90. Mordiscos, besos y sangre (+18)

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- Entonces...- susurró el un poco mas tranquilo- no pasa nada por que la haya besado?

- Claro que pasa estúpido- dije en voz alta poniéndome de rodillas sobre el sofá imponiendole. Entonces, agarré su mandíbula de nuevo con suavidad, y choque mi frente contra la suya- pero... no vuelvas a hacerlo, vale?- le susurre con dulzura.

Este me miro a los ojos fijamente, de una manera un tanto bizca. Me reí.

- Sabes?- balbuceo- echaba de menos tu sonrisa...

Entonces le dedique una sonrisa aun mayor.

- Para!- dijo este cerrando los ojos con fuerza para no verme.

- Por que?- dije carcajeando.

- Por que me siento incomodo... he echo algo malo.

- No pasa nada- susurre con voz tenue- Donghae...

Este abrió los ojos. Cuanto hacia que no le besaba. Dos días? Tres? Cuanto tiempo hacia que no era mio? Una semana?

- Ven...- le dije en un susurro.

Este se colocó de igual manera a la mía, y se dejo rodear por mis brazos la cintura mientras este cruzaba los suyos en mi cuello.

- No me gusta verte llorar Donghae- dije mientras con un gesto dulce, frote la punta de mi nariz contra la suya.

- Soy un llorón...

- Teóricamente el llorón soy yo...- reí por lo bajo.

- Pero a pesar de que no lo creas, eres tu el que, aun después de haber llorado, el que lucha por esta relación de verdad...

- Lucho por que te quiero...- conseguí decir antes de que el atacase con rapidez mis labios.

Tal vez era un pensamiento repetitivo cada vez que el introducía su lengua en mi boca, pero me encantaba su sabor, ese sabor adictivo que como imán me atraía cada vez mas a el. Sus manos, acariciando mi nuca con fuerza, erizaba el vello de mi cuerpo y me estimulaba, su olor, que embriagaba mis fosas nasales y su lengua que con lujuria jugueteaba junto a la miá produciendo un éxtasis continuo de placer que no hacia mas que pedirnos mas y mas a cada rozadura.

Mordió mi labio, y un sabor metálico invadió mi boca. Me había mordido.

- No te pases...- susurre con picardia lamiendo el pequeño corte que los dientes de Donghae habían provocado en mi labio.

Donghae poso sus manos abiertas sobre mi pecho, con la intención de tumbarme hacia a tras, pero me agarré a sus muñecas para no caer. Entonces, impulse mi cuerpo hacia delante, agarré su codo, y con un simple giro de muñeca, este cayó hacia mi lado entre risas quedándose boca abajo. Me eche sobre el.

Con la mano, fui apartando el cuello de su camisa con fuerza, besando y lamiendo su cuello con ímpetu. La camisa me molestaba, así que estire de ella quitandosela. Fui trazando un dulce recorrido por su suave columna. Un beso, dos besos, tres besos... morder. A Donghae le encantaba morder y que se lo hiciesen a el. Le gustaba que en su cuerpo quedarse una herida de guerra, un cardenal, un golpe, una pequeña marca producida por mis labios recordandole la pasión del día anterior, para convencerse a si mismo de que había sido real, y no un simple sueño. Mordí, mordí sobre su omóplato, este gimió. Mordí sobre sus costados, y sobre esos músculos que salían a lo bajo de su cintura. Seguí mordiendo provocandole la risa. Morder, succionar, esa era mi ruta. Baje sus pantalones si ni tan si quiera desabrocharselos, aunque el tampoco oponía resistencia. Estaba con la cabeza ladeada, con los ojos cerrados, jadeando, sudando.

Volví a mi trabajo. Morder, succionar y así. Agarre sus nalgas con fuerza, mientras pase mi lengua por el puente entre ellas. Gimió.

Hacia tanto tiempo que no le penetraba, que incluso llegue a pensar que volvería a dolerle.

Dreams Fulfilled (Parte 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora