Desperté, desperté aunque el Gaspard de mis sueños me prometió que no era un sueño. Mi cabeza dolía mucho, mis ojos estaban muy rojos, y mi nariz también; parece que no sólo en el sueño estaba llorando.
Me levanté de la camilla donde estaba, intentando recordar algo, pero no podía. Salí de la pequeña habitación donde me encontraba, parece ser que estaba en el hospital de Gaspard.
-¿Carla?...-me preguntó alguien a mis espaldas, era Liam, sin saber él por qué empecé a llorar y corrí a abrazarlo.-¿Ya te sientes mejor?
-No lo sé...-dije sinceramente-Ni siquiera sé que está ocurriendo-dije muy confundida-¿Dónde está Gaspard?
Él me miró sorprendido pero inmediatamente sus ojos se llenaron de lágrimas y me abrazó fuertemente. Yo no entendía porque hizo eso, pero lo abracé también, y pude sentir como sususrraba "lo siento" sin entender por qué, me separé de él.
-¿Qué sucede Liam?-pregunté extrañada. Antes de que él pudiera responderme, Carlos salió del más allá diciendo cosas incoherentes para mi.
-Iré a la cafetería, tengo hambre-dije sin ánimos, me dirigí con pesadez hacia la cafetería. Sentía que todos me ocultaban algo, pero más que eso tenía un sentimiento de que olvidaba algo.
Agarré mi teléfono y le escribí un mensaje a Gaspard:
Yo: Hola amor, ¿sábes qué le sucede a Carlos y a Liam? Están actuando extraño.
Envié el mensaje y compré un capuccino, miraba por la ventana con la mirada pérdida, pensando que ocurriría con todos. Bebí un sorbo de mi capuchino mientras, a través de la ventana, veía a los niños correr de un lado a otro jugar en un pequeño parquecito.
-Todo es tan confuso...-dije sosteniendo mi cabeza, dolía mucho.
-Tú sabes lo que sucede-dijo alguien junto a mi. Volteé a ver quién era.
-¿Gaspard?-pregunté al verlo sentado frente a mi
-Yo ya no estoy, tú lo sabes-dijo sin verme a los ojos, su mirada estaba fija en lo que se veía a través de la ventana.
-¿Qué está pasando Gaspi?-pregunté triste. Él seguía sin mirarme.
-A veces, nuestro cerebro cambia nuestros recuerdos a conveniencia para evitar los sentimientos que éstos causarían sobre la persona-se acomodó en la silla, para ver mejor por la ventana.
-¿Qué quieres decir con eso?-pregunté confusa.
-Tú sabes lo que está pasando, pero tu memoria que reprimir todo eso que sabe que va a causar una gran tristeza en ti.
-Habla claro. No entiendo nada.
-Carla, recuerda. Estabas en el carro de Carlos, él te trajo aquí porque me iban a operar pero...
-Todo salió mal...-terminé la frase y una ráfaga de recuerdos volvió a mi.
Carlos me buscó y dijo que hoy por fin Gaspard sería intervenido quirúrgicamente. Todo salió mal, al parecer y aunque lo pudieron estabilizar hay pocas posibilidades de que sobreviva. Me puse mal, lloré y me alteré, me dieron tranquilizantes y me dejaron dormir en una camilla.
-Si tú estás grave, ¿qué se supone que haces aquí?-pregunté confundida.
-Yo no estoy aquí...
Mi mundo se derrumbó, cuando volví en mi, no había nadie hablando conmigo, estaba viendo a la nada, estaba sola, triste, sosteniendo mi café. Acepté lo que me había dicho Gaspard, lo acepté. El funeral fue a los días, después de haber hecho el velorio, lloré muchísimo, gracias a que tengo unos amigos que siempre están para mi, en lo momentos difíciles, en las buenas y en las malas, más que nunca los necesitaba.
Con los años lo superé, eso digo yo, terminé la secundaria, saqué una licenciatura, me mudé, conseguí un muy buen trabajo y vivo bien, cuantas cosas no hice, que para cualquiera sería seguir con mi vida, pero no sabes cuanto te extraño.
Cada día que pasa, te extraño más y más, y si veo a alguien que se parece a ti, empiezo a llorar una vez más, empiezo a recordar, me empiezan a dar ganas de morirme para estar contigo. Pero sé que si acabo con todo justo ahora, y voy contigo te enojarías conmigo por haber acabado las cosas así.
Conocí a alguien, no es tan especial como tú, pero realmente me hace sentir bien, me acepta y quiere con todo lo que ha pasado con lo rota que estoy, pero estoy bien con él, dentro de poco me casaré, capaz tenga hijos, un perro, una casa grande, no lo sé. Todas aquellas cosas que siempre soñé tener contigo, siempre soñé y ahora no puedo realizar.
Te amo demasiado y nunca lo dejaré de hacer, Gaspard. Pero sé, que quisieras que siguiera adelante, siendo fuerte, siempre te dicen ''todo estará bien'' o ''ya lo superarás'' pero nunca, mencionan lo difícil que es el camino, nunca te dicen que no es fácil, no es fácil seguir adelante, que es duro como la imaginación juega contigo y piensa en el futuro en el ''que hubiera pasado si...'', ''ojalá estuvieras aquí'', ''y si tal vez no hubieras...''; esa es la pequeña parte que nadie te explica, que nadie quiere admitir.
Nadie te dice lo fuerte que tienes que ser de hora en adelante, todos te dan su apoyo pero te sientes tan sola, que no entiendes como ''todo estará bien'', ¿a los cuántos años todo empieza a estar ''bien''?...
Pero tranquilo, lo logré, pude seguir adelante, pero siempre ten en cuenta, que eres el amor de mi vida, siempre te voy a amar y nunca amaré a alguien como te amé a ti.
-¿Estás lista?-preguntó mi futuro esposo agarrando mi mano. Estaba arrodillada frente a su lápida, llorando. Me levanté y sonreí.
-Ahora si, estoy lista, esté es un adiós Gaspard, pero siempre estarás en mi corazón-dije viendo por ultima vez la lápida, leyendo su epitafio.
''Gaspard Hamilton, un chico con visión, gran amigo, un alma pura que siempre tuvo mucho amor para dar, siempre te voy a amar Carla, esas fueron sus últimas palabras''.
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Un chico diferente.
Teen FictionMi nombre es Carla Ulliel, me acabo de mudar a New York, por el trabajo de mi madre. Soy muy sociable y algo que no soporto es que se aprovechen de las personas. Cuando llegue a este nuevo instituto me sorprendio lo mucho que los chicos y chicas pue...