Uno de los problemas.

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El martes en la mañana las cobijas se me quedaron pegadas. Llegue con unos representativos 25 minutos tardes que se convirtieron en 45 porque realmente no quería estar en el polideportivo de mi colegio. Aun tenia el mal sabor de la peor experiencia que podía pasar hace exactamente un año.

Recordaba haber tomado un bus que me dejada en la parte bonita de la ciudad, esa parte donde solo puedes soñar con vivir, donde toda la gente es bonita, perfectamente arreglada aun cuando están en atuendos deportivos y finalizando sus dos horas de actividad física de todos los días, porque ser bonito y delgado no es tarea fácil. Tenia unos audífonos que me habían regalo un día cualquiera por la calle como campaña de promoción para una marca de yogures que no me gusto pero bueno. De igual manera, escuchaba a One Republic lo suficientemente duro para que fueran lo único que escuchara, sintiéndome, aunque suene patético, como si estuviera grabando el video musical de la canción que escuchaba. En este caso Marchin On.

La canción dejo de sonar por unos segundos avisándome que acaba de llegar un mensaje.

''¿Dónde coños estas metida, mujer?'' De María.

Empecé con el trayecto de 15 minutos desde la bella parte de la ciudad donde estaba en bajada hasta mi colegio. Habían suficiente personas transitando a estas horas de la mañana haciendo mi carrera contra reloj un poco mas demorada. Ahora era carrera contra reloj y prueba de obstáculos.

Llegue a tiempo para caminar junto a las personas que salían del polideportivo hacia sus salones. Lo cual consideraba como una superacion a mi meta personal, siendo la persona mas morsa del mundo corriendo de un extremo del barrio al otro. Ninguno de los miembros honorarios del grupo estaba presente y tuve un leve mal presentimiento. Al llegar a la puerta de mi salón vi desde la ventana como el rector estaba sentado en la mesa del profesor y nuestro director de curso estaba apoyado contra el tablero escuchando lo que el señor tenia para decir. La campa sonó y ninguno se movió o incomodo por acabar con lo que fuera que hicieran, miren a mis compañeros y solo mi silla estaba vacía. Genial Laura, solo tu faltaste, fantástico. Tragándome las ganas de devolverme a mi casa, golpee en la puerta haciendo que el director abriera la puerta.

-Buenas noches señorita Gonzales-. Me saludo y dejo que pasara. Le devolvi el saludo y trote hasta mi asiento.

-Siguiendo con lo que decía, - continuo el rector- sus resultados del examen nacional son muy importantes. No solo es un requisito indispensable para graduarse y entrar a la universidad, también como colegio los premiamos por sus logros, y créame vale la pena ganarse esos premios. Si sacan mas de 60 puntos en cada materia tendrán como premio ser eximidos de los exámenes finales que saben cuestan el 20% de su nota final. No siendo mas, los dejo para que inicien clases. Alguien por favor informe a la señorita Gonzales de lo hablo en el descanso.

Odiaba a este tipo. Sin embargo hoy hizo el papel de portador de buenas noticias como casi nunca pasaba. Estábamos en una contante carrera contra el reloj, pero luego de haber presentado el examen nacional ese examen que tanto nos torturaron para prepararnos hacia que ahora todo, oficialmente, valiera más mierda de lo que ya valía, no sé, era como si nos hubieran quitado un gran peso de encima.

A partir de ahora todo se vuelve una constante cuenta regresiva. Un mes para los resultados del examen nacional , un mes y una semana para la excursión, dos meses para proyecto de grado y tres maravillosos meses para poder por fin acabar con este martirio que era la secundaria.

- Quiero los resultados de esa mierda ya - le dije al combo mientras esperábamos a que sonara la campana para salir a descanso el viernes de esa semana. Había pasado los últimos cuatro días escuchando el mismo discurso sin sentido, ya abriendo presentado el examen no teníamos nada que hacer al respecto. Lo que fue, fue.

Síndrome de la página en blanco - Finalizado-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora