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Wade Zeklos en multimedia
—Ximara, cariño, ¿has pensado a cuál universidad asistirás? La de Vancouver no queda muy lejos de aquí, así que... Podrías ir a la de Wolfland también —susurró mamá. Ella sabía que yo había sido aceptada en el MIT y en una universidad prestigiada en Rusia.
—No lo sé, madre. Aún tengo que pensarlo. MIT no acepta muchos estudiantes... Estaba pensando que podría ir a la universidad de Vancouver a la escuela de gestión y hacer una MBA para poder dirigir la empresa de papá. Realmente no confío demasiado en Charles, por muy bonito que pueda ser.
—Al fin y al cabo es tu decisión, pero nada me gustaría más que verte en Wolfland College. Es una universidad con los fondos de Foy-Deux, sobre todo del hijo de Kirian, el alcalde.
—No me apetece ir a una escuela de puros hombres lobo, sabes que sería difícil romper la barrera de tensión.
—Pero podrías quedarte y vivir con nosotros. No es necesario que estudies algo. Este es el año de tu transición y ya tengo bastante con que tus ojos se vuelvan rojos cada vez que te enfadas. ¿Qué harías si eso sucediera en Massachusetts?
—Pensaré en ello en mi año sabático. Sé que estás preocupada por los cambios —caminé hacia ella para abrazarla. Era realmente hermosa. Alice aparentaba tener apenas unos treinta años; ventaja de ser mujer lobo. Podían vivir miles de años. Ella y Wade eran la pareja perfecta: era pequeña, hermosa y dulce, mientras que él era un grandullón bonachón. Eran lindos juntos. — ¿Dónde está papá?
—Fue a presentarse con Kirian. Ellos son amigos y, además, tu padre está buscando el apoyo necesario. Después de tu transformación necesitaremos protegerte. Tus poderes serán algo nuevo y no sabremos controlarlos —dijo tomando mis manos. Pero no te preocupes todo estará bien somos una familia y nosotros no vamos a dejar que nada malo te pase.
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Débil Luna
WerewolfNo podía creerlo, no era posible... ¡No, maldita sea! No podía ser posible que siendo un alfa, ¡Un maldito alfa, ella fuera mi eterna compañera! No había tardado doscientos veinticinco años en encontrarla para que fuera una simple y débil mortal ¡Pe...