Las Carter's | Ross Lynch

Capítulo 15.

Vuelvo a besar a Miles, teniendo en cuenta de que toda la cafetería me esta viendo hacerlo, mi mano derecha se dirije a sus jeans, lo acaricio por encima, gime.

Sonrió contra sus labios. Me separo de él.

-¿Te parece si vamos al cuarto del conserje, pequeña?

Susurra contra mi oído, no tardo en decir que sí.

Entrelaza sus dedos con los míos, y me guía hasta estar dentro del cuarto del conserje.

Comienza a besarme el cuello de una manera desesperada, pongo mis manos en sus caderas, me muerdo el labio inferior y cierro los ojos.

No esta mal lo que estoy haciendo.

De una vez podría terminar con la apuesta.

No podía sentir culpa.

Ross no me gusta.

Yo no lo quiero.

Sí, no lo quiero, no siento nada por él.

O eso es lo que quiero hacerme creer.

***

Pongo una mano en mi corazón, me subo las braguitas y seguido de esto los shorts.

Apoyo mi espalda contra la pared.

Suspiro.

-No sabes cuanto me ha encantado esto 

Me dice, tratando de acercarse.

Ladeo la cabeza.

-A mí también- Miento- Pero tenemos que ir a clases, saldré yo, espera 03 minutos y luego lo haces tú.

Él asiente, intenta besarme pero salgo del cuarto del conserje antes de que pueda hacerlo.

Comienzo a caminar hasta llegar a mi casillero.

Donde me esperaba Ross. 

Pongo los ojos en blanco e intento fingir que todo esta bien.

Aunque realmente estoy muriendo de nervios por dentro.

Al llegar a mi casillero, lo abro, ignorando a Ross, al cerrarlo, siento sus manos en una de mis muñecas.

-¿Ahora me ignoraras?

Me dice con la voz rencorosa.

Intento zafarme pero él no me deja.

Me basta un segundo darme cuenta de que tiene los ojos rojos y lagrimosos.

Y esta vez no puedo evitar sentirme culpable por ello.

-¿Por qué mierda me engañaste? Me dejaste como un completo idiota frente a toda la escuela, maldita sea, _____...

-¿Y recién te das cuenta?- Me río- Que bueno te hayas enterado que todo esto fue solo una apuesta entre Emma y yo

Sus ojos se abren como platos.

Una lágrima cae por su mejilla.

Pongo los ojos en blanco.

-¿Qué?

Suspiro.

-Ross, nunca me fijaría en alguien como tú... ¿Sabes por que? Porque a pesar de que finjas ser "popular" o un "adolescente divertido" por dentro eres un maldito lerdo, un nerd, ¿No te sorprendió que me haya fijado en ti?- Vuelvo a reír- Este es el fin de nuestra estúpida relación, es más, nunca tuvimos una relación, a menos para mí no fue así, sólo fue... sexo sin compromiso alguno, y ahora que gané la apuesta, creo que ya tuve suficiente con esto.

-Yo si te quería...

Susurra, puedo sentir como mi piel se eriza al sentir sus manos en mis brazos.

Cierro mis ojos, intentando no soltar ni una sola lágrima.

-No tenías ni la menor idea de cuanto significabas para mí, joder, _____, te quería como nunca había querido a nadie, y lo sigo haciendo... y si me dices... que todo esto fue una broma... te creeré y seguiremos con nuestra relación como si no hubiera pasado nada, olvidaré lo de Miles, olvidaré... todo, todo lo que acaba de pasar.

Niego con mi cabeza.

Puedo sentir mis mejillas arder.

Abro los ojos.

-Ross, todo fue una apuesta, yo... no sentí, ni tampoco siento nada por ti.

De un momento a otro.

Ross me suelta.

Podía ver lágrimas cayendo por sus mejillas.

Estaba enojado.

Y a la misma vez triste, decepcionado de mí.

-¡Bien!- Me grita enojado- Haz ganado, puedes seguir adelante, diles que sé todo ahora, grítalo sobre los tejados, escríbelo en la línea del cielo, diles que todo lo que tuvimos se ha ido, diles que era feliz, y que ahora mi corazón esta roto, todas mis cicatrices están abiertas, diles que lo que yo esperaba era imposible.

Una lágrima cae por mi mejilla.

Salgo corriendo lo más rápido que puedo hasta llegar a la puerta principal de la escuela.

Sollozo.

No quiero que me vea llorar por algo que yo misma cause.

Al llegar al estacionamiento de la escuela, me montó en mi auto, y comienzo a conducir lo más rápido que puedo esta llegar a casa.

Una vez allí, abro la puerta, encontrándome con Kelly.

Sollozo.

-_____... cariño... ¿Qué paso?

La abrazo fuertemente antes de que pueda preguntarme otra cosa.

-¿Alguien te hizo daño? ¿Qué sucedió?

Me pregunta acariciando mi cabello.

***

-Muy bien echo, fue un buen trato

Me dice Emma para lanzarme las llaves del auto a mi cama.

Suspiro, y las tomo entre mis manos cuando ella ya no esta en mi habitación.

Las pongo en mi pecho.

Cierro los ojos. 

No volví a salir en todo el día.

En todo el día, no hice nada más que llorar.

Pero lo más penoso era que, estaba llorando por algo que yo misma cause.

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