Sexto Sentido (EunHae)

Capítulo 3: Tacos. Parte 1

  Pov Donghae.



Me desperté con un riquísimo olor a café inundando el ambiente. Traté de ubicar de dónde provenía el aroma y me encontré con un espléndido desayuno servido en la mesita baja frente al sofá. Había jugo de naranjas, frutas, tostadas y, por supuesto, café. Miré a mi alrededor tratando de ubicar dónde estaba Hyukjae, pero no lo encontré. La casa estaba totalmente silenciosa; no quise tocar el desayuno hasta saber dónde estaba, así que tomé el teléfono y marqué el número que me había dejado anotado. 

-¿Yoboseo? –respondió al segundo tono.

-Buen día, Hyuk ¿dónde estás?

-Buenos días, Hae. Estoy en la estación ¿te gustó el desayuno? –me sentí un poco desilusionado de saber que había vuelto a su vida habitual y no desayunaría conmigo.

-Aún no lo probé.

-¿Por qué? ¿No te gusta? Lo siento, de verdad no sabía qué era lo que te gustaba para desayunar –se escuchaba algo mortificado al creer que había metido la pata.

-No, Hyuk. Es perfecto, sólo que estaba esperándote para desayunar contigo. Disculpa, no pensé que probablemente estarías trabajando.

-Yo... -no sabía qué decir –Volveré a almorzar ¿te parece?

-Está bien Hyukjae, ya hiciste mucho por mí. Debes volver a tu vida. Gracias por todo –no quería despedirme, me hubiese gustado que durara un poco más, pero él tenía un trabajo que le llevaba casi todas las horas del día y no tenía tiempo para mí.

-No, Donghae, yo quiero ir –dijo apresurado –es decir, si tú quieres, claro.

-Pero ¿no dijiste anoche que tenías mucho trabajo atrasado? –pregunté por cortesía, pero si insistía le diría que venga.

-Sí, lo tengo, pero puedo hacerme un tiempo para ir a almorzar. Puedo comprar tacos de camino allí.

-¿Tacos? -¿Qué era eso?

-Tacos, Hae, tacos ¿no sabes lo que son? –me preguntó, asombrado de mi ignorancia.

-Pues no, no sé.

-Aigoo, este chico, en verdad... -parecía indeciso entre el asombro y la risa –los tacos son una comida típica mexicana.

-Hyuk, sabes que no como nada que no sea sano...

-Es sano... bueno, al menos tiene carne y verduras. Confía en mí, te gustará –normalmente no aceptaría, pero si él estaba haciendo un esfuerzo por almorzar conmigo, yo haría otro tanto para comer lo que sea que él quisiera.

-Bueno, si tú lo dices...