Capítulo 22

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—Kyle, tenemos que volver —dije entre risas alejándome de Kyle para evitar sus labios.

Kyle hizo un sonido de disgusto y yo reí más. Le golpeé levemente el hombro para apartarlo. Él lo hizo, claramente disgustado y yo me levanté del suelo.

Aún seguíamos en la orilla del lago. Nos mantuvimos aquí por lo que parecieron horas. Conversamos, bromeamos, reímos y miramos las estrellas. Todo era perfecto en este momento. Pero teníamos que volver ya. Teníamos que volver al mundo real y yo tenía que enfrentar a una Julie herida y a un Ryan dolido.

—No quiero. Ahora que te tengo aquí conmigo no dejaré que te me escapes tan fácilmente —dijo Kyle mientras tomaba mi mano e intentaba atraerme a él. Sonreí.

—Eres tierno cuando te pones cursi —dije.

—Solo soy cursi contigo —murmuró sonriendo. Rodé los ojos sin evitarlo.

—Apuesto a que le has dicho eso a muchas otras chicas —le respondí. Él se levantó del suelo y me miró aún con mi mano sobre la suya.

—Sí pero esta vez lo digo enserio —admitió. Reí una vez más.

—Apuesto a que eso también se lo has dicho a todas —bromeé y él rió. Me uní a su risa y comenzamos a caminar hacia las cabañas.

—¿Qué hora es? —pregunté susurrando mientras me fijaba en que todas las luces estaban apagadas. Solo habían unas cuantas prendidas fuera de las cabañas.

—No sé y no me importa. Cuando estoy contigo el tiempo pasa volando —susurró Kyle. Puse los ojos en blanco. Este chico era enserio un verdadero cursi.

—Creo que todos se fueron a dormir —le respondí aún susurrando.

—No, ¿enserio? —preguntó fingiendo sorpresa. Le golpeé el hombro y él rió.

Nunca me acostumbraría a su bipolaridad extrema. Primero era un chico tierno, después se ponía sarcástico y luego explotaba en carcajadas de la nada.

—Solo por eso, te quedas sin beso —dije fingiendo enojo y mirando hacia otro lado. Él me tomó la barbilla y volteó mi rostro para mirarlo. Pensé que volvería a decir algo cursi, como siempre hacía, pero solo se rió antes de hablar.

—¡Te salió rima! —exclamó emocionado. Su emoción me causó ternura y gracia, por lo que no pude evitar reír con él.

—Eres un idiota —murmuré y lo besé levemente sin querer apartarme.

Tan pronto me aparté, Kyle sonrió.

—Que tengas buenas noches y sueños pervertidos conmigo —murmuró cuando me empecé a alejar, aún mirando hacia atrás y esperando que no me fuera a tropezar con una rama justo en este momento.

—Eso sería una pesadilla —bromeé para hacerlo enojar. Kyle fingió estar ofendido ante mi comentario y se llevó una mano al pecho.

—Te encantan esos sueños, y lo sabes —dijo y me guiñó el ojo. Reí una vez más y seguí hasta mi cabaña.

Suspiré tan pronto cerré la puerta silenciosamente. Mañana sería un día largo pero hoy, fue perfecto.

•••

Tomé asiento en una mesa vacía y comencé a comer. Estaba hambrienta y no estaba haciendo nada para ocultar mi desesperación por comer.

—Hola, enana.

Sonreí al escuchar la voz de Kyle. Él tomó asiento a mi lado e ignoré el hecho de que me haya llamado "enana" ya que al menos no me llamó algo estúpido como "nena" o "princesita". Odiaba esos sobrenombres.

Guerra de ConsejerosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora