Capitulo 4- ¿Al fin amor?

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Bajé mi rostro, sintiéndome usada por John y sentí la mirada de George en mí, antes de que diera media vuelta y se fuera silenciosamente. Esperé un momento y salí de donde estaba, encontrándome con Loui.

-Hey, qué hacías aquí?- parecía que hacía rato que me estaba buscando.

-Nada- tarte de parecer natural-, me duele un poco la cabeza, eso es todo- mentí haciendo un gesto de dolor mientras llevaba una de mis manos a mi frente, para que sea más creíble.

-Quieres que nos vayamos?- me preguntó, agarrándome como si fuera a desmayarme.

-Si, por favor- dije con una voz convincente.

-Quieres que vayamos a mi casa?- preguntó luego de un silencio-. No hay nadie y George vendrá tarde, de seguro.

-Como quieras- le respondí con desgano.

Caminamos entre la multitud, tratando de no perdernos, para ir hacia donde estaban nuestras cosas e irnos.

-Ya se van?- preguntó alguien a mis espaldas-. Apenas están comenzando a poner música de la buena.

-Si Ringo, pasa que Manto se siente mal- contesto Loui y yo asentí.

-Quieren que las lleve en mi auto?- dijo sacudiendo sus llaves delante nuestro.

-Y tú qué haras luego?- hablé al fin.

-Volver de nuevo aquí- me contestó como si fuese algo obvio.

-No es necesario- respondí con desgano y traté de darle mi mejor sonrisa. Quería irme lo antes posible.

-Nada de eso, tú estás mal y si se van caminando y te pasa algo, ella no podrá sola- señaló a Loui, como si  fuera un padre que le da un sermón a sus hijos-. Vengan- hizo un ademán para que fuéramos tras él.

Lo seguimos hasta llegar a una puerta que daba hacia atrás del club, en donde la gente que tocaba y trabajaba ahí, podían dejar sus automóviles o motocicletas. Nos detuvimos ante un auto de color azul, el cual desconozco el modelo, nos abrió la puerta de atrás y en menos de un minuto ya estábamos en la calle principal.

-Dónde las llevo?- preguntó mirándonos por el espejo retrovisor.

-A mi casa- respondió Luoi.

No se habló ni un segundo durante el viaje, cosa que me parecía perfecto. Llegamos en un par de minutos, que parecieron eternos para mí, nos bajamos del auto y Ringo se despidió de nosotras haciendo sonar la bosina de su auto dos veces.

-Quieres tomar algo para tu dolor?- me preguntó mi amiga mientras se dirigía a la cocina.

-Solo dame un vaso de agua- dije cerrando la puerta de entrada y dejando las llaves sobre una mesa que había al lado de la puerta, para luego encaminarme hacia la cocina-. Quién era el muchacho con el que estabas?- pregunté para tener un tema de conversación.

-No lo sé- se encogió de hombros-. Fui a la barra a pedir nuestros tragos y él ya estaba ahí, me dijo algo sobre la banda de los chicos y le dije que era hermana de una de ellos y hablamos poco y nada, hasta que llegaste con John y luego me sacó a bailar.

-Por lo menos tuviste una noche un poco divertida- dije con algo de mal humor-. Tienes algo de comer? Muero de hambre- dije dejando el vaso de agua sobre la mesa que había allí.

-Divertida? Me pisó más veces de las que come George en un día- empezamos a reír ante ese comentario, tentándonos-. Te gustan las galletas de chocolate?- preguntó sacando una caja de la alacena.

-Me da igual, sólo dámelas- traté de calmar mi risa.

-Qué hay sobre ti y John?-preguntó mientras me pasaba las galletas -. En un momento miré hacia la barra y estaba sólo y parecía molesto... Qué le hiciste?

-Yo no hice nada- me atajé mientras me metía una galleta a la boca-. Fu eano iene a ulpa (tu hermano tiene la culpa)- dije con la boca llena y escupiendo algunas migas, ya que no había terminado de mascar.

-Termina de comer y habla, das asco- dijo con un gesto de desagrado y m hice la ofendida-. Lo dices por lo de su novia- agregó.

-No es eso- trague la comida y tomé un trago de agua ya que me estaba atorando. Me sentí George por un momento-. Si no hubiera aparecido cuando estábamos a punto de besarnos- solté como si nada.

-Besarnos? De qué hablas?

-De John y yo.

-Deten tu carro- me sacó la caja de galletas-, explicame eso ya.

-Oye! Estaba comiendo- dije algo molesta.

-Explicame, Manto-dijo seria.

Nos sentamos y le expliqué lo que había pasado, mientras ella escuchaba atenta y se metía una que otra galleta a la boca y no me convidaba para que no me distrajera.

-Ahora todo tiene sentido- dijo en voz alta más para sí misma que para mí.

-Dame las galletas- le quite la caja de las manos-. Ahora explicame tú- dije mientras me llevaba dos galletas a la boca.

-Una vez, vinieron a ensayar a casa y mi madre me dio una bandeja para que les llevara algo de comer, más que nada a George- y no pude evitar soltar una risa-. Entonces, cuando llegué, escuché que George le preguntaba a John sobre una tal Cyn y que Paul le dijo "Por qué no le preguntas sobre la pelirroja de la otra noche?"- imitó una voz de hombre, similar a la de Paul-. Y los demás empezarona reír, menos Geo, que le dijo algo de "basta de engaños" o algo con la palabra engaño.

-Sabes, me siento usada y mal de solo pensar en qué hubiera pasado si tu hermano no hubiese aparecido- miré hacia un rincón.

-Sabes, me parece raro la forma en lo que George te dijo eso- parecía extrañada-, te lo.dijo como si sintiera celos de eso porque- tomó un trago del vaso de agua- pudo haber esperado a que pase el beso o en otro momento. Me suena a que te estaba observando.

-No digas cosas que me hagan ilusionar- dije con la cabeza baja.

El silencio reinó por un momento , en el cual pensaba si era posible eso de los celos de George hacia mí, pero borre eso al recordar la canción que le cantó a ella y en como bailaban juntos.

-LOUISE!- Se escuchó un portazo y el nombre de mi amiga, en un grito-. Dime que Manto no se fue sola con John- un George desesperado y desalineado apareció en el marco de la entrada de la cocina.

Quería que alguien me pellizcara en ese momento para saber que no era un sueño, que en verdad George estaba preocupado por mí. Fue la primera vez en todo ese día en el que mantuve contacto visual con él por un largo tiempo, sin que nadie dijera nada. Podía sentir que él intentaba transmirtirme algo y también se podía sentir la mirada de su hermana sobre nosotros.

-Qué haces aquí?- dijo tragando saliva y corriendo su mirada de la mía.

Abrí mi boca para responder eso, pero no podía articular palabra alguna.

-Creí que te hab...- dijo poniendo una de sus manos en el bolsillo de su pantalón y fue interrumpido.

-A Manto le dolía la cabeza y Ringo nos trajo- respondió Loui.

La tensión se podía agarrar en el aire como si fueran mosquitos. Nadie dijo nada por un par de minutos.

-Cómo te sient...-soltó George.

-Bien, ya me iba- le interrumpí y me levanté de la silla.

-Por favor, quedate- dijo suplicante y guardó silencio-. Para que no te pase nada camino a tu casa- repuso.

Asentí y miré a Loui, la cual se acercó a mí y me tomó de la mano, llevándome hacia su habitación. Una vez que llegamos, sacamos un colchón que estaba bajo su cama, lo preparamos y me dio un pijama para que me cambiara. Cada una se acostó en su respectiva cama y nos dormimos sin decir antes ni una palabra sobre lo sucedido en la cocina.

Do You Want To Know A Secret? - The BeatlesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora