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Ignoré el despertador.

Era una asesina, ¿ qué me iba a importar llegar tarde a clase ?

A las tres horas volví a despertar, y refunfuñando me puse el uniforme. Tenía que salir de la habitación para comer y no quería llamar la atención.

Caminé sin rumbo por todo el edificio que era tan grande como el maldito Hogwarts hasta que encontré el comedor.

Faltaría poco para que acabaran las clases, porque la sala estaba vacía y las cocineras me miraban raro.

Sin prestarles atención, me serví un poco de carne, patatas y una manzana en la bandeja y escogí una de lss tantas mesas libres en la esquina del comedor.

La única otra mesa ocupada era la de los profesores.

A los diez minutos sonó un timbre y una marea de gente se puso a hacer cola para la comida.

Inmeditamente después de servirse, daban media vuelta y se sentaban rápidamente en una mesa. Ninguno dudaba, todos se sentaban sin pestañear en un sitio fijo, como si estuviera reservado.

Algunos me observaban confundidos, pero ante mi expresión feroz siempre apartaban la vista.

Para mi sorpresa, una chica menuda con la tez palida y unas grandes lentes rojas del color de su cabello se sentó frente a mi.

- ¿ Eres nueva ? No me suena tu cara, y se me da bien reconocer a la gente - me analizó curiosa y volvió a preguntar al ver que yo no respondía - ¿ A qué clase vas ?

- último curso - respondí frunciendo el ceño. El metro cincuenta este es muy cansino.

- ¿¡ En serio ?! - chilló emocionada, ganándose la atención de medio comedor, y una patada mía por debajo de la mesa - Lo siento, ¡ pero es que vamos a la misma clase ! Hacía mucho tiempo que no venía alguien nuevo, aunque generalmente siempre entran al internado los más pequeños. Increíble, estoy sentada junto a la chica nueva. Tengo que darte una vuelta, tienes que conocer todo esto. Dentro de unos días hay una salida al pueblo, podremos ir y tomar uno de esos cafés tan exquisitos que tienen, después quizás hacer unas compras..

Me levanté furiosa, yo solo quería tranquilidad y esta chica me está agobiando.

- ¡ Eh ! - me llamó levantándose igualmente y poniéndose a mi lado enfadada- Las amigas no se dejan con la palabra en la boca.

Sonreí irónicamente y me puse seria al segundo siguiente.

Le tomé con fuerza del brazo y apreté mis uñas un poco en él a medida que me acercaba a su rostro. La chica tragó saliva asustada y los profesores dejaron de hablar mirándonos preocupados.

- Escúchame bien, zanahoria ; Estoy en el mismo curso que tú,por lo que soy tu compañera. Pero eso no implica que sea tu amiga, ¿ entiendes ? No-soy-tu-a-mi-ga. - recalqué cada palabra para asegurarme que le quedara claro.

Solté el agarre y la chica se paso las manos por su brazo aliviada.

Me largué de allí antes de que alguno de los profesores me reclamara algo.

"¡ Bienvenida al internado !" Reí irónicamente ante mi ocurrencia y subí de nuevo a mi habitación.

La asesina de mi hermanoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora