d i e c i s é i s

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Dos Seres

Brisa fresca entraba por cada espacio de aquella espaciosa habitación, el sol calaba de una manera agradable, rayos tenues hacían figuras sobre las sabanas mientras una pelinegra ordenaba y desordenaba la misma maleta una y otra vez. Su cuerpo estilizado realzando unas caderas como talladas a mano, entraba y salía de la habitación bufando y exasperando al pelinegro que la observaba con gracia en sus expresiones.

Cuando la chica nuevamente entró en la habitación, tiró otra de las tantas maletas sobre la cama, apilando ropa dentro sin tener la mínima consideración del espacio.

Yixing sonrió al mirarle frustrada.

-Primita hermosa, ¿Qué tanto empacas?

Kaeun suspiró echándose sobre la maleta y tirando toda la ropa al piso como señal de protesta.

-No sé cómo organizar la ropa -dijo, exasperada-. Me voy en dos días y todavía no he hecho nada.

-No necesitas tanta ropa, además no tienes que irte en dos días, tu mamá te dijo que podías tomarte una semana.

Kaeun se levantó de la cama y sus largas y blanquecinas piernas comenzaron a desfilar por la blancuzca habitación. Su pelo en ondas se batió y ella con esa fabulosidad que le caracterizaba, sonrió.

-Si, pero quiero ir a París primero para la semana de la moda -respondió ávidamente.

Yixing negó con una sonrisa plantada en los labios mientras se volteaba a mirar a través del balcón a la China que le vio nacer. La ciudad de día era hermosa, el azul del cielo se alzaba imponente dándole la frescura que tanto le gustaba y las pomposas nubes se erguían brindando un esplendoroso contraste. Ese país era su hogar, la cuna que lo cobijó, y ahora se sentía un poco triste por el pensamiento que le estaba sacudiendo, más bien, la decisión que había tomado.

Dejando la opulenta vista de un lado, Yixing se concentró en admirar cómo su prima se volvía un desastre con el cierre de una de las tantas maletas que estaba preparando.

-Voy contigo a Corea -anunció de repente, y era algo que había decidido en ese mismo momento.

Kaeun quien estaba luchando con uno de sus bolsos de manos, dejó de hacer movimiento alguno para mirar a Yixing con las más sorprendida de las expresiones. A paso rápido de acercó hasta el lugar donde estaba sentado su primo cerca del balcón y lo miró con escrutinio.

-Déjame ver si entiendo -murmuró la chica, poniéndose nariz con nariz con su primo-. ¿Quieres viajar conmigo a Corea?

A Yixing le hizo gracia la expresión de su prima. Le hubiese parecido una buena broma para ella de no haber sido porque hablaba completamente en serio.

Desde que escuchó que Kaeun viajaba a Corea para ayudar a su madre a preparar una obra de teatro en la facultad donde estaba trabajando, y al mismo tiempo pasar tiempo de calidad a su lado, había decidido que quería viajar en el mismo avión con ella; fue una decisión que tomó a raíz del conocimiento de que ciertas personas del pasado estaban en Seúl, estudiando precisamente en esa facultad. Y aún más cuando se enteró que una persona especial era la protagonista de la obra de su tía.

La verdad es que era un poco masoquista ir así como así, no sabía nada de Corea, era otro país, con otro lenguaje, uno que apenas dominaba por las clases improvisadas que le hacía su prima. No obstante quería intentarlo, al menos para zanjar el pasado de la mejor manera y volver a ser amigo de esa dulce persona que hace mucho tiempo lastimó sin habérselo propuesto.

Yixing quería recuperar lo poco que había quedado con Luhan, sabía que su corazón había cambiado con el tiempo, el suyo mismo también cambió pero una posibilidad amistosa al menos podía existir.

Patito Feo → HunHanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora