Cincuenta y seis

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La noche de antier fui a casa de Yami. Él dijo que teníamos que hablar y no me negué. Sonó raro, tenemos una relación social muy extraña.

Cuando llegué fue el mismo escenario que la primera vez que entré. Cosas por aquí, ropa encima de una silla, su perfume flotando por toda la habitación.
Bueno, el punto es que se veía serio.
Cuando me senté a hablar con él, simplemente soltó que se iba a cambiar de escuela. Dijo que le convenía por la carrera que quería estudiar y que aparte iba a poder armar una reputación/vida social de cero.
Se mudará probablemente.

Sentí algo raro en el pecho cuando me lo dijo. Como si empezara a añorar algo que ni siquiera tengo.
No tenía palabras y sentía la boca seca.

Me duele.
Es eso. No quiero que se vaya.

En ese momento recuerdo que sentí el nudo de la garganta. Fue demasiado difícil intentar controlar mis emociones.

Recuerdo que suspiró y también me pidió algo.

"Habla mal sobre mí"

Me pidió algo imposible.

Dijo que era lo mejor para que la gente fuese olvidando todo y dejándolo atrás. Qué una vez que él se fuera las cosas iban a volver a ser pacíficas.
Me enojé un poco por su petición y le dejé claro que no iba a hacer eso solamente sólo si era muy necesario.

Y quizá tiene razón pero eso no quita que en éste momento sienta el descenso del tiempo que hay entre ambos.
No hablaré mal de él por mí propia convicción, no podría a menos que de verdad sea necesario. Solamente si es público. Odio mentir y odiaría hacerlo por eso.

YM–

Diario de MutouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora