82. *Capítulo especial de Heechul*

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Un día mas, sin lugar a dudas, este era un día mas, al igual que el anterior, y el anterior y todos los demás.

Con una taza de café descaifenado con leche y dos terrones de azúcar, me apoye al borde de la ventana, y con mi dedo índice, deslice la cortina que cubría la ventana para ver caer la nieve. No había ninguna fan esperando a verme, no había nadie que viniese a visitarme, nadie especial que me pudiese abrazar y calmarme ese frió interior, no causado por la ventiscas sino por la soledad a la que ya estaba tan acostumbrado. Suspire paciente, viendo caer cada copo de nieve que se depositaba en el alfeizar de la ventana mientras las yemas de mis dedos ardían por la taza de café que tenia entre ellas.

El olor a café me recordaba tanto a el, a Hangeng, no por que el bebiese, pero era el encargado de hacerlo cada mañana y el olor tan característico se quedaba adherido a su ropa. Cerré los ojos, y centre mi oído en el fuerte sonido que emanaba la estufa de la habitación y recordé todos aquellos momentos en lo que tan arrimados, como en el día de hoy, pasábamos juntos. Todas aquellas caricias, todas aquellas frases como " la manta es mía, damela" y el tan cordialmente me la prestaba, mas preocupado de mi bienestar que del suyo, todas aquellas calientes caricias, aquellas penetrantes miradas que hacían encender mi corazón sin la necesidad de prender la estufa, todas aquellas noches que pasamos revolcándonos en la tupida alfombra, desnudos, donde nuestros cuerpos nos protegían del frió de la calle.

Entonces, si quererlo ni beberlo, una fría lagrima fue cayendo por mi cara, hasta que cayo de mi barbilla y se rompió en el suelo. Esa misma lagrima, era la representación de mi dolor, de mis sentimientos y de mi alma. Aquellos que corrían sin mirar a tras pero que se rompían al ver la realidad. Hangeng nunca volvería.

Suspire, y con mi ego hecho a añicos, bebí el ultimo sorbo de café para meterme en la cama.

Eran las nueve de la noche, de un frió 24 de diciembre en el que yo pasaba solo. Mi familia se había ido de vacaciones, y por la agenda no me había ido con ellos. Todos los miembros estaban con sus familias, o en el caso de Donghae y Eunhyuk, acurrucados en el sofá, dándose calor, mientras cenaban lo que seguramente era comida china recién pedida a la tienda de abajo, mientras veían posiblemente una feliz y navideña película. Los odiaba, es mas, la envidia me corroía cada vez que ellos dos se miraban.

Yo fui así en su día, yo sonreía, chillaba, hacia las cosas con énfasis, estaba enamorado y me sentía protegido, pero todo el color que rodeaba mi vida se había ido, dejando una tela grisácea por encima de todas las cosas. Por ello, no podía dejar de sentirme solitario. A caso volvería a enamorarme? A caso otra persona tendría la oportunidad de acercarse a mi y hablarme sin que yo me mostrase reacio? Podría? Yo lo dudaba, no volvería a ver ninguna persona en mi vida como Hangeng, jamás...

Entre en la cama y metí el fin del pantalón dentro de los afelpados calcetines. No había cosa que mas odiara, que cuando en pleno invierno y a mitad de la noche, me veía obligado a bajar el final del pantalón, que tan traviesamente se arremolinaban a la altura de mis rodillas.

Coloque bien la almohada, me eche, me estire, y me tape hasta la nariz, esperando con anhelo esa mano que me acariciaba la cabeza y me besaba la frente cada noche, esas rudas manos que con delicadeza agarraban mi cintura, ese cuerpo que se aferraba a mi con fuerza en busca de confianza y respeto... como había podido dejarle marchar. Meses, poco meses hacia desde que vi a Hangeng por ultima vez, pero me parecían años, siglos... no verlo me suponía levantarme cada mañana y darme cuenta de lo cuan desgraciado que era sin el, sin su sonrisa, sin sus palabras y sin sus promesas, promesas rotas que se pudrirían con el tiempo.

Donde quedo eso de "y vivirían felices y comerían perdices", el " y fueron felices para siempre", donde quedaron sus promesas de " te protegeré hasta el ultimo momento" y ante todo, donde acabaron mis palabras de " siempre creeré en ti". Ni fuimos felices, ni el me protegió, ni yo cuide de el.

Dreams Fulfilled (Parte 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora