Las Carter's | Ross Lynch

Capítulo 9

El beso se hace cada vez más fuerte, sus manos están enredadas en mi cabello, muerde mi labio inferior, y su lengua toca la mía.

Puedo sentir una electricidad recorrer mi columna, gimo. Mis manos lo destapan hasta el abdomen, paso mis manos por su pecho, me encargo de moverme contra él mientras hago esto. Sus labios se separan de los míos para gemir.

Llevo sus manos a mis muslos, indicándole que me quite el vestido, y así lo hace, a pesar de que esta nerviosos y sus mejillas están del color de un tomate. Es tímido, su tacto es suave. Me gusta.

Es diferente a los otros cerdos de la escuela, que sólo quieren sexo. En cambio él, parece que quiere tomarme de la manera más delicada posible.

Sus manos dudaban, no sabía si tocarme o no hacerlo. No sabía como reaccionaría. Decido tener algo de iniciativa.

Llevo mis manos hacía mi espalda, y desabrocho mi sujetador, lo lanzo junto con mi vestido. Los ojos de Ross se abren como platos, no tardo en notar de que su erección ha crecido unos cuantos centimetros, esta larga, muy larga.

La toco por encima de la sabana que lo cubre. 

Ross gime, sus manos tocan mi cintura, esta temblando.

-¿Me tienes miedo?

-No- Responde intentando mirarme los ojos, pero no puede hacerlo ya que sus ojos esta vez han decidido mirar mis pechos- Estoy muy nervioso, es... mi primera vez.

Junto los labios, y hago un sonido al separarlos.

Su primera vez. Sonrió.

Nunca había sido la primera vez de un hombre, hasta ahora.

Mis labios se acercan a su rostro, le beso los labios, el mentón, y le dejo un camino de besos por su mejilla hasta llegar a su oído.

-Tranquilo, no me harás daño, hazme lo que quieras, puedes tocarme donde tu quieras, no me enojaré, ni tampoco te lo impediré, ni te miraré raro, puedes tomar la iniciativa, claro que si no quieres, puedo tomarla yo, a mí manera.

Ross gime luego de escuchar mis palabras.

Sus manos ya no dudan más y me toca los pechos.

Mis pezones están contra la palma de su mano.

Me muerdo el labio inferior cuando empieza a acariciarlos.

Sus dedos pasan por mis dos pezones, y los aprieta, me gusta, pero no es suficiente.

Me acerco a él, sintiendo su erección que aún esta cubierta por las sábanas, en mi abdomen, mis pechos quedan a la altura de su rostro.

Ross entiende al instante lo que quiero que haga. Y lo hace.

Su boca chupa con delicadeza mi pezón derecho.

Sus manos tocan mi abdomen. 

-Ross, sí- Gimoteo en su oído- Sigue, por favor

Susurro.

Sus labios comienzan a ser una tortura para mí, se apoderan de mis pechos, lo hace cada vez más fuerte, y no siento dolor alguno, sólo más excitación que antes.

Estamos así unos pequeños minutos más, cuando creo que es suficiente, lo alejo de mí.

Estampo mis labios con los suyos de una manera algo brusca.

Me encargo de aventar la sábana blanca que cubría el torso de Ross al piso.

Me muerdo el labio inferior, dejo de besarlo.