Solo quedaba una semana para el baile, una semana para que acabara el curso y empezaran los exámenes para ingresar en las universidades, y seguía recibiendo invitaciones sin cesar.
¿ Porqué no obedecían las reglas y dejaban a las chicas que decidieran ? Eran muy molestos, especialmente aquellos que te perseguían por los pasillos hasta darles una respuesta, que en mi caso, siempre era NO.
Cansada de todo esto, decidí salir al enorme jardín para relajarme un poco.
Observé a todos los estudiantes tirados sobre el césped, estudiando o charlando animadamente bajo el sol ; el verano se acercaba y hacía más calor que nunca.
Alguien me hizo unas señas a lo lejos, y escuadriñé con la mirada en esa dirección hasta reconocer a Shale.
Al comprender que quería que me acercara, mostré una brillante sonrisa satisfecha y fui dando saltitos hasta él.
- Hola, pequeña. - había cogido la costumbre de llamarme así - ¿ Cómo van las clases ?
- Por favor , bastante tengo con darlas para que me preguntes por ellas - rodé los ojos haciendo un mohín y él soltó una carcajada alzando las manos en son de paz.
- Está bien, está bien. ¿ Nos sentamos ? - señaló hacia delante, en un lugar donde no había ningún alumno, ya que todos se congregaban en el jardín principal.
- Pero a la sombra, por favor- accedí echando a caminar.
- Yo quiero al sol - hizo un adorable puchero y yo reí negando con la cabeza.
- Haces trampas. No puedo decirle que no a esa carita.
Me senté bajo un roble, apoyando la espalda en su tronco, mientras él se tumbaba un poco más delante para poder disfrutar del sol, cosa que yo odiaba.
- ¿ Ya tienes pareja de baile ?- comentó mirándome atentamente.
- No, aunque creo que debería de pedírselo a alguien para que los chicos dejaran de insistir- suspiré enfurruñada. Verdaderamente eran un grano en el culo.
- ¿ No se supone que no deberían de preguntar ?
- Sí, pero no parece importarles. Ya me lo han pedido varios chicos y a cada cual más desesperado y acosador- él estalló en carcajadas, y esbocé una sonrisa al oírle- no en serio, uno incluso me reservó el día del baile en la agenda poniendo su nombre.
- ¿ Y tú no quieres pedírselo a nadie ? - inquirió apoyando la cabeza en una de sus manos.
Me permití el lujo de contemplar sus facciones durante un breve instante, así como sus brillantes ojos azules que refulgían más que nunca y su pelo castaño claro que adquiría un tono casi rubio por el reflejo del sol.
- Si se lo pido a alguien, parecerá que quiero algo con esa persona, o que de cierta forma estaremos obligados a besarnos y a bailar... prefiero ir sola y ya buscar con qué divertirme en el mismo momento - me encogí de hombros y aparté la mirada de él, como si pudiera adivinar lo que pensaba con solo mirarme a los ojos.
Y es que, en el fondo, deseaba que él me lo pidiera.
Aunque eso era prácticamente imposible, ya que no estaría bien visto que una alumna fuera acompañada por el doctor escolar y enseguida comenzarían los rumores.
Era mejor dejarlo para otra ocasión.- Bueno, ¿ qué tal te va con la mujer rubia ? - comenté de forma casual, aunque me moría de envidia.
- ¿ La mujer rubia ? - me preguntó confundido.
- Sí, la que estaba contigo anoche en la enfermería.
- Ah, esa era mi ex-mujer-se encogió de hombros y apartó la mirada incómodo.
- No lo parecíais. De hecho, se os veía bastante amigables- seguí intentando sacar información, y él me miró con el ceño fruncido.
- Bueno, no terminamos mal... Simplemente después de la muerte de nuestro bebé no conseguimos salir adelante, cada uno tomó una escapatoria distinta, pero nos llevamos bien- explicó, y yo sonreí satisfecha. No tenía nada con ella. Él me observó de reojo y se echó a reír tras un momento de silencio- ¿¡ Me estabas espiando ?!
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La asesina de mi hermano
Ficção AdolescenteSolo soy un expediente más. Una carpeta acumulada en el montón. Otra pobre niña sin padres que la quieran, sin familia que la aprecie. Otra carga más en las vidas de aquellos que crearon la tuya. Pero estoy segura de que dos cosas me diferencian to...