74. El sentido del amor.

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- Esto está resultando ser difícil- dije en un suspiro sentado sobre la cama mientras veía como Donghae empaquetaba de nuevo sus cosas- estas seguro de ir a dormir con Heechul?

- Es la única cama libre, y así nos damos compañía mutua, recuerda que... lo de Hangeng, aún le afecta...- este apilo una caja sobre la otra.

- Podrías dejar la ropa aquí, porque lo empaquetas todo?- pregunte con curiosidad.

- Si vienen aquí a cotillear no quiero que encuentren nada mío en tu habitación, ya sabes, hay que hacerles creer que hemos cortado.

- Es que lo hemos hecho- dije seriamente.

- Qué?- este se giró fijando sus ojos en mi con preocupación.

Sonreí y saque la lengua con pillería. Baje de la cama descalzo, dando pequeños saltitos pisando el frio suelo hasta que llegue a él y lo apretuje entre mis brazos.

- Esto va a ser una mier...- musite apoyando mi cabeza en su espalda.

- No te preocupes...- agarro mi mano- solo es mentir a ojos de los demás. Nosotros somos lo que somos, y sentimos lo que sentimos y eso nadie nos lo va a quitar en la vida.

Sonreí, sonreí como en la vida lo había echo debido a la felicidad que me embriagaba el cuerpo.

Donghae dio la vuelta entre mis brazos, cual bailarina de ballet y pego su frente a la mía con un pequeño golpe.

- Auch!- me queje sonriendo.

Donghae abrió la boca con sensualidad y relamió su labio superior con la punta de su lengua. Maldito Donghae, siempre provocándome.

Agarre su mandíbula y la baje, abriendo su boca mucho más de la que ya la tenía e introduje mi lengua en su profundidad.

Me gustaban este tipo de besos, donde interactuaban nuestras lenguas, sucios, húmedos, lascivos... i, así éramos, la pena es que ahora tuviésemos que aguantarnos las ganas.

- Donghae, Donghae...- intente pararlo poniendo las manos en su pecho, pero este besaba insisten-temente mi cuello quitándome la chaqueta mientras tanto- Donghae recuerda la norma...

- Ahora nadie mira...- este mordió con fuerza mi cuello y sano el daño con un dulce beso.

- Dong...

- Chicos- una voz tras nosotros interrumpió la pasión de Donghae. Era Leeteuk.- Parad, venga, debéis ir con mucho cuidado, los managers...

- Pero no eres el manager- le reprocho Donghae sin soltarme aun.

- Y si lo fuese?- este alzo la ceja

- Pero no lo eres- respondió este rotundamente.

Leeteuk suspiro y cerró los ojos con desespero.

Todo el mundo tenía miedo de que fuese yo el que no aguantaría, el que sería débil, el que arremetería contra Donghae empotrándolo en una esquina, el que no aguantaría las ganas de poseerlo, pero... joder! Solo lo había tenido una vez, una sola vez, hace dos noches y no lo había podido volver a tocar, que clase de tortura esta esta? Yo también quería estar con él, quiero tocarlo, quería despertarme y mirarlo y poder hacerlo con él todas las mañanas, y ahora ni eso, ahora no podría ni mirarlo cada mañana, ni tocarlo, sino que además, tendría a Heechul desconsolado pegado a él todo el tiempo.

Leeteuk acabo arrastrando a Donghae de mis manos, y entre ellos dos movieron las cajas con ropa y pertenencias de Donghae a la habitación del fondo del pasillo.

Dreams Fulfilled (Parte 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora