Sexto Sentido (EunHae)

Epílogo.

-------------------Antes que nada, tengo que agradecer todos los bellos comentarios que me dejaron en el último capítulo y todos aquellos con los que acompañaron la historia.

Lamento si fue una historia muy trágica, tengo ese vena al escribir y siempre tiene que pasar algo. Y casi siempre es Hae la víctima directa y Hyuk el que sufre por eso u.u Aunque trato de no caer en lo mismo, me resulta muy difícil. Pero soy escritora de finales felices, así que pase lo que pase, al final siempre va a haber un final sin tristezas. 

Ahora una advertencia sobre el epílogo. Es puro lemon xD

El OVA lo voy a publicar cuando lo acabe, pero no sé cuando será. Ojalá esperen a leerlo ^^

Nuevamente GRACIAS, las quiero!!!

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Epílogo.

Hoy había sido un día fatal. El calor agobiante de California me había puesto de muy mal humor y llegar a casa y encontrarme a mi pareja sentado en el suelo completamente absorto en sus videojuegos, hizo que casi me saltara una chispa colérica. Traté de tranquilizarme, porque sabía que podía ser un idiota injusto si descargaba mi pésimo humor con él. Pasé por su lado mientras me dirigía a la cocina, mascullé un saludo que no fue respondido y entré al lugar donde me dirigía para tomar un poco de agua fresca... que no había porque alguien se terminó la que yo, en la mañana, puse a enfriar y no tuvo la delicadeza de poner otra más. Eso, sólo eso, bastó para que definitivamente dejara de sentirme culpable por descargar mi agobiado día sobre el idiota de mi novio.

-¡¡¡YAAA CHO KYUHYUN!!! –grité mientras cruzaba a zancadas hasta la sala, deteniéndome justo a su lado para quitarle de un tirón los audífonos que, evidentemente, estaban a tope porque no escuchó mi grito.

-¡Ya, Min, no! –dijo sin mirarme, tratando de maniobrar desesperadamente antes de perder la partida. Así que no me dejó más remedio que desconectar la consola. Kyu se quedó con los ojos abiertos, mirando a la pantalla de color azul que se ya no tenía ni un solo gráfico en ella. Casi me dio pena, hasta que recordé que estaba sediento y no tenía agua. Me agaché para tomarlo de su camiseta y juntar mi frente con la suya, para que pudiese ver perfectamente qué tan enojado estaba.

-¿Podrías explicarme por qué no hay un puto poco de agua en la heladera? –pregunté siseando cada palabra. Pude ver en su mirada un rastro de culpa y entendí que él había sido muy consciente de lo que hacía al no reponer el agua. Desistí de la idea de un dispensador debido a que Kyu no se molestaba en abrirle la puerta al repartidor cuando venía. Él, de verdad, era irresponsable.

No sé en qué momento lo hizo, pero sus manos estaban apretando mi trasero desvergonzadamente de un segundo para otro.

-¿Qué-demonios-haces? –iba a asestarle un golpe, lo juro. Kyuhyun me sonrió ladinamente y con una maniobra rápida, se puso tras de mí y torció mi brazo hasta dejarme tumbado en el suelo.

-¿Mal día, mi amor? –susurró y lamió mi oreja. Yo forcejeaba para zafarme de su agarre, pero mientras más esfuerzo hacía, más expulsaba la bronca que tenía y la reemplazaba por una excitación provocada por la mano libre que Kyu utilizaba para sobar mi pene.