Capítulo 5 Cena.

207 10 0
                                    

   -¿Vamos a cenar?- Digo algo aburrida.
-Claro a qué hora quieres ir.- Me dice Lucy.- Capaz me encuentre a un lindo pueblerino.
-Estoy segura de que lo harás.- Le digo a mi amiga rodando los ojos.
Nos preparamos las tres chicas para salir, y debo admitir que me he producido lo bastante como para verme linda.
-Quiero manejar.- Le digo a Lucy, ya que no he traído mi auto.
-De acuerdo, por mí es un placer.
Tome el camino qué más conocía para ir al restaurant que iba con toda mi familia cuando aún la tenía. Es algo triste pero a la vez me hace feliz revivir buenos recuerdos antes de aquella trágica escena.
-Buenas noches señoritas, ¿Serán ustedes tres solamente?- Todas afirmamos.
-Estupendo pasen por aquí. Les dejo la carta.
-Gracias.- Le digo mientras le dedico una amplia sonrisa.
El muchacho se sonroja y se marcha, dejándonos con las cartas en la mesa mientras vemos que cenar.
-Qué guapo muchacho.- Dice Lucy y me giro para observarlo.
Se encontraba de espaldas pero me llamaba mucho la atención, algo de él se me hacía familiar. Solo puedo ver su pelo negro.
Deje de mirarlo y pedimos nuestra comida cuando se acercó el camarero con algo de torpeza.
-La comida está deliciosa.- Digo con la boca llena, sé que no se hace eso, pero es que está muy rica.
Todas movieron su cabeza en forma de aceptación, mientras no quitaban la mirada de sus platos.
-¿Mañana tienen pensado en qué hacer?- Les digo dando un sorbo a mi bebida.- ¡Oye! ¿Qué te sucede?- El extraño que estaba sentado en la mesa de la esquina deja de estar ahí para empujarme al pasar.
Me giro para observarlo y poder insultarlo mejor, pero al girarse me topo con esos ojos azules tan fuertes que me dejan en shock por un momento. Era él, era Evans.
-Disculpen un momento chicas.- Les digo mientras me levanto.- Iré al tocador a limpiarme.
Me levanto con prisa y me dirijo hacia donde se había metido el lunático.
Al llegar a lo que parece ser el patio me encuentro con él, sentado en un banco mirándome.
- Lo siento ¿Te he lastimado?- Dice mirándome fijo a los ojos sin expresión alguna.
-Qué haces aquí.- Lo interrogo.
-Yo también suelo vacacionar.
-Sí lo ya lo creo, pero ya estoy empezando a sentir que me persigues, sin decir que me has secuestrado.
Por dios es completamente sexy este hombre, no puedo dejar de observar esos labios perfectos que tiene, está más que confirmado, fue pulido por un maldito dios griego.
Lo veo sonreír con picardía y lo miro extrañada.
-Sé que soy muy guapo, pero si sigues mirándome de esa forma vamos a terminar desnudos en cuestión de segundos.- Me sonrojo ante sus palabras.
-Eres un completo engreído.- Me doy la vuelta para marcharme de ese lugar, pero unas fuertes manos me detienen.
Me doy la vuelta para mirarlo y por unos segundos nuestras miradas quedan entrelazadas mientras el no deja de sujetarme mi muñeca.
-¿Qué sucede?- Le digo cortando aquella conexión que teníamos.
-Que hermosos ojos tenéis.- Su mirada baja hasta mis labios.
No puedo formular una palabra en mi cabeza, estoy completamente atontada mirándolo, siento una atracción inmensa hacia él. Puedo notar como nuestros rostros se están acercando y mi corazón comienza a palpitar fuertemente.
-Deberías irte con tus amigas, te están esperando Katherine. No te olvides que sos mía preciosa.- Corta la conexión haciendo que me sobresalte.
-Sí tienes razón, debería irme.- Me doy la vuelta para marcharme como acto involuntario hasta que algo se me viene a la mente.- Un momento, tú...- Me giro y el ya no estaba, miro para todos lados pero no lo encuentro.
Qué mierda le sucede a ese tipo, otra vez desapareció en cuestión de segundos, o yo tengo mi vista con retraso o la retrasada soy yo. Antes de volver con mis amigas, voy rápido al baño para quitarme esta mancha de salsa que me ha dejado, por suerte no hay nadie, lo cual es raro ya que hay muchas personas en el restaurant. Vuelvo a la mesa con mis amigas que están a punto de terminar de comer.
-Te has tardado mucho, ¿Dónde estabas?- Me interroga Lucy.
-Lo siento es que habían muchas mujeres en el lavabo y no podía limpiarme.
-Sí hubiera un hombre aquí, ya hubiera lanzado un comentario machista.- Nos reímos todas.
-¿Y el guapo que estaba en aquella mesa?- Dice Eli señalando la mesa en la cual se encontraba Evans, un escalofrío recorre todo mi cuerpo al recordarlo.
-No lo sé.- Me hago la indiferente.


Eternamente MÍADonde viven las historias. Descúbrelo ahora