Capítulo 5: Sexto Sentido.

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Pov Hyukjae.

-¿Donghae necesitas ayuda con algo?

-No, no. Ahora termino, sólo me ha costado ponerme los jeans –respondió. ¿Jeans? ¿Cómo demonios se había puesto jeans? –Hyuk, entra y dime si no es muy ridículo ponerse esto con un yeso. Quizás debería usar sencillamente unos pantalones de algodón...

Fue inevitable para mí rodar mis ojos. Yo era complicado, pero él parecía mujer. Entré y me lo encontré vestido con unos jeans clásicos y una camisa celeste que le quedaba lo suficientemente ajustada en el pecho como para que sus botones quisieran saltar cuando movía sus brazos. Estuve a punto de exigirle que se cambiara porque llamaría demasiado la atención, pero ¿quién era yo para decirle algo así? Respiré profundo y tragué con fuerza, tratando de arrastrar junto con mi saliva todos los sentimientos posesivos que habían saltado dentro de mí. Le di una vuelta para observarlo mejor y mis ojos se paralizaron ante la majestuosa vista de su trasero apretado por el pantalón. Era un pecado. El culo de Donghae era algo que despertaba demasiadas ansias en mí. El pantalón le quedaba impresionantemente bien hasta que llegabas al yeso, donde se abultaba demasiado, pero era normal, no podía pretender ocultar semejante cosa debajo de un pantalón. Sin poder evitarlo, pegué un pequeño chirlo en su nalga y él dio un brinco sorprendido.

-Estás estupendo, descuida –le guiñé un ojo mientras él continuaba mirándome con los ojos abiertos. Salí por la puerta antes de que tuviera la oportunidad de decirme algo.

-¡Espera! ¡Ayúdame a bajar! –gritó. Volví y lo cargué en mi hombro sin previo aviso -¡¿Qué haces?! ¡Bájame!

-Sí, eso es lo que estoy por hacer –respondí refiriéndome a las escaleras. No pensaba bajarlo de la manera convencional, siendo que así tenía ese bien formado culo al lado de mis ojos y justo por encima de mis manos que se aferraban a sus muslos. Cuando llegamos al piso de abajo lo dejé en el suelo.

-Eso fue divertido –dijo Hae con una sonrisa, sorprendiéndome –. Podrías cargarme hasta la casa de Leeteuk, ya que estamos.

Estiró sus brazos como un niño pidiendo que lo carguen ¿era en serio?

-Vamos Hyuk, es sólo media cuadra –suplicó. Suspiré y asentí ¿qué más podía hacer si me ponía esa carita?

-Muy bien, pero que no se te haga un hábito –le advertí.

-Va a depender de cuánto me guste –replicó.

-Pues entonces voy a hacer que no te guste nada –amenacé y le saqué la lengua. Por toda respuesta él estiró sus brazos y yo me di la vuelta para cargarlo sobre mi espalda. Fue toda una odisea puesto que él no podía saltar y darse el impulso necesario para trepar. Al primer intento acabamos los dos en suelo, riéndonos. La segunda vez yo me agaché y él subió sin problemas.

-Aish... estás muy pesado, voy a dejar de darte tanta comida –recibí un manotazo por eso.

-Cállate, es el yeso, yo estoy muy bien –hizo un movimiento con las piernas impulsándose hacia delante e, involuntariamente, restregando su entrepierna contra mi espalda. Yo fui muy consciente de ese roce, él no. Al parecer había entrado en modo 'niño'. Tomó mi cabello y lo jaló como si fueran las riendas de un caballo.

-¡Arre, caballo, arre!

Y emulando a un caballo, salí a paso rápido. Paramos para poner llave en la puerta y seguimos camino.

-Siwon es mejor caballo que tú –me dijo algo incómodo a mitad de camino. Como castigo le solté las piernas, pero él se aferró para no caer -¿Qué? Es la verdad, mejor hazme de avión.

Sexto Sentido (EunHae)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora