73. Deber

146 8 0
                                    


- Joder! Joder, joder, joder! –chillé entrando en el piso con ira- Joder!- patee una caja que estaba a mi derecha.

- Eunhyuk...- susurro Donghae que venía tras de mi- tranquilízate...

- Que me tranquilice?- me gire hacia a él con los brazos en alza- cómo? Dímelo.

- No lo sé...- este agacho la cabeza indeciso- pero no quiero que estés así...- susurro.

Lo mire con atención. Este se había quedado en el marco de la puerta apoyado mirando a un punto fijo en el suelo. Ni pensativo, ni empanado, simplemente... él estaba como yo. Desde que el nuevo CEO nos había echado el ultimátum, estaba con unos nervios a flor de piel, a pesar de las horas de ensayo, a pesar de las gotas de sudor y del agotamiento, no podía dejar de pensar, que ahora, después de todo, después de haberlo conseguido, después de haber aceptado nuestros sentimientos y de que todo el mundo nos reconociese como pareja, ahora, nos prohibiesen serlo. Y no solo eso, sino que también, estar amenazados con que si incumplimos su orden, podrían expulsar a Donghae del grupo, entonces, ahí, sí que ya no tendríamos nada que hacer.

Fui hacia el con paso lento sin apartar la mirada. Este aún seguía con la mirada perdida apoyado en el marco de la puerta.

Con el dorso de la mano acaricie su mejilla con dulzura y este dejo escapar una lagrima. Solo de pensar las horas en las que se había guardado esa lágrima, se me estremecía el corazón.

Rodee con tacto su cintura con mis brazos, y lo aprisione entre ellos. Este agacho aún más la cabeza y la apoyo en mi pecho. Comenzó a llorar, silenciosamente y con cuidado, intentando hacer el menor ruido posible.

Donghae normalmente solía llorar ruidosamente, emanando chillidos y grititos agudos debido al sufrimiento, pero sabía, todos sabíamos, que cuando Donghae se sentía vulnerable, este lloraba en silencio sin llamar la atención, de igual modo que lloro en el funeral de su padre.

Solté su cadera y acaricie su cabello con cuidado. Este se dejó caer poco a poco mientras agarraba mi camiseta con fuerza y la empañaba con sus lágrimas.

- Joder...- susurro este entre llantos- porque después de todo, de lo que nos ha costado, de todo lo que hemos pasado, del accidente, de HanNa.... Por qué...

- Debimos hacer algo muy malo en otra vida para que ahora nos pase esto...- susurre tras besar su frente con dilección.

Este soltó mi camiseta y me abrazo, hundiendo cada vez con más fuerza su cabeza en mi pecho.

Me sentía... impotente. Si, esa era la palabra. Impotencia. Lo quería, lo amaba, estaba seguro de que podría hacer cualquier cosa por el en cualquier momento pero esto, nos superaba. No estaba en juego mi carrera, ni mi vida, ni mi privacidad, sino la de Donghae, aquello por lo que tanto había luchado. Estaba en peligro el sueño de su padre, aquel sueño que el tanto atesoraba y guardaba con recelo.

Aunque a pesar de mi impotencia, yo solo podía pensar en una única cosa, Que elegiría Donghae? El sueño de su padre o su propio sueño? Sería capaz de saber qué camino tomar? Sería capaz de saber elegir lo bueno de los dos cominos? O se alejaría de mí? O tal vez, del sueño de su padre? Fuese cual fuese su elección, le apoyaría, aunque convivir tanto con el cerca y no poder tocarlo, o no poder verlo y que él no esté en el grupo... ninguno de las dos opciones que nos habían dejado elegir, me entusiasmaba, pero lo único que podíamos hacer, era agachar cabeza y asentir.

- Estáis bien?- nos sorprendió la voz de nuestro líder por el pasillo.

Ninguno de los dos le contestamos, pero al mirarlo, al ver que todos los demás estaban tras el mirándonos, al notar las cálidas lágrimas de Donghae mojando mi pecho y sus fuertes manos agarrándome con auge la espalda... no pude evitarlo. Comencé a llorar yo también.

Dreams Fulfilled (Parte 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora