Capítulo 27.- Niña sucia

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~Damián~

—Qué horror...—no importaba cuánto tiempo estuviera frente al espejo, mi cabello no volvería a crecer.

Toqué el lado que estaba mal cortado y disparejo del otro. Mi padre lo había cortado cuando no quise hacerlo por mí mismo, como él ordenó. Esa era básicamente la razón por la cual llevaba una parte de mi cabello igual de larga mientras que la otra no tenía ninguna forma en especial.

Solté un suspiro y saqué mi celular de mi bolsillo, hoy tenía que trabajar y ni loco me presentaría así. La voz adormilada de mi rubia amiga anunció que ya había atendido al teléfono.

—¿Hola?—era obvio que había contestado sin haber visto quién era.

—Hola, Jane. Soy Damián y...

—¡Damián! ¿Qué sucede, pequeño?—volví a mirarme en el espejo.

—¿Recuerdas cuando dijiste que querías cortar mi cabello y tenías muchos estilos en mente?—no respondió. Hasta creí que había cortado la llamada—. Jane, ¿sigues ah—

—¡Dios mío, Damián! ¿Sabes cuánto esperé para que me dejaras cortar tu cabello?—comenzó a hablar emocionada—. Espera—cambió su tono de voz por uno de duda—, ¿tú por qué quieres cortar tu cabello? ¿Qué hiciste con Damián?

—Creo que me cansé del cabello largo...—mentí. Sabía que se enojaría si supiera la verdad—. Intenté cortarlo yo mismo y luego recordé que no sé nada sobre esto.

—Llego en unos minutos—entonces colgó.

Adiós cabello largo.

(***)

Llamaron a la puerta; mis padres tenían sus propias llaves, así que no eran ellos. Cuando abrí la puerta ahí estaba Jane, con una gran sonrisa la cual se borró de su rostro al verme.

—Tú no cortaste tu cabello, ¿cierto?

—Claro que sí—me hice a un lado para que entrara.

—Damián: Soy rubia, no estúpida—dejó su bolso en el sofá—. ¿Fue tu padre?—no podía mentirle a Jane, ella lo sabía todo, era como un superpoder.

—Sí—dije. Se acercó a mí y me abrazó.

—Ahora deja que yo arruine ese tijeretazo tan horrible que te hizo—dijo al separarnos.

~Michael~

Según Mandy, Damián volvería a trabajar hoy. Yo quería arreglar las cosas con él, quería verlo...

—¿Verás la puerta hasta que él llegue?—preguntó Lily a mi lado.

—Pareces un león a punto de cazar—le siguió Mandy. Ellas y su mala costumbre de aparecer al mismo tiempo.

—Y ustedes parecen de esas gemelas tenebrosas que salen de la nada en las películas de terror. Dan miedo—ambas rieron y se fueron de nuevo a la cocina.

La típica campana que está en la puerta y avisa cuando alguien entra, sonó.

Y ahí estaba él, Damián, al igual que siempre y usando un gorro rojo con el que ya se le había visto varias veces más. A un lado de él, caminaba la rubia que estuvo en la fiesta y cuando el sacaba las cosas de su edificio.

—Hola—me saludó cuando la rubia nos dejó solos al correr y entrar a la cocina, después de eso regresó con ambas gemelas.

—Eres un monstruo—dijo Lily después de que Mandy quitara el gorro de la cabeza de Damián, dejado ver su gran cambio.

Fobia: El círculo de las sillasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora