Me desperté a media noche porque oí unos sonidos extraños.
-No... Mami... No- volteé a ver y recordé que Gaspard estaba durmiendo conmigo. Estaba teniendo una pesadilla-No me dejes por favor... no... Carla...- sentí como se aferraba más a mi cintura.
-Tranquilo, no me voy a ir a ningún lugar-acaricié suavemente su mejilla.
-Promételo...-hablaba en sueños.
-Te lo prometo- junté nuestras frentes y cerré mis ojos para dejarme llevar por el sueño.
Desperté y estire mi brazo en busca de mi teléfono para ver la hora. Tumbé un par de cosas pero no lo conseguía. Abrí los ojos para buscar mejor y me sonrojé inmediatamente.
Cuando abrí mis ojos noté que mis labios estaban a milímetros de los de Gaspard.
Demonios. Había olvidado que él estaba aquí...
Cuando lo vi mejor vi que su expresión era de completa paz, algunos de sus mechones castaños caían en su rostro.
Que lindo...llevo tan poco tiempo conociendo a este chico y en ese poco tiempo me he sentido muy bien junto a él... Es como si nos conocieramos de toda la vida...
Gaspard empezó a moverse, dando señales de que estaba despertando.
-hmm- dijo abriendo los ojos y formando una sonrisa en su cara- buenos días...-se aferró más a mi cintura, pegándome a él.
-buenos días dormilón- dije sonrojada y devolviéndole la sonrisa- ¿dormiste bien?
-mju, mejor que nunca- se acurrucó en la almohada
Cuando caí en cuenta vi hacia la mesita que se encontraba al lado de mi cama y encontré mi teléfono.
Lo agarre y vi la hora. Eran las 10 de la mañana. Mi madre de seguro ya se había ido a trabajar.
-Gaspard-lo moví-Gaspard... párate... Tengo hambre- dije moviéndolo mas fuerte.
-Ño quiero.-dijo imitando la voz de un niño pequeño.
-Oye, parate.-dije como una mamá autoritaria y él se levanto con pereza.
Me levante, cuando lo vi. Noté que era una persona completamente distinta a la que había visto ayer. Sonreí inconscientemente, él me miro con una gran sonrisa, que hizo que me fijara que tiene un hoyuelo.
-Me gusta tu hoyuelo- me sonroje ante mi comentario. Él sonrío y se acerco a mi.
-No es un hoyuelo, es una pequeña cicatriz que me hice cuando era pequeño...-le toque la cicatriz
-Pues, entonces me gusta mucho- me sonrío- pero ven vamos a comer, tengo hambre- agarre su muñeca y me lo lleve hacia la cocina. Cuando llegamos vi una nota de mi mamá
''Me imagino que te levantaste a las 2 de la tarde. Bueno, deje pizza en la nevera sólo tienen que calentarla y comer. Si van a salir me avisas y yo los paso buscando.

ESTÁS LEYENDO
Un chico diferente.
Teen FictionMi nombre es Carla Ulliel, me acabo de mudar a New York, por el trabajo de mi madre. Soy muy sociable y algo que no soporto es que se aprovechen de las personas. Cuando llegue a este nuevo instituto me sorprendio lo mucho que los chicos y chicas pue...