Diario de Mutou

Primera Realidad

-Yugi, ¿que te parece ir a tomar un café? Hace una bonita tarde -preguntó Téa con ánimo- Vamos, no puedes desperdiciar el día así.

-Esta bien, sería bueno relajarse... contigo...-dijo en un susurro el cual ella no oyó.

Después de que Yugi dejará sus cosas en el casillero partieron a un café del centro, uno que según la ojiazul le iba a encantar.

Cuando llegaron el no dudó de sus palabras, este se encontraba es una tercera planta, con un tanto de estilo bohemio, se podía ver todo el parque y dos avenidas cercanas, era totalmente relajante.

-Esto es genial... -afirmó con total decisión.

-Vamos -dijo Téa haciendo una seña de que la siguiera- me encanta esta mesa, vengo muy frecuentemente aquí.

-¿Enserio?¿A que? -preguntó Yugi súbitamente- c-claro, si se puede saber -se excusó al ser consciente de sus preguntas.

Téa se río.

-Pues a disfrutar de una buena vista, a pensar asuntos míos o simplemente a aprovechar un delicioso café -dijo ella con una sonrisa y la mirada en la gran ventana.

-Me gusta tu manera de pensar.

Yugi se tiró a la cama cansado, había sido una gran tarde con su nueva amiga pero el regreso fue algo cansado, se tuvo que ir a pie ya que la última ronda del transporte ya había pasado.

Suspiró. Al menos había válido la pena, al menos para el.

-Hora de la escritura diaria.

Se levantó y buscó entre sus cuadernos, queriendo hallar esa libreta azul tan personal, sin embargo, no había pista alguna de ella.

-No... -dijo revisando la última parte de la mochila- ¡No, no, no, no! Joder... la dejé en la banca, debajo de esta.

Tomó su cabeza entre las manos y bufó, no se perdonaría el hecho de que alguien se enterara de la existencia esa libreta o de las cosas que esta llevaba dentro.

-Solo me queda esperar... Espero que alguien no la haya tomado.