7. Perdido

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Mis deseos de ir a otro lugar se ven hundidos por el propio Ashton.
-Tengo que llegar a casa de Tom temprano, su padre es muy estricto conmigo - me dice triste.
Es verdad, Tom casi nunca va a fiestas por culpa de su padre.
Muy triste, Ashton se despide mí con un apretón de manos, aunque me va a abrazar, pero se detiene a medio camino. Se queda ahí parado y luego se despide otra vez con la mano y se va hacia la calle principal a tomar el autobús.
Lo quedo mirando dramáticamente, como esas películas de la guerra, donde la pareja de un militar se despide antes de que suba al tren, pero luego recuerdo que yo también debo tomar autobús.
-¡Ashton! - lo llamo sin gritar porque no quiero que la gente me mire como loco, y corro hacia él.
Cuando llego a su lado, le digo:
-Yo también me tengo que ir en autobús. - le digo sonriendo.
Ashton se ríe, y me da alegría que lo haga. Pero se ríe de manera extraña y me doy cuenta de que no estamos riendo de lo mismo.
-¿Qué ocurre? - le digo.
-Uhm... Tienes crema en la boca.
-¡¿Donde?! - le digo espantado tratando de verme con la cara de mi smartphone.
-Ahí - me dice limpiando la crema con su dedo, el tacto de su dedo en mis la labios me da escalofríos, y lo dejo.
Me limpia y me sonrié.
Quiero besarlo.

Pero me aguanto las ganas y vamos a la parada de buses, juntos. Me explica que tiene que tomar el autobús 203, que es la misma línea que yo ocupo, mi bus es 204.
Todas las 200 son de color azul oscuro, así que si uno va despistado y no ve bien el número, puedes ir a dar un recorrido inusual. Lo digo por experiencia, a veces me he confundido, y en vez de terminar en mi casa, termino en el sector peligroso de la ciudad, donde si caminas, no sales virgen, tío.
Esperamos juntos, y nos vemos imposibilitados a conversar por el ruido de los automóviles.
Su bus llega primero, y se despide con un apretón de manos. Se sube, paga, y se sienta. Hubiera sido una buena despedida de película si el bus acelerara y se fuera por la calle, mientras yo miro como se aleja... Pero ponen luz roja en el semáforo y el bus se queda ahí mismo donde esta, Ashton se sienta al lado de la ventana y nos miramos.
Nos reímos hasta que el bus acelera y se aleja.

Espero mucho rato por mi bus, pero no pasa. En mi espera, me dedico a mirar a las personas, ¿Cómo serán sus vidas? ¿Serán felices? ¿Estarán sufriendo?
Mi sesión de psicología en la calle termina cuando veo mi bus acercándose a la parada.
Le hago señas para que se detenga y me subo, le pago el pasaje y me voy a sentar.
Odio que vaya lleno porque uno va incómodo, pero hay bastantes asientos libres y escojo uno a la ventana. Prendo mi celular y conecto los audífonos.
Conecto Spotify y pongo mi lista de canciones, subo el volumen al máximo y me dejo perder en mi subconsciente, aunque mirando de vez en cuando donde voy, siempre me ha dado miedo quedarme dormido y luego despertar en el terminal de buses con el chofer diciéndome que he pasado mi parada.
Así que viajo con la música llenándome y viendo como anochece en la ciudad.

                         • • •

Despierto confundido de un sueño extraño.
Me acomodo en el asiento, y en ese momento me doy cuenta que voy todavía en el autobus. Salto de miedo y trato de mirar por la ventana, veo casas y luces. Estoy en los sectores acomodados de la ciudad, las casas son grandes y el barrio parece ser amigable, bueno, así lo estoy viendo de noche.
El pánico me ataca, y le dijo al chofer que se detenga, miro hacia los pasajeros y me doy cuenta que soy el único junto con un señor que va sentado al final.
El chofer se detiene bruscamente y yo me bajo diciendo "gracias".
Cuando ya estoy abajo, comprendo que bajarme del autobús en una parte de la ciudad que no conozco, fue una de las peores ideas mundiales, junto con la creación de la escuela.
Trato de analizar el paisaje, pero no tengo idea de donde estoy. Camino y camino, pero no me lleva a nada, solo a más casas.
McMansiones de poca monta que me confunden.
Llamo a mi mamá, pero después de escuchar el tono, no me contesta.
Que hago que hago que hago.
La llamo de nuevo y tampoco lo hace.
Veo mi teléfono y son las 19.54.
Pero como es invierno, ya esta oscuro.
Aprovecho de ver el mapa en mi celular, y pongo mi ubicación, el resultado me sorprende: no estoy ni cerca de mi casa. Es decir, además de pasar mi parada, el autobús no estaba tomando el mismo recorrido normal, me había equivocado de bus. Pero la pregunta era: ¿Qué autobús de mierda tomé?

Comienzo a leer el nombre de las calles, por si algo me ayuda, pero sus nombres complican más las cosas, son solo nombres de héroes nacionales, nombres de arboles y cosas variadas.

Hasta que leo: "Torres de alba"
Me llega una idea vaga de una noticia mala que dieron por la tele hace poco. Comienzo a recordar más y más.
Fue una noticia en donde a un joven lo asaltaron y lo mataron en esta calle.
Sip, donde estoy parado ahora mismo.

De repente, una luz aparece doblando la esquina. Solo un foco grande y potente que apunta directamente hacia mí.
Me estoy cagando mientras el foco se va acercando y acercando. Cada vez más y más grande.
Voy a morir voy a morir voy a morir voy a morir.
Comienzo a hacer mi testamento mental, dejándole toda mi fortuna a mi próximo perrito, no voy dejando detalles.
La luz se acerca. No quiero morir. Por favor. No. Por favor.

Hasta que se escucha el ruido de una moto que viene del foco gigante, así que el foco es una moto.
La moto se detiene a 10 metros de mí, no veo al que la conduce, pero se queda un rato en frente de mí, imponiendo presencia.
Pierdo todos mis sentidos porque sé que va a pasar algo malo.
Cuando ya han pasado casi 5 minutos, escucho un "¡James!" que me confunde.
Abro los ojos (los tenía cerrados con mucha fuerza).
De la moto, se baja una chica rubia con pelo alocado y chaqueta verde militar.
Es La Hippie.
Relajo todos mis músculos y voy a su encuentro.
-¡Casi muero! Pensé que eras un asesino o algo así - le digo saludándola.
-¡Ja! Si te ví, por eso me quedé un rato parada, para ver cuanto podías soportar, lo siento... - dice riéndose.
Me rió y la perdono.
-Aunque, ¿qué estas haciendo aquí tan tarde? Ya nadie viene por estas calles por ese confuso incidente... Ah, ¡ya sé!, ¿Viniste a ver a Ashton a la casa de Tom?.

QUE, así que Tom vive por aquí.

-¿Tom vive aquí? No tenía idea - le digo, imaginándome que voy a la ventana de Ashton, y le toco el vidrio...

-Sip, de hecho vive en la esquina de allá - dice apuntando hacia el norte e interrumpiendo mis pensamientos.
-¿Tú igual vives por aquí?
-No, no, no, andaba dando unas vueltas para despejarme, yo vivo en La Nueva. - dice, pero me doy cuenta que es justo donde vivo yo - ¿Qué haces aquí, en todo caso?
-Ehm, tomé un autobús equivocado y me quedé dormido. - le digo avergonzado.
-Ah! A mi siempre me pasaba, esa línea 200 debería diferenciar bien sus buses, y poner asientos menos comodos para que uno no se quede dormido! - dice muy seria - por eso le pedí esto a mi padre - y apunta a su moto. - ¿Donde vives?
-En la Nueva...- le digo.
-Ah! Te puedo llevar!
-No, no, eso sería mucho, no, gracias, pero no...
-¡No! Te llevo, no tengo problema - me interrumpe llevándome a su moto - Siéntate y disfruta del paisaje.
Le hago caso porque una parte de mí quería irse con ella, además, nunca antes me había subido a una moto real. No cuenta la de los juegos del centro comercial.

Me subo y ella también, comienza a andar a penas se sienta. La sensación del viento me sobrecoge, es mucho mayor a la de la ventana de un auto. Y te llena de adrenalina.
Aunque sé que en cualquier momento podemos chocar y matarnos.
La Hippie conduce con agilidad por las calles, y al cabo de unos 10 minutos, ya estamos en La Nueva. Le indico donde parar, y luego me bajo.
Antes de irme me despido de ella, y le agradezco el viaje.
-De nada, James, pero antes... Hablando de Tom y de Ashton - no recuerdo haber tocado el tema de Ashton, pero sigue hablando normal - Creo fielmente que Ashton le gustas, no como amigo o algo así, le gustas de verdad.

La sinceridad de La Hippie me sorprenden.

-Yo también siento algo así, ha decir verdad.
-Si los dos estan enamorados, no dejen que nadie ni nada los separe - me dice poniendose el casco y despidiendose, acelera y desaparece por la calle.

Su mensaje no deja de preocuparme.

El Traductor (GAY STORY)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora