Cuarenta y seis

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Es totalmente una locura lo que sucedió ayer en la noche, es demasiado para mi que no pude escribirlo de tan solo que no sentía que fuese real o posible porque ¡es que no es normal que por mí propia decisión yo moviera mi trasero a ver a Sennen a las 12:30 de la noche!
¡YO YUGI MUTO FUI A VER A ESE TIPO A ESCONDIDAS!
Vale que nadie se dió cuenta de cuando entré ni cuando salí de casa pero arriesgué mi pellejo por un segundo y ¿Por qué? Pues porque al querido Yugi le pareció interesante la idea de que un mensaje a tan altas horas podía ser buena idea. Todo empezó normal, hablamos de cosas triviales, me felicitó por mi cumpleaños (que de hecho no mostró señal alguna de que el regalo fuese suyo)  y entonces sin más ni menos me escribió: "Vamos a vernos"
Me pareció buena idea ya que llevaba mucho tiempo sin verlo (desde el incidente para ser más precisos) y le dije que me parecía bien, entonces el simplemente me escribió: "Ahora, en el parque de la avenida Doha" y aunque le dejé en visto parecía que no le importaba, como si simplemente diera por hecho que yo iba a moverme por obra y gracia de Ra.

Pues tenía razón el cabrón.

En menos de 10 minutos yo ya estaba cerca del parque y para mí sorpresa el señorito ahí estaba. Parado, con una chamarra de cuero, fumando, sí PORQUE EL CHICO MALO TIENE QUE FUMAR para este punto juro que era un total mala idea pero mis pies parecían estar más de acuerdo en que era fantástica. Total, me acerqué y me reí por el hecho de que estaba fumando, que por cierto, dice que lo hace muy pocas veces. Estuvimos hablando un rato y en forma de confirmar mis sospechas crucé mis brazos detrás de mi cuello, haciendo que mi muñeca quedara descubierta y se viera el reloj. Hubo algo de sorpresa en sus ojos pero la supo controlar, con ese detalle me bastaba, quizá no tenía la confirmación de que él había sido pero quiero quedarme con esa idea. Después de unos minutos más le dije que era tarde y me levanté, solamente lo observé y él sonrió levemente de lado, me despedí con un ademán de mano y regresé a mi casa, orando porque mi madre no estuviese esperando para arrancarme el alma del cuerpo y vendérsela al demonio.

Sinceramente aún no me creo lo que pasó. Lapsus brutus Mutou, lapsus brutus.

YM–

Diario de MutouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora