55. Cállate

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Heechul no quería salir de la habitación, se negaba. Hacía tres días que había puesto el pestillo y ni tan si quiera salía a comer. Sabíamos que estaba vivo por que por las noches le oíamos ir al baño- cosa bastante extraña por que el ser humano necesita hacer sus necesidades más veces al día- pero el solo salía de noche, para que no lo viésemos ni le molestábamos. Y lo que más nos extrañaba, es que no dejaba ni que le viesen ni Donghae ni Zhou Mi ni Kyuhyun- que para el eran sus personas favoritas en el grupo después de Hangeng- Incluso a Leeteuk se le ocurrió llamar a sus amigos fuera del grupo, como Simon, Hongki, GeunSuk, pero todos ellos estaban atareados para venir.

- Me estáis diciendo que no podéis venir porque estáis "trabajando"- dijo con retintín el líder a través de la video llamada con ellos tres- cuando vuestro amigo no come desde hace días y está en una horrible depresión? Por dios! Pegamos el oído a la puerta y le oímos llorar, sabéis que la gente se pude morir e tristeza?!- chilló.

Leeteuk se estaba poniendo muy nervioso con todo el tema, pero le entendíamos. El ahora más que nunca era el mayor, Kangin estaba cumpliendo el servicio militar, Hangeng había renunciado y Heechul era como si estuviera muerto. Ahora toda la responsabilidad caía sobre sus hombros, completamente.

Este se echó en el sofá, cubrió su cara con sus manos y resopló agudamente.

- Ya nada podría ser peor...- musitó.

Pues lo fue.

Donghae estaba sentado entre mis piernas- para variar- mientras rodeaba su pecho con los brazos espachurrándolo.

De repente el silencio que había en la sala se rompió porque alguien picó a la puerta. Sabíamos que no era nuestro manager, y tampoco que era un hombre, así que Yesung fue a abrir la puerta pensando que sería una de las chicas del piso de arriba.

Al cabo de segundos Yesung apareció cabizbajo y más pálido que un muerto y tras el apareció una mujer, la única mujer que no querría volver a ver en el mundo, la única mujer a la que era capaz de odiar con todas mis ganas, si, a esa mujer, a HanNa.

- Vaya- sonrió- me alegro de que estéis tan calmados.

Leeteuk se sobresaltó al oír su voz, se puso de rodillas encima del sofá y empezó a gritar.

- Fuera!- chilló este.

- Podríais pedirme las cosas mejor, no?

- Que te vayas loca!- chilló nuestro líder con más énfasis.

Donghae y yo no queríamos entrometernos en la pelea, en realidad el tema no nos hacía gracia a ninguno de los dos, ya que HanNa... cierto era que gracias a HanNa estábamos juntos y habíamos conseguido dar el paso, pero todas las lágrimas que le hice derramar a Donghae por culpa de esa... nunca se lo perdonaría.

- Podemos hablar?- nos miró a los dos.

Donghae frunció el ceño al mirarla pero yo me negué rotundamente.

- Vengo en son de paz!- levanto los brazos en modo de burla.

- Te conozco demasiado bien para saber que ya no tienes ni un ápice ni de paz ni de bondad- le corregí cabreado.

- Eso no es lo que me decías en la cama hace años Hyukkie- me guiñó un ojo.

Donghae se envalentonó, se levantó del sofá y fue hacia ella con paso decidido.

Lo normal hubiese sido que esta retrocediese, eso hubiese sido lo normal, pero no, ella no se movió de su sitio, se quedó parada, tensa, pero tranquila a su vez, y las miradas de Donghae y de HanNa se cruzaron en el justo momento en el que sus caras solo se separaban escasos centímetros.

Dreams Fulfilled (Parte 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora