, fue que mis padres se metieran con esos monstruos... y, Evans es uno de esos monstruos, no sé qué fue lo que les hicieron mis padres, pero aún así no puedo perdonar ninguna justificación, y voy a buscar, voy a buscar a cada uno de esos malditos y los aré arder en llamas como hicieron ellos con mis padres. Lo juro.
Sin darme cuenta del tiempo ni el espacio, estaba sentada en el auto con Evans, sentía mucho frío, temblaba y sudaba, me sentía con miedo, con impotencia, sentía dolor, mucho dolor. Hablar de ese tema hacia que la cicatriz que me dejaron se abriera dejando entrar cada recuerdo infectando la herida.
-Ya llegamos pequeña.- Lo oigo decir con la voz llena de dolor y no puedo evitar sentirme más rota de lo que ya me encuentro.
Levanto mi mirada para encontrarme con esos posos azules, puedo notar como están más oscuros y el brillo de estos opaco, pero algo en mí, me impide a que lo reconforte por más que mi cuerpo me pide a gritos que me lance a sus brazos y llore todo lo que vengo aguantando, pero simplemente no puedo. Siento que él también es responsable de aquella masacre y de mi angustia eterna.
Asiento con la cabeza y abro la puerta para poder irme, como de costumbre siento esas manos apretando con delicadeza mi muñeca impidiéndome que me marche.
Lo miro por última vez y puedo notar como sus ojos piden a gritos que me quede.
-Perdóname Kath, hice todo lo que pude.- Hago una mueca con mis labios.
-Pero no lo suficiente.- Salgo del auto soltándome de su agarre y adentrándome en la lluvia me dirijo a mi departamento.
-Te amo.- Ciento como se le quiebra la voz y paro en seco con mi corazón latiendo a mil por hora.
-Si ahora decides no verme nunca más, por lo menos quiero que sepas que te amo Katherine, y de verdad lo siento, siento causarte este dolor que sientes ahora mismo.- Con mi mirada al frente dejo deramar una lagrima y luego otra, hasta llegar al punto de no poder controlarlas.
-Yo también lo siento Evans.- Digo con la voz rota.
Y sin dudarlo más, me adentro en el departamento con las últimas fuerzas que me quedan.
Abro la puerta de mi casa y siento como se abalanzan las personas más maravillosas del mundo.
-¡Te extrañamos mucho desaparecida!- Les correspondo el abrazo y sin aguantarlo más comienzo a sollozar en sus hombros.
-¿Qué te sucede cariño?- Dice Lucy con un tono de preocupación.
-Nada. Solo quédense conmigo y denme helado.- Me dirijo hasta el baño para poder sacarme la ropa mojada y bañarme.
-Yo iré a comprar el helado, vos quédate con Kath Eli.

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Una vez bañada y con el helado entre mis piernas nos acurrucamos las tres en el sillón y pusimos una película mientras nos tapamos con la famosa manta de películas.
-Todo estará bien hermosa.- Me acaricia la mano Eli con suma dulzura.
-Gracias.
-Siempre amiga.- Espeta Lucy.

La película comienza a reproducirse y yo no puedo evitar poner mi mente en un mundo paralelo, en donde trato de entender todo, en donde solo desearía que fuera una pesadilla y despertar junto a mis padres nuevamente y decirles todo lo que los amo.
Pero sin embargo, esta es la cruda realidad, y me tocó vivirla a mí como le pudo a ver tocado a otro, y sinceramente no se lo deseo a nadie.
"Te amo". Oigo como la voz de Evans resuena en mi cabeza haciendo que me confunda y sienta una punzada en mi corazón.
¿Yo lo amo? ¿Estoy enamorada de él como creo estarlo?
Claro que lo estoy, a quién trato de mentirle. Es inútil fingir que no siento nada por ese hombre.

Eternamente MÍADonde viven las historias. Descúbrelo ahora