Ken (VIXX) + Jin

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  Jae Hwan se apartó de los libros y se apretó el puente de la nariz, notando cómo crecía su dolor de cuello y de cabeza. Llevaba horas estudiando, y la fatiga comenzaba a hacer su aparición. Se preguntó por enésima vez quién le mandaba escoger la carrera de derecho, habiendo cientos de salidas a su disposición.
Entonces, recordó que había querido ser abogado desde niño que lo que estaba haciendo, era cumplir un sueño. Mientras meditaba al respecto, notó que le tocaban un hombro y se sobresaltó.
-Te traigo un café-mirándolo desde arriba, Seok Jin le sonreía. Solo con verlo, notó una corriente de calor invadiéndolo por dentro-, ¿qué tal lo llevas?-le preguntó, sentándose a su lado.
-Se me cruzan las letras... ¿y tú?-como respuesta, Seok Jin levantó el cuaderno lleno de tachones y apuntes por todos lados. Incluso así, se veía ordenado. La letra del otro chico era pulcra y agradable... como él, en realidad.
-¿Sabes la cantidad de libros que deciden contar los hechos de diferente manera? Al final, no sabes a cuál agarrarte... y, por supuesto, el profesor tampoco. La Historia no es tan cuadrada como la mayoría piensa...
Jae Hwan y Seok Jin se habían conocido en la biblioteca. Al principio, era solo porque compartían mesa y a veces compartían material. Poco a poco, empezaron a hacer los descansos juntos. En el tercer año de sus respectivas carreras, ya eran mejores amigos y quedaban para estudiar el uno en la casa del otro. En esos momentos, se encontraban en el piso de Seok Jin, quien vivía solo desde hacía unos meses ya que sus padres se habían vuelto a su pueblo natal y le habían dejado el piso que tenían.
Jae Hwan comenzó a beberse el café que le había traído. La verdad era que, si seguía aprobando las asignaturas, era porque su compañero de estudio era el otro chico. Cuando estaba tan agotado que quería dejarlo, le reñía y le recordaba sus razones para estar cursando aquella carrera. Pero, algún día, esos momentos se acabarían y ambos tomarían sus respectivos caminos... pensar en eso, lo deprimía. Sobre todo, porque hacía tiempo que no veía al otro solo como un amigo. No podía hacerlo, cuando solo verle le hacía sentirse feliz y querer ponerse a correr y saltar. Por eso, tenía que aprobar los próximos exámenes. Lo había decidido.
Si aprobaba, se confesaría a Seok Jin. Y si suspendía...
Le observó por encima de la taza, mientras volvía a beber. Las gafas negras le resbalaban un poco por la pequeña nariz, y sus gruesos labios estaban entreabiertos mientras leía en voz baja los apuntes.
Y si suspendía... se confesaría de todos modos.  

Micro FicsWhere stories live. Discover now