Capítulo 30

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Pasaron semanas después de volver a estar con Charlie, no sabía nada ni de mi familia ni de Jeff, me resultaba extraño no haberle visto. Todo iba demasiado bien, Charlie y yo seguíamos enamorados como el primer día. Hubieron días que saqué mi vena psicópata y le dije a Charlie que me trajera a alguien para asesinarlo :3

Me resultaba raro no haber tenido ningún problema aún, pero oye, mejor.

Charlie y yo estábamos sentados en el sofá haciendo la mierda.

-No vamos a hacer nada interesante?

-¿tienes la vena psicópata hoy?

-Meh... Nope.

-¿y que quieres hacer?

-No lo sé -dije con un tono de desesperación.

En ese momento tuve una idea.

-Quedate aquí y no te muevas.

Subí al piso de arriba, cogí dos lápices y una hoja. Puse lo de Charlie Charlie y bajé donde estaba Charlie. Si, iba a hacer una gilipollez máxima.

Dejé la hoja en la mesa y puse los lápices.

-Charlie Charlie ¿estás ahí?

El lápiz se movió al si. Yo miré a Charlie, este rió.

-Estoy aquí y nunca me iré de tu lado.

-Oooooh. -le besé.

No hicimos nada interesante, yo simplemente dormí, dormí y... Dormí. Día productivo. No, la verdad llevaba tanto tiempo allí que ya no sabía que hacer.

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El día siguiente me desperté con ganas de aventura.

-Charlie Charlie Charlie.

-Dime.

-Vamos al pueblo?

-Quieres matar a alguien a primeras horas de la mañana?

-Zi.

Era muy fácil convencer a un creepypasta para que te lleve a matar a alguien, una persona cualquiera dudaría en hacerlo.

Llegamos al pueblo.

-Mira, está alejada del centro, podemos entrar.

-Vamos! Entraremos por la puerta de atrás.

Fuimos a la zona de atrás pero habían dos niños jugando. En ese momento me si cuenta del dolor que podía causarle a esos pequeños así que me arrepentí.

-Charlie, esta no.

-Por?

-No quiero lastimar a un niño que aún tiene toda su vida por delante.

-Entiendo, pues vamos a otra.

Nos alejamos de esa casa.

-Mira, esta parece vieja. -dijo refiriéndose a otra casa.

Escalamos un poco de la zona de atrás para alcanzar una ventana.

-Pero aquí hay alguien.

-Chsss -me mandó callar Charlie.

Escuchamos como una silla se movía, deducimos que nos había escuchado. Unos fuertes golpes nos desconcertaron.

-Que ha sido eso?

-Parece que haya cogido algo.

-Ten cuidado.

Charlie abrió la puerta de la habitación donde estábamos en ese momento.

-Están subiendo -avisé a Charlie al escuchar unos pasos.

-Quien hay ahí!? -gritó el dueño de la casa.

-Charlie vámonos -susurré.

Charlie salió rápidamente de la habitación y se dirigió al dueño, pero este le apuntó con una pistola, en ese momento todo lo vi en cámara lenta. Veía la bala saliendo, hasta que llegó al pecho de Charlie. Este calló al suelo. Volví a verlo todo normal. Entonces corrí hacia el dueño y yo le clavé mi cuchillo antes de que él pudiera hacer nada. Ya clavado me dirigí a Charlie, el cual estaba sangrando.

-Charlie!? -me apoyé en su pecho y comencé a llorar. Había muerto.

Con millones de lágrimas en los ojos y sin fuerzas cogí la pistola del señor. Apunté mi cabeza. Miré a Charlie, su cuerpo muerto, me dolía tanto ver esa imagen... Ya no me quedaba nada, ni Maria... Ni Charlie... Nada. Apreté un poco el gatillo de la pistola, pensé en lo que estaba a punto de hacer.

-Lo siento. -dije y disparé.

Ya esta. Todo había acabado. Dejé de sentir. Dejé de sufrir. Ya no iba a tener más miedo, no iba sentir más dolor... Aquí se acabó todo.

Fin.

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Bueeeeno. Pues este es el final de la historia. He tardado tanto en publicarlo pues no por qué, no he estado muy animada.

Espero que os haya gustado tanto como a mi.

Gracias a tod@s por leerla.

Os quiero

Charlie Charlie, ¿estás ahí? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora