~Michael~
—Está bien—sonreí con el teléfono en la mano—. Bueno, te veo allá—colgué la llamada y mi sonrisa se hizo más grande.
¿Cómo le digo a mi madre que me iré a mi departamento y que necesito que remplacen mi cuarto de entretenimiento por una habitación? Y todo eso para antes de que salga de trabajar, además de una camioneta para ir por sus cosas a casa de sus padres.
Bajé las escaleras corriendo hasta llegar a la cocina, donde estaba ella cocinando con dos empleadas ayudándola.
Bien, no hay que soltar todo de golpe, trata de suavizar todo.
—Chicas, ¿podrían dejarme a solas un momento con mi mamá?—ambas voltearon a verla, y ella asintió mientras limpiaba sus manos con un trapo.
—¿Qué pasa, Mickey?—comenzó a picar unos vegetales.
—Creo que me gusta alguien...
—¿Ah, sí? ¿Cómo es ella?—levantó la vista por un segundo y después siguió cortando.
—Resulta...—me recargué en la barra. Aún estás a tiempo de irte—. La persona que me gusta no es una "ella".
Dejó de mover sus manos y me miró intentando encontrar una pisca de diversión o algo que le asegurara que fuera una broma.
—¿Un "él"?
—Sí, mamá. Soy un niño defectuoso, deberías mandarme a un orfanato y que otra familia me adopte—repetí lo que ella decía cuando yo tenía siete años y descubrieron mi fobia.
—Oh, Michael—caminó hacia mí y me abrazó—. Eres tan narcisista, y además chiflado, te regresarían en una cesta al instante—ambos reímos.
—¿Estás llorando?—pregunté al notar que no me soltaba ni quitaba su cara de mi pecho. Asintió, estaba sensible, perfecto para lanzar la piedra—. Y... me iré a vivir a mi departamento hoy.
Se separó de mí.
—¿Qué?—la tomé de los hombros y la senté en su silla.
—Es una larga historia...—comencé a contarle desde que tuvieron que demoler el edificio en el que vivía Damián, hasta lo que su padre le hizo, cosa que la molestó.
—Espera, ¿este chico es tu compañero de terapia?
—Sí, Damián.
—Oh, es un chico muy lindo.
Sí que lo es...
—Sí. Entonces... ¿Crees tener todo para esta tarde?—asintió con la cabeza.
—Haré lo que pueda.
—¡Gracias!—tomé su cara y besé su frente—. Voy tarde a la cafetería, gracias de nuevo, mamá.
~Damián~
—¿Te corrió de tu casa?—preguntó Mandy.
—No, me dio la opción de dejar la cafetería y comenzar a trabajar en el taller de autos con él o irme de casa.
—Y preferiste irte...
—Sí, no voy a dejar que controle mi vida, aparte, ¿qué haría yo en un taller?
—¿Y entonces a dónde irás?—habló Lily.
—Oh, sobre eso...—hice una pausa para mirarlas a las dos—, me iré a vivir con Michael.
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Fobia: El círculo de las sillas
AcakEremofobia, filematofobia, androfobia, sociofobia, brontofobia y ataxofobia. Todo en una misma sala. Recuerda; no es miedo, es fobia...