Capítulo 5

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Ryan en multimedia
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Caminé hacia el comedor, el cual era en la cabaña más grande, y entré por la puerta delantera. El comedor era igual de grande a como se veía por fuera o incluso más. Habían mesas hechas de madera en todos lados y en una esquina estaban las bandejas junto con la comida, la cual tú mismo tenías que servirte.

—Espero que haya pizza —deseé en voz alta y seguí hacia la comida con una bandeja en mano y Julie a mi lado.

—Tu deseo se ha vuelto realidad —dijo Julie y sonreí emocionada. Ambas cogimos pizza de pepperonni y caminamos a una mesa vacía. Me senté en ella y Julie al frente mío.

—Hola —dijo Ryan mientras colocaba su bandeja a mi lado.

—Hola —respondió Julie distraída y yo asentí con la cabeza porque tenía un gran bocado de pizza en la boca.

Luego de eso, llegó Kyle y se sentó al lado de Julie.

—Hola —le dijo Julie con una sonrisa gigantesca y batiendo sus pestañas. Kyle hizo un ademán de mano pero eso fue todo. Rodé los ojos.

—Idiota —murmuré por lo bajo.

—¿Qué me dijiste? —habló Kyle con una sonrisa. No parecía molestarle el hecho de que lo acabara de insultar. Al contrario, parecía divertirlo. Y eso me enfurecía.

—Lo que escuchaste, idiota.

Mientras hablábamos, sentí como las miradas curiosas de Julie y Ryan iban de mí a Kyle como si estuvieran presenciando un partido de tenis.

—No me digas idiota, estúpida.

Sentí como la ira se apoderó de mí. Detestaba cuando la gente me decía qué hacer. Y odiaba que un chico como Kyle me insultara.

En un impulso, tomé un pepperoni de mi pizza y se lo lancé a la cara. Este cayó en su mejilla y se quedó pegado ahí haciendo que Julie, Ryan y yo explotemos en carcajadas. Vi como su sonrisa se borró de su rostro y, una parte idiota de mí, quería que volviera esa estúpida sonrisa a su maldito rostro. Él se sacó el pepperoni de la mejilla y lo dejó caer. Podía ver la ira en sus ojos y pensé que esto no sería nada bueno para mí. Y tuve razón.

Kyle me lanzó su pizza entera a la cara y dejé de reír. ¿Cómo se atreve? ¿Quién se cree que es?

Quité la pizza de mi cara y me limpié con una servilleta que tenía a mi lado tratando de contener mi enojo. Obviamente, no funcionó.

Me levanté de golpe de mi asiento con mi pizza entera en la mano.

—Ahora sí. ¡Esto es guerra! —le dije enojada y, cuando estaba a punto de lanzarle mi pizza hacia él, un brazo me detuvo.

Naomi me volteó con su agarre en mi muñeca y sonreí inocente. Ya estaba acostumbrada a mentir y a convencer a las personas que no hice nada malo en situaciones así. Estaba pensando en todas las excusas que podría poner cuando Naomi me interrumpió.

—Ustedes dos —comenzó señalándome a mi y a Kyle—, vengan a mi oficina. ¡Ahora!

Naomi se veía tan enojada que ni Kyle ni yo nos atrevimos a decir algo. Ambos asentimos con la cabeza y ella se alejó en dirección de la salida.

Fulminé a Kyle con la mirada mientras ambos salíamos de nuestros asientos. Él no parecía molestarle. Estaba sonriendo de lado. ¿Qué acaso no puede estar serio o enojado por más de unos minutos?

Guerra de ConsejerosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora