Capítulo 24

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Pasaron minutos que se me hacían horas mirando al cadáver, hasta que escuché unos pasos acercándose hacia la puerta.
Llamaron a la puerta tras pocos segundos.

-Quién es? -pregunté.

-Katya? Soy yo, Charlie.

Dudosa, le dejé pasar, le dirigí hacia el cadáver y cuando él pudo verlo me miró asustado.

-Qué le ha pasado!?

-Ehm... La he matado...

-Tú!? Cómo!?

-Pues verás... -le conté todo lo que había pasado.

-Sabía que eras especial, eres de los nuestros, Katya, no puedes irte de este bosque.

-A ver, en vez de decirme esas cosas podrías decirme lo que debería hacer, no? No voy a llamar a su madre y le voy a decir "Oh, sí... he matado a María, jaja, es una lástima".

-Y por qué no?

-Tú eres tonto? -dije con la mano en la cara.

-Joder, qué quieres que haga!?

-Pues no lo sé!!

Nos quedamos en silencio.

-Qué fue lo primero que hiciste al verla muerta?

-Llorar, intentar revivirla...

-Y después?

-Empecé a reír. No me preguntes por qué.

-Con qué la has matado? Es un corte profundo.

-Jeff me dió una de sus navajas.

-Katya... Qué es eso? -dijo cogiendo mi brazo y subiendo la manga de la camiseta.

Yo agaché la cabeza y no respondí.

-Por qué te cortas?

-No es que sea muy feliz... -me atreví a decir.

-Katya, puedes cofiar en mi.

-A ver, María era lo único que me quedaba, lo que me hacía feliz, ahora ya no está ahí para hacerme feliz, y donde yo vivo no tengo amigos, siempre estaba con ella, nunca salíamos de casa porque tenemos unos vecinos que me insultan y mi madre no es que se preocupe mucho por mi...

-Comprendo... Pero ahora ya no eres como antes, eres diferente a los demás, ya no tienes que preocuparte por eso, con nosotros serás feliz, podrás matar a todo el que se te antoje y nadie podrá darse cuenta de quién ha matado a quién.

-Pero... Y si no puedo?

-No puedes qué?

-Defenderme.

-No vuelvas, quédate aquí, nadie podrá hacerte daño. Mira, ven.

Me cogió de la mano y me llevó fuera, nos adentramos en el bosque, cogidos de la mano, como una pareja normal.

-Ves? En el bosque no hay nadie. Aquí estarás bien.

-Pero... Es que... No sé qué hacer -resoplé y cayó una gota por mi rostro.

-Tranquila...

Me abrazó, eso me hizo sentir bien, en su pecho pude llorar tranquila, me relajé un poco y Charlie empezó a acariciarme la cabeza.

-Quieres volver a casa?

-Sí...

Desandamos lo andado y casi al llegar a la casa escuchamos una conversación entre dos personas. Nos escondimos detrás de un árbol bastante ancho para que no pudieran vernos. Dos hombres hablaban en la puerta de "nuestra" casa.

-Seguro que era aquí?

-Sí, me dieron esta dirección.

-Ehm... Buenas tardes, Se ha acabado el plazo de alquiler de la vivienda.

No hubo respuesta.

-Hola? -golpearon en la puerta.

-Si no abren la puerta tendremos que tirarla abajo!

Los dos hombres se dieron cuenta de que no había nadie dentro ya que solo estaba el cadáver de María.Así que empezaron a pegarle patadas a la puerta.

-Pero qué hacen!? -me preguntó Charlie entre susurros.

-Mierda. Hace poco María me dijo que un día se nos acababa el plazo y que nos tendríamos que ir.

-Es que eres tonta.

-Lo sé.

-Y qué hacemos?

-Yo qué sé.
Uno de los golpes que le dieron hizo que cayera al suelo.

Escuchamos cómo uno de los dos chicos gritaba. Charlie y yo supusimos que fue al ver el cadáver.

-Te dije que era una mala idea venir! -Gritó uno mientras volvían corriendo al coche.

Ya en el coche metidos uno de ellos consiguió verme, vi como me señalaba indicándole a su amigo mi posición.

-Charlie, me han visto. Corre!

Le cogí de la mano y tiré de ella para hacerle correr. Charlie paró en seco, al verlo yo también paré, no me preocupé mucho ya estábamos bastante lejos.

-Katya, ¿por qué huyes?

-¿Por qué no quiero que me busquen? Tal vez, no sé.

-No pueden hacerte nada.

-A tí no pueden hacerte nada -le corregí.

-Katya, eres como yo, no pienses lo contrario, considérate como una psicópata, es lo mejor, imagina matar a todo el que se te antoje, y que luego nadie se de cuenta ya que ahora eres un "creepypasta" -cuando dijo creepypasta hizo las señas de entre comillas con los dedos.

Charlie me besó de una forma muy cariñosa y me miró fijamente a los ojos.

-Te quiero, y mucho, no quiero que te alejes de mí, Katya.

Sonreí y le abracé muy fuerte.

-No lo haré.

Charlie Charlie, ¿estás ahí? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora