VI

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Al fin, mi hora de dormir. Lo que siempre me ha gustado. Y más aún, cuando no lo puedo hacer bien; ni desde que tuve esa pluma tan genial, o lo de la supuesta inteligencia. Nah, es lo mismo. No puedo evitarlo, estoy cansado. Cierro los ojos, y el terror comienza de una extraña manera.
En el escenario de un teatro, aparezco con una sonrisa forzada (unos hilos sujetaban mis labios y hacían esa mueca que no es propia de mi), y unas cuerdas sostenían mis brazos y piernas.
Todos mis conocidos cercanos se sientan en la primera fila, muchas personas-no tan desconocidas- se posan en los asientos restantes. Entre esas personas se encuentra Will con Johnnatan en la segunda fila, y me miran con ojos de malicia.
Al fin empieza el show. Mis piernas, accionadas por los hilos, empiezan a moverse en todas direcciones, haciendo un ridiculo baile, con mis manos al compás de estas pisadas tan sonoras.
Mi cara, de todas las partes de mi cuerpo, es la única que puedo accionar por mi cuenta. Hago todo lo posible por salir de allí, pero es inútil. Este es el único lugar en donde yo no tengo una salida. El temor a todo, me hace más difícil la pesadilla.
Todos aplauden, y es el final de el primer acto, donde comienza el terror, para mí.
Unos "extras" pasan una mesa con varios instrumentos que, al parecer, me serán de utilidad para esto.
Felizmente, me dirijo hacia esa mesa y tomo una sierra.
-¿Qué va a pasar?- pregunto asustado hacia la persona que más aprecio.
-¡El show! Querido hijo- contesta la mujer que me dió la vida.
La mano con la sierra, se dirige hasta mi pierna derecha. Corto y corto, hasta que la sangre sale disparada por todas partes. El dolor es insoportable, no puedo evitar el impulso del grito. Mi mano sostiene mi pierna ahora mutilada, la alza como un trofeo, y se la lanza a mi madre, esta, felizmente, la toma y me manda un beso.
Todos aplaudieron esta escena.
¿Qué clase de sueño es este? ¿Quién, de todas las personas que tengo almacenadas en mi cerebro, puede manipular mi cuerpo con tanta malicia?
Miro hacia arriba, y me topo con Bifimglich. El me manipula de una manera tan horrenda.
No está como un anciano, ni como mi yo más joven, ni como mi putrefacto yo actual; me doy cuenta de que es una forma que no es humanoide, una forma que no es de este mundo. Es un ser de inframundo, con manos toscas y negras, negras carbón, con puntos blancos, y me percato de la gran similitud con el cosmos.
Intentó despertar, pero no puedo, y Bifimglich sonríe aún más con fallido intento.
Este me manipula para que agarre una silla, hace que me siente, sigo con la sierra en la mano. Me corta mi otra pierna, y como la otra vez, la lanza hacia el público, para ser más exactos, hacia donde está Will. Vuelven a aplaudir, y esos aplausos son parados por mis gritos desgarradores de dolor.
Me despierto rápidamente gritando, y lo primero que hago, es verificar que mis piernas siguieran allí. Por fortuna, las conservo todavía, y para mi sorpresa, Bifimglich no está en la habitación conmigo.
Escucho unos golpes en mi puerta principal y abro la puerta.
Una chica me saluda con una cara llena de ojeras y muy preocupada.
-¡¿Estás bien?!

Un simple tratoWhere stories live. Discover now