q u i n c e

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De chinos rebeldes, café y charlas familiares

A Kyungsoo no le pagaban lo suficiente como para andar en estas. Tener que lidiar con niños, y que su novio fuese un niño, era ya de por sí una misión ardua, un deporte de alto riesgo. Por un lado estaba Jongin con alma de altruista ayudando a medio mundo, Luhan sufriendo de amoríos infortunados, Minseok a quien no había visto en toda la mañana y ahora Tao, el responsable suplente de profesor de deportes quien además formaba parte de la matrícula de estudiantes del plantel que iba por ahí regalando patadas a diestra y siniestra.

Ser el mayor del grupo le estaba pasando factura porque ahora parecía que debía ser él quien debía encargarse de los asuntos de sus amigos, novios y primo, es decir, Kyungsoo estaba para pasar su vida tranquila como anciano en asilo pero en su lugar le estaban saliendo canas sí, pero verdes y azules.

Técnicamente Tao estaba bajo su responsabilidad por haber sido él quien lo "Postuló" como ayudante de deporte por su basto conocimiento y buen comportamiento, nadie tenía que saber que la madre de Luhan había hurgado de ilegal por ahí y allí. No fue de extrañar que llamaran al profesor Kyungsoo, cuando este estaba ajustando cuentas con el estudiante de pasantía Kim Jongin, para arreglar la metida de pata de Tao al golpear a un estudiante en su primer día en Hangaek.

Insólito.

La dirección del Señor Choi era amplia, las paredes limpias y fotografías de él, un chico con un feo bigote y una Señora con un bigote peor decoraban toda la estancia. Tao estaba sentado en frente a la silla del director y Kyungsoo a su lado mientras el hombre les miraba con repruebo.

-Señor Huang ¿Se puede saber por qué atacó al Señor Wu tan bestialmente con su pierna derecha?

Tao rodó los ojos y Kyungsoo le codeó pidiendo disciplina y comportamiento de su parte. En seguida el chico compuso la postura y sonrió a más no poder en una expresión que Kyungsoo reconoció como «No des a entender que hay un problema, haz que crean que el problema es pensar que es un problema» Tao era chino, y la vena de acertijos le corría por la sangre como buen hombre de familia milenarias.

-Director Choi, Krissie y yo estábamos jugando ¡Puf, si la otra vez me rompió un brazo! -comentó con tanta naturalidad como si estuviese dando las noticias del clima.

«Hola, yo soy Huang Zitao, estás son la noticia. Para hoy se avecina leves precipitaciones fluviales, además de que le daré en la madre a Wu Yi Fan, alias Krissie. Muchas gracias por su tiempo, hasta una nueva entrega»

Kyungsoo imaginó aquello y tuvo que ocultar una risa traicionera detrás del puño de su mano porque si el director le miraba iba a poner en duda sus capacidades como profesor. Pero sin querer ese mote «Krissie» le estaba causando ganas de reírse sin reparo ¿Desde cuándo Tao podía ser tan sínico sin inmutarse siquiera?

-Esos no son juegos. Además, tengo entendido que usted viene llegando ¿Cuándo hizo una amistad tan íntima con Wu?

-Eso es porque Krissie me visitaba siempre en China, claro, obvio. Somos chinos, duh.

-Bueno, Señor Huang -dijo el Señor Choi con una ceja en alto-. Creo que se equivocó de Krissie porque el Señor Wu tiene mucho tiempo que no viaja a China. Su última parada fue Canadá. ¿No lo sabía?

Tao sonrió un poco nervioso y Kyungsoo volvió a contenerse de reír. Si se había mantenido callado todo el rato era porque, si algo le había enseñado la vida era a permanecer callado cuando Tao se estaba defendiendo, no vaya a ser después que se viese enfrentado a negros de dos metros, más altos y más negros que Jongin. Y no, para nada estaba hablando por experiencia, simples suposiciones.

Patito Feo → HunHanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora