Cap.17 - Declaraciones.

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Como decía la carta de Anthony, hoy era el día en el que por fin me voy de la casa de los Leagan, y Sebastian parecía estar más deprimido que nada, cosa que me hace sentir muy mal, sin embargo no puedo hacer nada, a menos que se valla conmigo, pero no creo que le agradaría si se trata de Anthony, creo que si algo le pasa a Sebastian por su depresión, seré yo la responsable.

Cuando ya era hora de partir de la casa de los Leagan, vi como una camioneta llegaba y Anthony estaba en uno de los asientos traseros, y Sebastian estaba escondido entre las plantas, como si tratara de evitarme; su rostro estaba sucio de sus lágrimas, hizo que sintiera nostalgia y por un momento se me imaginó Jhon, justamente eso hizo que sintiera aún más dolor por el.

Anthony se bajó de la camioneta y tocó el timbre, automáticamente Sebastian salió de su escondite para abrir; en cuanto abrió la reja principal se dibujó en su cara una expresión de disgusto y maleducadamente preguntó -¿Qué se te ofrece?.- Anthony se cuestionó en su mente y contestó -mmm... vengo por Candice.- Sebastian solo se hizo a un lado para dejar pasar a Anthony, yo ya me encontraba con mis maletas listas en la puerta, me sentía emocionada pero al mismo tiempo triste por Sebastian, así que en un pequeño trozo de papel, le había dejado un pequeño recado que decía:

Tal vez ahora no pude corresponderte, pero solo espera, te aseguro que no voy a ser la única, pero por ahora solo quiero que cuides de Connie.

Cuando ya iba a subir a la camioneta, Connie, Daniel y la señora Leagan gritaron a coro -¡Espera Candice!.- Connie dijo -Perdón por tener una mala actitud contigo y no haber hecho una buena mancuerna contigo, pero creo que ya no tendré a nadie a quien fastidiar.- Connie y yo reímos y nos abrazamos, parecía como si todos los problemas y pesares se habían enmendado, era como si trajera muchas cadenas amarradas a los pies y ahora ya estoy libre de ellas.

En el camino, Anthony me contaba a cerca de las travesuras que hacía cuando era pequeño junto con sus dos primos Archivald y Allistear cuyo eran agradables.


(reproducir música) Cuando llegamos, el jardín lucía más precioso que nunca y el aroma a flores era más fuerte que veces anteriores, a parte todo se veía mejor con la luz del sol al atardecer, todo era maravilloso, había una fuente muy grande con agua cristalina, y el sonido del agua al bajar, era relajante, todo era simplemente maravilloso. 

Ya habíamos terminado de desempacar mis cosas en mi nuevo cuarto cuyo era enorme y todo para mí, la cama ya no era carcomida y ya no había polvo en ningún lugar y había un olor a manzana con canela muy suave; Anthony y yo ya estábamos cansados de andar de un lado a otro como pequeñas hormigas, así que decidimos irnos al jardín a descansar un poco y hablar de nosotros, así que el me dijo -Dime... ¿Por qué es que te agrado?.- Me había puesto nerviosa ya que no me sentía dispuesta a decir lo que siento por él, entonces le dije que mejor el empezara a decir la razón por la cual le agrado y dijo -Bueno... tu eres diferente a las demás chicas de tu edad, nadie tiene tantas agallas y eres imparable, eres un desastre pero... un hermoso desastre, tus grandes ojos verdes me inspiran nostalgia a aquella dama de nombre Candy W. Andley, eres idéntica a ella, además tienes mucha carisma, eres tú y sin excepción alguna y creo que siento algo más por ti... ahora dime tu, ¿Por qué te agrado?.-  En ese momento se me ocurrió decirle la verdad -Pues... hace ya un tiempo, en el orfanato donde vivía... fui a una colina corriendo por desesperación y me encontré a alguien de tu familia, pero no se su nombre, pero se parece mucho a ti...- Anthony interrumpió -¿Entonces solo te agrado porque me parezco a el?.- En ese instante me sentía confundida y con un poco de coraje y le dije -¡Por supuesto que no! Me agradas por que eres tu, eres... Anthony, no por otra cosa.- Anthony se había quedado boquiabierto ante mi aclaración y dijo con un poco de pena -Perdón, por malinterpretar las cosas, juro que no vuelve a suceder.- Solo nos quedamos viendo uno al otro, cara a cara y ojo por ojo y empezamos a  reír sin sentido alguno y nos tiramos entre las rosas del jardín, procurando que ninguna espina se nos clavara. 

(reproducir música)Mi corazón parecía aumentar cada vez más su pulso y sentía como pequeñas mariposas volaban en mi estómago, provocando un cierto dolor de estómago y cosquilleo al mismo tiempo, mis ojos parecían dos estrellas por el brillo que provoca el amor, además de que mi cara parecía un tomate de lo sonrojada que estaba ya que volteaba y sabía que esto no era un sueño, sentía claramente los síntomas del amor.

Un Sueño Que Se Repite. #Wattys2017Donde viven las historias. Descúbrelo ahora