tres semanas.
tres malditas semanas en donde Michael se me había declarado y yo no le di ningún motivo para que se quedara.
éste tiempo, me ayudó a darme cuenta de que sí me gustaba Michael, más bien, lo necesitaba. necesitaba verlo, necesitaba abrazarlo. pero se fue.
lo extrañaba...
no entendía la manera en cómo Michael me hacía sentir. Dios, me encantaba. ¿tan cobarde era yo? ese día pude haber impedido que se fuera, pero, no, no lo hice.
no podía imaginarme las cosas que Michael sintió en ése momento, o en las cosas que hizo al llegar a casa...no.
no es cierto, no lo es.
¡Michael!salté de mi cama y no estaba segura de ir.
no podía simplemente estarlo cuidando. pero Dios, él no podía estar solo. Michael me necesitaba, pero, no, quizá no lo hacía, son tres semanas, y en ésas tres semanas, no me había buscado, ¿y si... mur..? no, no, no. tenía que apartar todos esos pensamientos, todos esos sentimientos.la desesperación por saber algo de él me estaba comiendo viva. realmente, no podía creer el efecto que Michael causaba en mí.