Primer Extra: La verdadera razón por la que Nicolas fue al aeropuerto. Parte II.

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James tenia entradas a la feria, me había dado unas a mi y otras a Rose. A quien no veía desde hace una semana que había sido la fiesta. Pero seguramente la veria en una semana que entrabamos a clases. Si bien había conseguido salir con una chica hermosísima, tuve que evitar a mi mejor amigo mandándolo de lleno con Laura. Quien no se veía nada comoda con la cuestión. Los evite a como diera lugar y me escape con la chica. Era un sueño hecho realidad, era inteligente, había dado comentarios de uno que otro video juego que solia jugar y además se veía condeanamente bien. La oscuridad de la noche adornada con las luces neones del parque creaban un buen ambiente para una cita, mantuve mi mano en su cintura todo el tiempo de manera comoda, y finalmente mientras hacíamos la fila para la rueda de la fortuna la pude besar. Sabia a algodos de azúcar con unos toques de blueberries que era a lo que olia su brillo labial.

–¿Catalina? – pregunto un chico cerca de nosotros y no crei que hablara con la Catalina con la que salía hasta que coloco su mano en mi hombro y me alejo de ella.

–¿David? – Respondio la catalina con la que salía e inmediatamente se llevo las manos a la cara tapando su boca. Esto no tenia buena pinta.

–¿Me dejaste por este cabron cari bonito? –Pregunto furioso el tal David.

–Disculpame pero yo no– y antes de que pudiera terminar la frase su puño volo a mi abdomen, tomándome desprevenido y partiéndome en dos.

–¡Nicolas!

–¿Nicolas?

Se escuche en dos tonalidades diferentes proveniente de dos personas distintas. Al alzar la vista vi a Catalina sin poder acercarse a donde estaba siendo detenida por el tal David y a Maria, la mejor amiga de mi hermanita quien tenia un tarro de palomitas.

–¿Conoces a este idiota? – pregunto David mirando cuidadosamente a Maria.

–Es el hermano de mi mejor amiga– le respondio Maria a David con cuidado. Como si no creyera lo que pasaba.

–Entonces quédate con el mientras yo hablo con Catalina– y dicho eso se alejo dejándome a mi en el piso y a Maria comiendo palomitas mientras los veía alejarse.

Ninguno de los dos dijo nada, de hecho creo que en la cabeza de Maria habían tantas preguntas como en la mia, pero al igual que yo aun no decidíamos cual hacer primero. Abrio y cerro la boca un par de veces sin encontrar su voz y yo mantenía la mano en la zona de mi abdomen que fue atacada haciendo revisión de daños, por ahora estaba seguro de que dejaría un morado.

–¿Desde hace cuanto conoces a Catalina? – pregunto Maria apoyada en la barra junto a mi, viendo hacia donde estaban parados David y Catalina discutiendo.

–No hace mucho. ¿Desde hace cuando sale con el? – pregunte en su mismo tono.

–Como tres años. Pero siempreeee terminan y vuelven, terminan y vuelve.

Esa respuesta no la esperaba, volvimos al silencio comodo y de la nada vimos como Catalina se arrojo a los brazos de David y se besaban frenéticamente. Frunci los labios y mire a Maria.

–¿Quieres subir a la montaña rusa conmigo? – le pregunte extendiéndole mi mano.

–Teniendo en cuenta que me da cagada el desplante que te acaban de hacer, esta bien– y dicho seguimos las atracciones del parque.

Maria no era tan fastidiosa como lograba serlo mi hermana. De hecho al igual que yo encontrábamos a Laura muy niña en varias de las cosas que hacia o decía, pero la seguíamos queriendo, luego hablamos de temas mas comunes y complicados como el de la física, y la física que veía en mi carrera cuyas bases se veian en el colegio. De las rubias de mi universidad e incluso de política lo cual fue un poco extraño. Maria logro hacerme cuestionar mucha de las cosas que simplemente daba por sentado.

Síndrome de la página en blanco - Finalizado-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora