Capítulo 10

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Dos días después de que Kyle cayera al lago por mi increíble broma, me dirigí a la cocina otra vez. Hoy tenía que lavar los platos con Kyle. Con un poco de suerte, lograría evitar que Kyle me dirigiera la palabra. Pero mi suerte no era muy buena.

Entré a la cocina tan pronto llegué a esta y vi a Kyle sentado encima de una mesa en medio de la gran cocina. Él me miró tan pronto entré y sonrió con la sonrisa que siempre lograba ponerme nerviosa.

—¿Ya se te pasó el enojo? —pregunté levantando las cejas. Él siguió sonriendo y bajó de la mesa.

—Ya sabes que no puedo estar enojado contigo por mucho tiempo —dijo guiñándome el ojo y rodé los ojos mientras me dirigía hacia los fregaderos.

—¿Eso quiere decir que no te vengarás por mi pequeña broma? —pregunté con esperanzas. A pesar de que no quería admitirlo, estaba segura de que Kyle era capaz de hacerme una broma que haría que lo odie para siempre. O por lo menos más de lo que ya lo odio.

—¿Pequeña broma? —preguntó incrédulo y rió—. Eso no tenía nada de pequeño.

—Yo digo que sí —dije encogiéndome de hombros. Él me miró con algo que parecía fascinación y me sentía expuesta a él, como si yo estuviera desnuda y él estuviera contemplándome. Me removí incómoda y hablé con un tono fastidiado—. ¿Vas a contestar la pregunta o no?

—No —dijo con una sonrisa malévola, como si le encantara verme sufrir—. Y, si estuviera planeando mi venganza, no te lo diría.

Bufé y me coloqué frente al millón de platos que teníamos que lavar.

—Esta vez te toca lavar los platos a ti —dijo Kyle y rodé los ojos. Había esperado que se le olvidara ese pequeño detalle. Pero, como había dicho antes, mi suerte no es muy confiable.

Suspiré mientras tomaba un plato en manos y comenzaba con mi trabajo. Rápidamente, mi mente comenzó a pensar en mil cosas que lograron sacarme del mundo real. Lavaba los platos inconscientemente y, apenas había escuchado cuando Kyle me dijo algo.

—¿Qué? —pregunté frunciendo el ceño. Estaba segura de que él había dicho algo pero no escuché qué fue.

—Te estaba preguntando qué harías esta tarde —me dijo sonriendo de lado.

—¿Por qué quieres saber? —pregunté a la defensiva.

—Tengo curiosidad —dijo encogiéndose de hombros.

Una estúpida vocecita en mi mente me decía que Kyle quería saber qué iba a hacer esta tarde por algo mucho más que simple curiosidad. Pero saqué ese pensamiento de mi cabeza tan pronto esa vocecita lo puso ahí.

—Haré cosas —dije a pesar de que no tenía nada planeado. Mi mente me seguía diciendo que Kyle quería invitarme a salir pero yo me negaba a creerlo.

—¿Qué clase de cosas? —preguntó y se giró para verme mejor aunque yo estaba de lado. Yo también me giré, olvidando por completo a los platos, y ambos quedamos frente a frente.

—Cosas importantes. Eso es todo lo que tienes que saber —dije manteniendo la calma y él sonrió.

Luego de eso, volví a seguir con mi trabajo mientras él seguía mirándome expectante. No sé si fue por curiosidad o si fue simplemente porque soy idiota pero lo que salió de mi boca después de eso, fue una tremenda estupidez.

—¿Y qué harás tú?

Me dieron ganas de pegarme a mi misma en la cabeza pero eso sería muy obvio. Y ver la reacción de Kyle solo logró confirmar que había dicho lo que él quería que dijera. Kyle tenía una gigantesca sonrisa plasmada en el rostro y me puse nerviosa tan pronto la vi.

Guerra de ConsejerosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora