Capítulo 10 - La apuesta

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-Disculpen-carraspeó la mesera que nos había atendido.

George abrió los ojos al instante y, lentamente, fue sentándose en su lugar tratando de disimular lo avergonzado que estaba.

-Lamento interrumpirlos- se disculpó la muchacha al ver a George algo rojo-, pero ya estamos por cerrar. Aquí les dejo la cuenta- dejó un papel sobre la mesa, entre Geo y yo, y levantó las cosas que había sobre esta.

George miró la cuenta y sacó su billetera, dispuesto a pagar todo pero lo detuve.

-¿Qué haces?- dije para llamar su atención.

-Pagar- contó los billetes y los puso sobre el papel.

-Yo también pagaré- repuse.

-No es necesario- me miró.

-No dejaré que pagues todo tú. Pondré la mitad- agregué luego de un pequeño silencio.
Miré la cuenta y saqué dinero del bolsillo de mi abrigo, que estaba colgado en el respaldo de mi asiento.

-Aquí está lo mío- puse mi dinero al lado del de él-. lo que sobra será destinado a la propina de la chica- dije decidida.

-Insisto, yo pago- corrió mi dinero hacia donde estaba mi mano.

-Insisto- posé mi mano en mi dinero-. Quiero pagar mi parte- corrí el dinero hacia donde estaba la cuenta, sin separar mi mano de este y le sostuve la mirada a él.

-Está bien- soltó al tiempo que quitaba parte del dinero que había puesto.

La mesera no demoró mucho en volver a nuestra mesa y tomar el dinero. Nos levantamos, nos pusimos nuestros abrigos y salimos de allí para subirnos a su vehículo; dimos un par de vueltas antes de que me llevara a casa y una vez en la puerta de esta George apagó el motor y seguimos conversando un momento más.

-Gracias por esta bonita noche- dije.

-No hay de qué- se sentó de costado, quedando de espaldas a la puerta del conductor y de frente a mí-. La de mañana será mejor- sonrió.

-No cantes victoria aún. ¿Cuántas veces debo decírtelo?- dije sonriente.

-Estoy seguro que irás.

-Podría decirte que sí...- George abrió la boca para decir algo pero me adelanté-. Y podría cancelarte a último momento por algo que me haya surgido a último momento.

-Cómo digas- parecía darse por vencido-. Pasaré por ti entre las 9:30 y las 10:15 de la noche... por si vas...

-Como digas...- hice como si le restara importancia-. Bueno, como dije anterior mente, muchas gracias por lo de esta noche.

-George Harrison  a su servicio, cuando lo requiera, bella dama- hizo una pequeña reverencia.
-Ya- dije riendo un poco-. Eres un payaso. Nos vemos- saludé al tiempo que me inclinaba hacia él para besarle la mejilla.

George también se inclinó pero, en vez de mis mejillas, iba directo a mis labios. Me puse nerviosa en segundos sin saber por qué así que fui más rápida y besé su mejilla con torpeza; acto seguido abrí la puerta del auto sin mirarle y bajé, cerrándola con un poco de fuerza por los nervios y me dirigí a paso veloz hacia la entrada de mi casa. Abrí esta con dificultad, entré y antes de cerrarla eché un vistazo a George, que puso el auto en marcha y se fue. Estaba cansada así que me puse el pijama y me fui a dormir.

Al día siguiente desperté temprano, bajé a desayunar y sentí que golpearon la puerta.

-Hola dije al tiempo que la abría y descubría quien era el individuo.

Do You Want To Know A Secret? - The BeatlesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora