Nos mantuvimos en el lago hasta el atardecer. No lo podía negar. Disfruté estando todas esas horas con Kyle frente a mí. Hablamos, bromeamos, reímos y de vez en cuando, nos besábamos.
Ni siquiera había pensado en cómo se sentiría Julie si se enterara de todo esto. Aunque, no había nada de qué enterarse. Solo fueron un par de besos insignificantes. Ese pensamiento logró angustiarme más.
Negué con la cabeza. Tenía que dejar de pensar cosas así o me volvería loca.
Disfruté de ver el atardecer con Kyle frente a mí sin que me importara que otros campistas nos pudieran haber visto y le podrían decir a Julie. Dejé de pensar en que luego me arrepentiría de besar a Kyle. Simplemente me dejé llevar. Y me encantó.
Mientras arrastraba la canoa a la orilla del lago con ayuda de Kyle, no podía evitar sonreír. Compartíamos miradas cómplices y ninguno de los dos podíamos dejar de sonreír.
—¿Por qué vienen tan sonrientes? —preguntó Julie acercándose con una sonrisa y Ryan detrás de ella. Instantáneamente, borré la sonrisa de mi rostro. Solté la canoa y miré a Kyle antes de dirigir mi vista a ellos—. ¿Será que por fin se volvieron amigos?
Viendo una escapatoria brindada por Julie, decidí que era lo mejor mentir.
—Sí, ahora somos de los mejores amigos —dije sonriendo nerviosa.
Miré a Kyle por el rabillo del ojo y vi que él me imitó. Julie parecía un poco incrédula y Ryan nos miraba sin creer una palabra de lo que acababa de salir de mi boca.
Para dar énfasis a lo que acababa de decir, miré a Kyle y le di un puñetazo en el hombro. Así como hacen en las películas en este tipo de situaciones. Kyle me miró indignado, sin entender por qué acababa de golpearlo. Yo le sonreí burlona y él me devolvió el golpe con cuidado de no lastimarme.
Ambos dirigimos nuestras vistas a Ryan y Julie, esperando que se creyeran todo y que siguieran con sus vidas. Julie sonrió más amplio. Supongo que estaba feliz ahora que su amiga y casi-novio eran amigos. Lo único que no sabía era cuán cercanos éramos Kyle y yo.
—¡Al fin! —exclamó Julie.
Ryan aún nos miraba a Kyle y a mí con las cejas enarcadas, sin creer nada. Intenté transmitirle con la mirada que hablaríamos luego y él pareció entender.
—Pero, ¿por qué están mojados y por qué tienes la chaqueta de Kyle? —preguntó Julie frunciendo el ceño y señalando la chaqueta que tenía sobre mis hombros aún.
Aunque sea difícil de creer, luego de esas horas Kyle y yo no nos logramos secar del todo. Nuestra ropa aún seguía un poco mojada y mi cabello estaba húmedo.
—Es que, antes de que nos volviéramos amigos, tiré a Kyle al lago —mentí rápidamente. Kyle me fulminó con la mirada rápidamente y volvió a colocar una sonrisa cuando miró a Julie.
—Y luego yo agarré a Elizabeth y la jalé para que cayera conmigo al lago —dijo. Ya esto parecía otra de nuestras competencias.
Julie asintió y nos miró expectantes. No me di cuenta de que aún esperaba una respuesta de por qué tenía la chaqueta de Kyle. No tenía excusas para tapar eso. Por suerte, Kyle habló por mí.
—Hicimos una apuesta y Elizabeth ganó mi chaqueta —explicó Kyle luego de un rato. Asentí dándole la razón.
Definitivamente, eso era mucho más creíble que Kyle dándome su chaqueta porque tenía frío. O al menos era más creíble para Julie.
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Guerra de Consejeros
Teen FictionElizabeth es una chica que, por un castigo, es obligada a trabajar como consejera en el campamento de su hermana menor. Allí, conoce a Kyle, el chico más odioso del Planeta Tierra. Él también está de ayudante como castigo de una broma. Ambos se odi...