Diario de Mutou

Cincuenta y siete

Ya no he visto a Yami. Él ha dicho que es mejor que no nos veamos, que así la gente no va a ahondar en el asunto y no tendrán una prueba tangible de lo que tanto hablan.

Y tiene razón.

Duele que no lo veré, me he acostumbrado poco a poco a su risa ronca, a su silencio, a sus bromas de humor negro, a todo. Qué te aparten de algo que estás empezando a frecuentar es como quitarle una droga a un adicto.

Dice que es por mi bien.
¿Por qué se esmera tanto en cuidarme a mí?
Se tira toda la mierda posible. Es como si fuese algún tipo de masoquista.

Definitivamente no lo entiendo.

Por otro lado, Rebecca aún dice que estoy algo distraído y empieza a ser más inegable el hecho de que le gusto. Ella probablemente crea que no sé pero es fácil de notar. Su mirada contiene algo de envidia cuando me regresa de mis pensamientos.

Ella sólo dice: "Yugi, estás muy perdido" y sonríe. Sonríe con algo de tristeza mezclada con aceptación.

Pareciera que me quiere decir algo pero se queda con las palabras guardadas.
También me siento mal por dejarla colgada mientras hablamos.
Soy un asco.

YM–