Capitulo XVII - Momentos.

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Cuatro meses después

     Ya ha pasado mucho tiempo desde que hice aquella promesa, luego de ese día se volvió mas común vernos pero nunca se volvieron comunes nuestras salidas.

     Eramos los mejores amigos, confidentes, protectores, consejeros y muchas cosas mas, logramos tener una gran relación y ya mañana se cumplirán exactamente 4 meses desde el día que hice aquella promesa conmigo mismo quería encontrarme con ella y pasar el mejor día que pudiésemos por que aunque tuvimos días muy buenos, no todo es color de rosa la vida siempre te impondrá obstáculos eso ya lo había logrado entender pero ya con su compañia y ella con la mía habíamos logrado superar las peores situaciones.

     No podía evitar pensar en que sus padres estaban por divorciarse, ya habían impuesto el divorcio y dentro de muy poco se haría oficial, a causa de la inminente separación las discusiones en su casa aumentaron, la he ayudado en lo que pude pero no soy el mejor para esto.

     Quería que olvidara todo los malos momentos que había vivido estos cuarto meses y que mostrara esa bella sonrisa que me había asombrado desde el momento en que la conocí.

     Ya podía decir que de verdad la conocía cada detalle como ella me conocia a mi, pero ahora cuando miraba esos hermosos ojos cafés sabia que habían en su interior.

     Habíamos salido de vacaciones y la había invitado al parque de nuevo pero esta vez seria muy diferente intentaría que ella olvidara absolutamente todos sus problemas.

     Aunque no podía negar que aunque los momentos junto a ella eran los mejores aun mi vida no era perfecta seguía habiendo discusiones y peleas en mi casa.

     La última vez que discutí con mi madre le prometí que me iría de allí, ya no soportaba ese entorno lleno de violencia y malos tratos aunque me había vuelto frío ya nada me importaba frente a ella ya nada dolía simplemente me había puesto una coraza impenetrable para cualquiera era un costo que debía pagar para mantenerme "bien" pues lo que las personas nunca piensan es que detrás de aquella persona fría, cruel y despiadada se encuentra un ser roto hecho pedazos por alguna situación.

     Nadie entendía que aunque me mantuviese fuerte para los demás, mientras estaba solo me sentaba a conversar con mi subconciente.

     Le hacia muchas preguntas, terminaba pasando horas pensando con conversaciones que se disputaban en el interior de mi cabeza.

     "¿Qué haces cuando quieres gritar que te estas ahogando?.

      Pero alguien más necesita de ti, necesitas seguir siendo fuerte, inquebrantable, resistente aunque por dentro estés tan quebrado que tu mismo ser te lastima con grandes puntadas a tus mas vitales puntos

     Sigue siendo fuerte tu tienes que resistir y ayudar tu momento de llorar no ha llegado y quizás nunca llegue..."

     Era lo que pensaba para poder soportar todo eso que llevaba en mi interior. Pero había algo que lograba reparar de a poco lo roto que estaba y eso era ella.

Britany

     Hoy me encontraría de nuevo con Jeremy y pues no puedo evitar sonreír como estúpida aunque dentro de mi casa todo sigue empeorando.

     Aunque eso no me importaba en este momento.

     Salí de mi casa como de costumbre lo hacia para ver a Jeremy trataba de disfrutar cada segundo que pasaba fuera de ese infierno, era extraño desde que lo conocí el me había enseñado a disfrutar las pequeñas cosas de la vida esos detalles que la mayoría de las personas hoy en día pasan por alto, yo lograba disfrutarlos.

     Llegue a el pequeño banco de siempre y Jeremy me esperaba ahí. Era un chico algo despistado y torpe pero aunque estuviese muy mal lograba hacerme sonreír con alguna tontería, hoy me había invitado a ir a un cine muy cercano al parque.

     Aunque estuviese cerca nunca había acudido a el y pues nos intrigaba como era en su interior, era un cine muy hermoso aunque algo antiguo nos atendieron en una pequeña taquilla y entramos a mirar una película que elegimos al azar.

     Mientras la veíamos, voltee a mirarlo por un momento entre la tenue luz de la pantalla de aquel cine se alumbraba su rostro era un chico hermoso no solo por fuera, por dentro también.

     Justo en ese momento voltio y me miro a los ojos, a veces lo odiaba por eso sentía que me atrapaba con su mirada.

     Tuve que esquivarla muy rapido antes de que se diera cuenta de como lo miraba, al terminar la película salimos aun era algo temprano.

- ¿Quieres un helado? -Me dijo Jeremy con una sonrisa-.

-¡C..claro! Lo siento, si -recuperando mi compostura-.

     Nos dirigimos a un lugar donde acostumbrabamos acudir y conservamos el resto de la tarde, el siempre que estaba conmigo sonreía aunque no siempre estuviese bien y en mi caso igual pero no podía estar triste mucho rato mientras estuviese conmigo aunque esa tarde era un poco diferentes a las demás era muy fría, oscurecía rápido y se sentía cada vez mas solitaria.

     Mientras una brisa helada golpeo, recordé a lo que iría ese día, debía decirle algo muy importante a el aunque no sabría como hacerlo.

     Mi boca se secó, cuando llego el momento de decirlo pero ya no podía retrasarlo mas.

     Interrumpi una de sus elocuentes conversaciones con un tono algo triste.

- Jeremy debemos hablar...

Jeremy

     En ese momento un escalofrío recorrió mi alma helando mi sangre. ¿Por qué sus palabras sonaban como un adiós?

Mi Angel CaidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora