no entiendo cómo la vida, a veces da muchas vueltas; es decir, en un segundo, estás tranquilo en tu habitación, disfrutando de la agradable música que inunda tu cabeza; y al otro, estar corriendo por toda la ciudad debido a un recado "urgente" de quien suponía, era Michael.
resulta, que llegué de la escuela con mis audífonos y la música al tope en volumen. subí a mi habitación, y noté un extraño papel que estaba pegado a mi ventana por la parte de afuera.
como soy 'un poco' curiosa, no lo pensé ni un poco y tomé aquel extraño pedazo de hoja de cuaderno.
lo primero que pude ver era una caligrafía y ortografía preciosa; los trazos de cada letra, punto y coma, estaban perfectamente escritos, tan limpios.
"Micaela:
En serio necesito ayuda, no sé qué tengo, no sé qué hacer. Estoy sólo, siempre lo estoy. Micaela, tienes que venir. Yo... te necesito.
-Michael.leí ese recado las suficientes veces hasta asimilarlo. Michael me necesitaba y yo aún estaba ahí parada en mi habitación.
tomé aquel arrugado papel y me dirigí lo más rápido que mi cuerpo me lo permitiera, a la dirección que estaba escrita.
en ése momento, sólo pensaba: "¿estará bien?, Dios, Micaela, no lo está", "¿necesitará algo?, "¿enfermo?", "¿alguien le habrá hecho daño?" aunque, lo que más me aterraba y pudieran ser las posibilidades más lógicas era, que ese daño, se lo había podido causar él mismo.