Llegamos al Final.

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Llegamos al final, Mi éxito es el de todos aquellos que creen y siguen creyendo en mi como mi familia, mis amigos y todo aquel lector que en este preciso momento este leyendo estas palabras, muchas gracias por acompañarme hasta aquí, decidí contarles esa parte de mi vida porque creo que a muchos les gustará.

Es una historia real hasta el capitulo 14, del capitulo 14 hasta el 21 también lo escribí pero me inspire en 3 grandes libros.

Si decido quedarme
Un cuento de invierno.
Liricas de Facunda cabral

Quiero que me conoscan mas, mi nombre para todo aquel que no lo conoce es Luis andara, tengo 18 años y vivo en venezuela- Mérida.

Mi libro esta basado también en realidad en este mundo que vivimos.

AGRADECIMIENTOS.

Primero que todo a Dios, porque es mi motor a todo lo que realizo, mis papas y hermanos y hermanas-
(mi familia en general).

Claramente todos mis lectores gracias a ustedes este libro es un éxito

A Calata( Yesca)- y la gorda( Valentina)

A Nicole faceira: 5 años estando conmigo gracias por el amor y el cariño que siempre tuviste conmigo fuiste la primera que me hizo ver que tan lejos podía llegar la primera que creyó en mí, Te amo Inmenso.

A Gerardo Andrade

A benito Urbina

A Ana peluche y Dávila

A Génesis Rangel y Angibel naveda

Y la vida, al cielo, y a las estrellas...

Gracias a todos muchas gracias saludos , se despide ( Luis Andara)..

(Después De La Muerte)

Los humanos entienden la existencia como una secuencia de comienzos y finales: una relación, una comida, un viaje, un día o una persona, todo para ellos, comienza y termina.

Hay muertes todos los días, finales, y ellos encuentran belleza en eso. Por ejemplo, les gusta ver el atardecer, el ocaso del día, porque saben que mañana habrá un nuevo día. Viven en la dulce y melancólica certeza de que a cada ocaso lo sigue un amanecer, que a todo final lo sucede un nuevo comienzo, excepto con la muerte. La muerte barre con sus certezas, es un final sin garantía de recomenzar, es un dolor sin el consuelo de la continuidad, es un viaje hacia un destino desconocido.

No pueden encontrar belleza en ese ocaso, ni en esa incertidumbre. Darían todo por que alguien les diera una certeza de que tras la muerte hay un después.

Aman decir la palabra siempre, les de la ilusión de que existe el infinito. Todos se preguntan qué habrá después de la muerte, y no todos, pero algunos, se preguntan, ¿qué había antes de la vida? Antes de la vida, después de la muerte... son misterios que desvelan a los humanos. La respuesta es, misterio, eso es lo que hay, antes, durante y después de la vida.

La pregunta vital no es qué es la muerte, sino qué es la vida, que nos lleva a defenderla y a protegerla con todas las fuerzas. ¿Qué es esa misteriosa fuerza que nos mueve, que nos convierte en vida que cuida la vida? ¿Qué es ese misterio de la vida que nos hace celebrarla creando más vida?

Preocupados por el misterio de la muerte, muchos se pierden el misterio de la vida. Y un día de repente, en el centro de un grupo de células que se reproducen un pequeñísimo corazón empieza a latir, y lo hará sin parar durante cada día de su vida. Eso es vida, eso es misterio y eso es bendición.

¿Qué importa antes? ¿Qué importa después? La vida es ahora, es presente, está ocurriendo. Es ese enigma que nos mueve, ese descubrir cada día la experiencia de estar vivos. La vida son esos ojos a través de los cuales todo se ve cómo si fuera la primera vez.

La muerte es parte de la vida, es decir, parte del misterio, porque la vida está atravesada por la incógnita. Antes, durante y después de la vida, todo es un misterio al que sólo podemos abrazarnos y celebrar.

(Sueño o Realidad)

En este planeta confuso, los humanos nombran a la actividad cerebral durante el descanso con la misma palabra que usan para nombrar a los deseos: sueños.

Sueño y deseo son lo mismo, el anhelo de algo que no se tiene. La única diferencia entre sueño y deseo es, que para soñar hay que dormirse, y para alcanzar los deseos, hay que despertar. Sueño y deseo también tienen en común cierto grado de inconsciencia.

Tanto el que sueña que vuela como el que desea cosas casi imposibles de alcanzar, debe forzar la realidad y correr los límites. Nadie sueña con lo posible o lo fácil. Un deseo implica riesgo y dificultad, soñar no es para cobardes. Algo soñado, es algo muy deseado y muy difícil de obtener, y así, los humanos, van de insatisfacción en insatisfacción.

A veces, la vida soñada comienza cuando se deja de soñar, cuando se abre una ventana y se sale a la vida a despertar. Los sueños no tienen nada que ver con la duda, ¡el que desea no duda! La duda es sólo culpa que es el reverso del deseo.

A lo largo de la historia humana, las religiones, las instituciones, los dogmas, han atacado especialmente los sueños, diciéndole a las personas que desear está mal. Atacan los sueños porque saben que el que desea es indomable; el deseo libera una fuerza irrefrenable. La potencia de los sueños es que tienen una potencia capaz de modificar la realidad.

Los humanos son el campo de batalla entre sus deseo y la realidad: una fuerza interior potente, desea; el mundo exterior hostil, se opone. Desear, desear con fuerza, con ilusión, no es garantía de alcanzar los sueños, la frustración es una posibilidad. Desear abrazar la posibilidad de la frustración, aceptar que nadie gana siempre y nadie pierde siempre.

El sueño más dorado y la pesadilla más oscura, también tienen su final. Cuando el sueño se desvanece, la realidad se impone con su certeza más cruel. La vida, observada sin el cristal de los sueños, es oscura, fría y deslucida, todo se vuelve un páramo árido. La desilusión de un sueño frustrado es desabrida.

Pero por más adverso y duro que se muestre el mundo exterior, nada puede con la fuerza más poderosa de la naturaleza: el deseo. Porque el deseo tiene la capacidad de renacer de las cenizas mismas de la frustración. Se puede renunciar a un sueño pero es imposible dejar de soñar, el deseo nunca muere.

El deseo no muere, no cambia, no claudica. El deseo sólo crece y aumenta su tensión. Creen que sueñan como si fuera una acción voluntaria, nadie elige soñar, ni qué soñar: el sueño se impone.

Cuando sueñan, los humanos no dudan de que eso que sueñan es real, pero tampoco ponen en duda la realidad cuando están despiertos. Si en sueños creen que la realidad más disparatada es real, ¿por qué no piensan que la realidad más real es un disparate? ¿Por qué aceptan algo como real? Si en definitiva todo es sueño, todo es ilusión. Incluso la realidad que se ve tan férrea y sólida es sólo una ilusión, y el sueño más onírico es realidad; sueño y realidad están fundidos, y la vida es sólo eso, sólo un sueño, en el que si quisieras, podés levantar tus brazos y volar

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⏰ Última actualización: Nov 26, 2016 ⏰

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