Capítulo 13

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Últimamente, había notado que Emma había cambiado con su actitud, no mentía, tampoco pretendía engañarme o hacerme algún daño, ella sólo cambió, a excepción de la cena que tuvimos con los Lynch's. Ella se disculpo conmigo, al igual que con Ross, pero Ross, no la perdono.

Había estado pendiente a Ross mientras Emma estaba con nosotros, y creo que Ross, le teme a Emma, ¿Por qué? No lo sé, ni tampoco lo sabría, ya que Ross no me lo pensaba decir, a pesar de habérselo pedido millones de veces.

Mientras tanto, yo estaba confundida; cada minuto que pasaba al lado de Ross, mi corazón se enternecía por él. Había pensado esto desde la misma noche que me dijo que fuera su novia, y he llegado a la conclusión de que, me gusta Ross. Pero tenía algo en claro, no lo amo, pero con el tiempo, podría llegar a hacerlo.

¿Qué pasaría con la apuesta luego de haber llegado a esa conclusión?

¿Tendría que seguir? ¿O simplemente terminar la apuesta y seguir mi relación con Ross?

Emma, y yo, no apostamos nada del otro mundo como para no querer romper la apuesta, apostamos que, podría conseguir que un chico me quiera por lo que soy, para luego romper con él y que Emma no volviera a tomar mi ropa luego de ello. Por lo tanto, podría romper la apuesta.

O demostrarle a Emma, que Ross me quiere de verdad, y seguir estando con él luego de haber ganado la apuesta, sin que Ross se enterara de nada.

Tal vez Emma lo entendería, había cambiado mucho, y probablemente, hasta llegue a apoyar mi relación con Ross. 

Y eso haría en cuanto llegue a casa.

***

-No hemos pasado tiempo juntas desde que Ross llego a esta escuela- Murmura Brooke frunciendo el ceño, hago una mueca- Faltaste a la cena que le hicimos mi familia y yo a mis padres ya que se fueron a Suiza por asuntos de trabajo, y no volverían en casi dos meses, pensé que tuviste que hacer algo importante, pero al terminar la cena, veo miles de fotos de Ross y tú, juntos, en el cine y en un maldito restaurante

Le pido disculpas con la mirada mientras pienso en que decir.

Brooke tenía todo el derecho en estar enojada conmigo.

Me había enviado miles mensajes los cual no había contestado por haber estado con Ross, me había invitado a la cena con toda su familia ya que sus padres se irían de viaje por negocios, y tampoco había asistido. 

¿Quién no se enojaría con eso?

-Lo lamento- Digo- Brooke, sé que no hemos pasado tiempo juntas, pero, ¿Eso que importa? somos mejores amigas, lo hemos sido desde que nos conocimos en el kinder, porque no salgamos a menudo no significa que dejemos de ser amigas, sé que paso mucho tiempo con Ross, pero prometo dejarlo a un lado para poder volver a ver todas las series que veíamos juntas, y sobre a lo de la cena, lo olvidé por completo, entiendo si no quieres volver a hablarme, tienes todo el derecho del mundo a enojarte conmigo 

Brooke se relame los labios luego de haber tomado un poco de su limonada.

La observo, rogándole con la mirada que me perdone.

Sonrió cuando la veo sonreír.

-Eres la mejor- Le digo mientras le doy un mordisco a mi sándwich, entreabro los labios para volver a decirle algo pero no lo hago al ver a Ross a mí lado. 

Frunzo el ceño.

Brooke no tarda en cambiar su ánimo.  

Observo a Ross, quien tiene la respiración agitada, y esta algo sudado. 

Se supone que su entrenamiento terminaría en 01 hora más, ¿Qué hace aquí?

-El equipo de porristas se retiro- Me dice poniéndose la mano en el pecho- Están buscando a nuevas chicas para que puedan representar al equipo de basketball, nena, eres perfecta para eso

Mis ojos se abren a tope al escuchar esas palabras.

¿Ser porrista? Nunca había pensado en serlo, ya que, simplemente, las chicas que estaban allí no me agradaban en lo más mínimo, pero, si se han retirado, supongo que... podría intentarlo.

-Creo que, podría intentarlo... ¡Sí! Lo intentaré

Mis ojos vuelven hacia Brooke, quien esta vez, tiene los ojos vidriosos, al instante recuerdo la promesa que nos hicimos hace dos años atrás. 

"No seremos porristas a pesar de lo que nos digan, ya que odiamos a la rubia teñida que dirije a su pequeña jauría, y si se retiran, no importa, ya que odiaremos a las siguientes porristas, es una promesa" 

-Brooke, yo...

-Lo olvidaste, ¿Sabes que? Ya no importa, haz lo que quieras

Y seguido de esto, se retira de la mesa en la que estamos.

Puedo sentir un ligero dolor de cabeza formarse en mí, maldita sea.

¿Qué demonios hice?

-¿Qué sucede?

-Ya no importa, no estaré en el equipo de porristas, no haré piruetas para que todos los hombres que estén en las piruetas me miren el trasero

-Tienes razón, él único que puede mirar tu precioso trasero, soy yo

Y me da una pequeña sonrisa, brazos rodean mi cintura, y sus labios se dirigen a los míos.

No tardo en seguirle el beso.

Era sorprenderte que un sólo beso de Ross, podía cambiar mi estado de ánimo, así estuviera triste, o enojada.

Definitivamente lo quería.

***

-¿Eres consciente de lo que estás diciendo?- Me pregunta Emma atándose el cabello en una alta coleta, asiento, sintiendo un pequeño rubor en las mejillas- ¡No puedo creer que te gusta ese maldito idiota, se supone que todo esto es una apuesta!

-Ross no es un idiota- Reclamo poniendo mis manos en mi cintura- ¿Y sabes que? No me importa esa maldita apuesta, ¿Entiendes? Me da igual, la romperé

-No podrás hacerlo ya que quiero cambiarla antes de que decidas romper la apuesta

Mis ojos se entreabren.

Puedo sentir como mi corazón se agita al ver las llaves del auto que mamá había conducido toda su vida, según Kelly.

Cuando tuvimos la edad suficiente para sacar una licencia de conducir, Kelly, escondió las llaves, ya que Emma y yo nos peleamos constantemente por decidir quien se llevaría el auto. 

Kelly nos había dicho, que el auto, sé lo regalo papá a mamá cuando cumplieron 04 años de relación, en ese día, mamá también le dijo que estaba embarazada de Emma. Cada una creía tener una perfecta razón para llevarse el auto:

Emma: "Merezco el auto ya que ese mismo día, mamá le dijo a papá que estaba embarazada de mí" 

Yo: "Merezco el auto, ya que, yo no pase tanto tiempo como tu lo hiciste con ellos"

Y luego de esas dos típicas frases, comenzaba la gran pelea en la que sólo podía detenernos Kelly.

-Cambiaré la apuesta, y será, si logras terminar con Ross, y dejarlo tirado como el maldito perro que es, el auto será todo tuyo, y además de eso, estoy dispuesta a arreglar tu habitación todas las semanas que sean necesarias

-¿Y que pasará si pierdo?

Pregunto, siendo como mis ojos se ponía húmedos.

Trago saliva.

-Es simple- Dice sentándose en el sofá- Yo encontré la llave luego de haberla estado buscando por todos estos 02 años, así que, si no cumples la apuesta, me quedaré con el auto y además de eso, le diré a Ross que todo esto fue una maldita apuesta entre las dos.


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¿Quieren maratón? :)





Las Carter's | Ross LynchDonde viven las historias. Descúbrelo ahora