Capítulo 14 - ¡Dejalo ser, Harrison!

139 14 1
                                    

Narra George

Sinceramente no se como me he animado a darle ese beso a Manto, pero puedo asegurar que es una de las mejores cosas que me ha pasado en este último tiempo.

Cuando llegué a mi casa me acosté en el suelo de la sala a pensar en muchas cosas, en Manto, el beso, la fiesta, lo que dijo la noche anterior y más. No podía sacarla de mis pensamientos, aunque lo intente no podía dejar de pensar en ella. Necesitaba hablar con alguien, todo el tema de Manto me estaba comiendo la cabeza.

Me dispuse a levantarme para poder llamar a Paul cuando el teléfono empezó a sonar.

-¿Diga?

-Pequeño Georgie, tenemos que hablar de varias cosas.- Dijo McCartney al otro lado de la línea, cosa que me sorprendió.

-No se como lo hiciste, James Paul, pero me has llamado en el momento que me incliné para tomar el teléfono.

-Sentí que me necesitabas.- Dijo mi amigo despreocupadamente, como si tener conexiones mentales con otras personas fuera lo más normal del mundo. -Bien, ahora cuéntame. ¿Pasa algo?

-Si, es que he besado a Manto. Y todo este tema me trae bastante confundido. No dejo de pensar en ella.

Paul se rió. -Ya lo sabía, Manto me lo contó ayer en la fiesta. No te preocupes pequeñito, solo estás enamorado. Es normal que pienses en ella, tú quédate tranquilo.

-Si, pero nos hemos vuelto a besar hoy. Adem...

-Cuéntame todo con lujo de detalles.- Interrumpió Paul emocionado.

-Bien, te contaré desde el momento en que nos fuimos de la fiesta. Como ella estaba muy ebria la traje a mi casa para que no le ocurra nada. Hoy a la mañana la acompañe hasta su casa, después de casi haberla besado pero fuimos interrumpidos por el cartero. En el trayecto ella me contó que no tenía a nadie que le pueda enseñar a conducir, así que decidí ir a su casa a enseñarle. Después de esa "clase" ella me invitó a su casa a comer unos bocadillos y escuchar algo de música. Cuando me estaba yendo sentí que debía besarla, por qué fue una magnífica tarde aunque hayamos discutido. Y además ella se veía jodidamente hermosa.- Dije, sintiendo que me liberaba un poco.

-Es genial amigo, parece que todo esta excelente. ¿Qué es lo que te aflige de todo este tema?

-Estoy preocupado Paul, le pregunté si nos veríamos mañana y ella me dijo que casi seguro que si.- Le comenté remarcando el "casi". -¿Y si no me quiere ver? ¿Que hago? ¿La llamo por teléfono o voy a su casa? ¿La invito a venir y preparo algo de cenar? Estoy muy nervioso.

-Oye oye oye, tranquilo niño. ¡Déjalo ser, Harrison! No te apresures, no tienes que sobrepensar la situación. Deja que pase lo que tenga que pasar. Haz esto: espera, si ella no te llama o no te visita antes de las 5 de la tarde llama a su casa. Tienes que darle su tiempo, déjala pensar si hará algún movimiento.

***

Después de la llamada de Paul decidí escribirle una carta a mi familia para contarles como me estaba manejando estos primeros días solo. También adjunté una pequeña nota para Louise pidiéndole que me llame cuando pueda, ya que sentía la necesidad de contarle a mi hermana lo que sentía por su mejor amiga.

Como no me apetecía cenar nada, cosa que me resultó extraño, subi las escaleras para ducharme y dormir. En todo ese tiempo no dejé de pensar en esta tarde y en el consejo de Paul.

***

A la mañana me dediqué a mirar un poco de televisión. Digo "a la mañana" como si me hubiera levantado a las 7, cuando en realidad lo hice a las 11:30 cuando sentí el aroma del almuerzo siendo preparado en las casas de los vecinos entrar por la ventana de mi habitación. Cuando me cansé de ver la televisión me preparé unos sándwiches para almorzar y básicamente fue esa mi tarde.

Además de no hacer nada, a cada rato miraba mi reloj para saber la hora. <<Tranquilo George, recuerda lo que te dijo Paul.>> Pensé como mínimo unas 100 veces, intentando tranquilizarme en vano.

En un intento desesperado de pensar en otra cosa que no sea lo último que Manto me dijo ayer, decidí ir a botar la carta para mi familia en el típico buzón rojo de la agencia nacional de correo que se encontraba en la esquina. En la placa de este señalaba que los lunes las cartas y los paquetes serían recogidos a las 17:00 horas. Miré mi reloj, indicaba las 16:56.

<<A lo mejor me está evitando.>> Pensé mientras que caminaba otra vez hacia mi casa y le daba unas caladas al cigarrillo que encendí cuando salí. Le di una gran calada, lo tiré hacia la calle y volví a entrar.

Me dirigí a la cocina y tome una manzana. La observe unos segundos, pensando en lo que habían provocado una manzana y mis sentimientos en este mismo lugar unos días atrás. La mordisqueé y pensé como le explicaría a Louise lo que ocurre y si estaría alegre o intentaría matarme.

Otra vez, volví a mirar mi reloj como acto involuntario, eran las 17:03 y el timbre sonó. Prácticamente corrí a la puerta con un gran trozo de manzana en la boca, lo que me hizo toser mucho. Así que cuando abrí la puerta seguía tosiendo.

-Hola George.

-Hola Manto.- Dije cuando pude calmar mi tos.

Do You Want To Know A Secret? - The BeatlesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora